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lunes, noviembre 25, 2013

IGLESIAS QUE MUEREN

IGLESIAS QUE MUEREN
La autopsia de una iglesia que falleció: 11 cosas que aprendí
Por Thom S. Rainer
Traducido por Dr. Daniel Guerrero


Yo era asesor de una iglesia en el 2003.  La máxima asistencia de esa iglesia era de 750 personas en 1975.  En el momento en que llegué allí, la asistencia se redujo a un promedio de 83 personas. El gran santuario parecía tragarse la relativamente pequeña multitud el domingo en la mañana.

La realidad era que la mayoría de los miembros no me querían allí.  Ellos no estaban dispuestos a pagar a un consultor para decirles lo que estaba mal con su iglesia. Sólo cuando un miembro benevolente ofreció pagar mis gastos, la congregación de mala gana aceptó que me quedara y continuara.

Trabajé con la iglesia por tres semanas.  Los problemas eran evidentes, las soluciones eran difíciles.

En mi último día, mi benefactor me acompañó hasta mi carro alquilado.
--¿Qué piensa usted, Thom?"-, me preguntó.
Podía ver la incertidumbre en mi expresión, por lo que aclaró.
--"¿Cuánto tiempo puede sobrevivir nuestra iglesia?"-.
Hice una pausa por un momento, y luego le di la mala noticia:
--"Yo creo que la iglesia va a cerrar sus puertas en cinco años."

Yo estaba equivocado.  La iglesia cerró hace tan sólo unas semanas.  Al igual que muchas iglesias moribundas, ésta se aferró a la vida con tenacidad.  Esta iglesia duró diez años después de mi diagnóstico terminal.

Mi amigo de la iglesia me llamó para darme la noticia.  No tuve ningún placer en descubrir que no sólo mi diagnóstico fue correcto, también yo había conseguido correctamente casi todas las señales de la muerte inminente de esa iglesia.   Mi amigo y yo revisamos los últimos diez años.  Creo que hemos sido capaces de reconstruir una autopsia bastante exacta.  Estas son las once cosas que aprendí:
  1. La iglesia se negaba a parecerse a la comunidad.  Hace treinta años, la comunidad inició una transición hacia una clase socio-económica más baja; pero los miembros de la iglesia no tenían ningún deseo de llegar a los nuevos residentes.  Así, la congregación se convirtió en una isla con miembros de clase media, en un mar de residentes de clase baja.
  2. La iglesia no tenía ministerios enfocados hacia la comunidad.  Esta parte de la autopsia puede parecer ser obvia, pero quería estar seguro.  Mi amigo afirmó mis sospechas. No hubo ningún intento de llegar a la comunidad.
  3. Los miembros se centraron más en los monumentos [memoriales].  No escuchen mi declaración como una crítica contra los monumentos.  De hecho, recientemente financié un monumento en memoria de mi difunto nieto.  Los monumentos en esta iglesia eran sillas, mesas, salas, y otros lugares donde una placa bien limpia podía ser colocada.  El punto es que los monumentos se convirtieron en una obsesión en esta iglesia.  Cada vez más y más se hacía hincapié en el pasado.
  4. El porcentaje del presupuesto para las necesidades de los mismos miembros siguió aumentando. A la muerte de la iglesia, el porcentaje fue superior al 98 por ciento.
  5. No hubo énfasis en la evangelización. Cuando una iglesia pierde su pasión por alcanzar a los perdidos, la congregación comienza a morir.
  6. Los miembros tenían más y más argumentos acerca de lo que ellos querían.  A medida que la iglesia continuó decreciendo hacia la muerte, el enfoque hacia el interior de los mismos miembros se volvió más corrosiva. Los argumentos fueron más frecuentes, las reuniones de negocios se hicieron más mordaces.
  7. Con pocas excepciones, la permanencia pastoral era cada vez más y más breve.  La iglesia tuvo siete pastores en sus últimos diez años.   Los últimos tres pastores fueron bi-vocacional.  Todos los siete pastores salieron desanimados.
  8. La iglesia rara vez oraba junta.  En sus últimos ocho años, el único momento de oración colectiva era un período de tres minutos en el servicio de adoración dominical.  Las oraciones siempre se limitaban a las necesidades físicas de los miembros, sus amigos y familiares.
  9. La iglesia no tenía la claridad de la razón de su existencia.  No había ninguna visión ni misión, ni propósito alguno.
  10. Los miembros idolatraban otra época.  En los últimos seis años de la iglesia, todos los miembros activos eran mayores de 67 años.  Y todos ellos recordaban con cariño, hasta el punto de idolatría, la época de la década de los '70.  Veían su futuro constantemente regresando al pasado.
  11. Las instalaciones continuaron deteriorándose.  En realidad no era una cuestión financiera.  En vez de eso, era que los miembros no podían ver el continuo deterioro de la construcción de la iglesia. Dicho sencillamente, ya no tenían "ojos de afuera" [ojos externos que les ayudaran a ver].


CONCLUSIÓN
A pesar de que este panorama es sombrío y desalentador, tenemos que aprender de estos ejemplos.  Nada menos que 100.000 iglesias en América podrían estar muriendo en este momento.  Su tiempo es corto, quizás menos de diez años...

Fuente: Autopsy of a deceased church


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