C.C. Hay Paz con Dios

El pasaje arriba de Proverbios 3:5-10 nos describe un proceso que nos puede guiar a un Ciclo de bendición y que hacemos bien en seguir, pues el libro de Proverbios contiene mucha sabiduría y fue escrito por sabios y para sabios.

En el pasaje citado podemos encontrar:

1.  CUATRO acciones positivas que Dios desea de Sus hijos, para que disfruten de una buena, sana y fructífera relación con Él, nuestro Padre celestial.  Y estas acciones son:

1.1. Confiar en Dios con todo nuestro corazón.  Dios quiere que desarrollemos fe y plena confianza en Él.  Una persona con un corazón confiado en Dios será agradable a Él y será bendecido por Él (Mr. 11:22-24; Stgo. 1:5-7).  Esta confianza se manifiesta en una actitud y conducta de dependencia a la Palabra de Dios, creyendo que la voluntad de Dios siempre, siempre será buena, lo mejor y lo perfecto para nosotros.

1.2. Reconocerlo en TODOS nuestros caminos; es decir, en cada decisión, acción o proyecto que vayamos a ejecutar o a emprender debemos, antes que nada, preguntarnos si es lo que Dios quiere, si Dios estará con nosotros y si todo se alinea con el plan y propósito de Dios para nuestras vidas (Sal. 37:3-7; 1Cró. 28:9).  Reconocer a Dios es prestar atención, asegurarnos, que Sus ojos, rostro, presencia y favor están con nosotros (Jos. 1:17), estar seguros que estamos en Su voluntad y Su presencia nos acompañará en las acciones, planes y proyectos que hagamos, entonces todo nos saldrá bien y prosperará.

1.3. Temer a Dios, o sea respetarle, no deshonrando Su presencia haciendo lo malo o lo que no le agrada.  El temor a Dios es el principio de la sabiduría (Prov. 1:7; 9:10), son los necios los que ignoran a Dios, Su existencia y voluntad (Sal. 14:1).  La falta de temor de Dios es lo que guía a las personas al pecado y a corromperse con toda suerte de maldad (Sal. 53:1-3).
1.4. Honrar a Dios con nuestros bienes y con los primeros frutos (primicias) de nuestra labor.  Honrar es el equivalente a vivir en santidad para Dios, pues caminar en santidad es tratar a Dios como especial.  Vivir en santidad es honrar lo que Dios dice que honres: Su Nombre, Palabra, Espíritu, Sus siervos y siervas, Sus Fiestas, Su reposo, tu familia, tus padres, tu matrimonio, tu cuerpo, etc.  ¡Mostrar honor a Dios es la clave para caminar en Su bendición!  Él quiere que lo honremos poniéndolo en el PRIMER lugar de nuestras vidas (Jer. 29:12; Mt. 22:37-38).  Así que, una forma de honrar a Dios es dándole a Él primero, lo primero, nuestros primeros frutos (primicias); y haciendo eso liberamos Su bendición en nuestra vida, familia, hogar, ministerio y nación.

Así que, hacemos bien en prestarle atención a estas cuatro acciones si queremos mejorar y desarrollar nuestra relación personal con Dios: confiar en Él, reconocerlo en nuestras decisiones, temerle para no hacer lo malo delante de Él y honrarlo con nuestros bienes y primicias.

2. Segundo, vemos que hay dos acciones o actitudes que tenemos que evitar o eliminar en nuestra relación con Dios, y están son:

2.1.  No apoyarnos en nuestra propia prudencia (v. 5).  

2.2.  No ser sabios en nuestra propia opinión (v. 7).

No es malo ser prudente o sabio, el error está en que nos consideremos sabios o prudentes, dejando al margen o a un lado la Palabra de Dios, es decir el criterio, opinión o voluntad de Dios.  Como dice el proverbio "hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte" (Prov. 14:12).  El error está que es NUESTRA prudencia y sabiduría, sin Dios, sin tomar en cuenta a Dios, sin "reconocerlo" en nuestros caminos.

3. Y en este pasaje se nos dan CUATRO promesas:
3.1. Dios enderezará nuestra vida; nuestras "veredas": el paso de nuestra vida (v. 6)
3.2. Dios sanará nuestro cuerpo; sanará tanto lo interior (desde los huesos) como exterior, todo nuestro cuerpo (v. 8)
3.3. Dios llenará nuestra vida con abundancia; el granero aquí representan los almacenes, lo cual pudiéramos aplicar a nuestro hogar, nuestro trabajo, nuestras cuentas bancarias (v.10)
3.4. Dios llenará nuestra vida con alegría y felicidad; el lagar aquí representa el lugar donde se trata la cosecha de uvas para hacer mosto o vino, que representa el gozo de la vida, la alegría de vivir (v 10)

Y aquí también podemos observar un cuadro de un CICLO DE REDENCIÓN.  Redimir es el equivalente a restaurar, colocar en un lugar, posición o estado anterior; también puede significar liberar, para que algo o alguien sea libre de ser o hacer lo que originalmente fue diseñado ser o hacer.

Dios siempre está dispuesto a redimir, a restaurar y a bendecir a Sus hijos, a Su pueblo, para que sean todo lo que Él SIEMPRE ha querido que ellos sean o hagan, para la gloria de Su santo Nombre (Is. 49:5-7; Col. 1:15-23; Ef. 1:3-14).

Como todo ciclo, en este Ciclo de redención comienzas cada día, con un paso a la vez y cada paso te guiará en tu proceso de crecimiento en fe, amor y obediencia a Dios.  ¡La vida cristiana no es un carrera de velocidad, sino una carrera de largo plazo y alcance!  Y en la medida que avanzas en el reino de Dios, bajo el Señorío de Jesucristo, experimentarás redención, restauración, renovación y bendición en tu vida y en tus relaciones.

En la medida que sigues obedientemente a la Palabra de Dios, Él enderezará tu vida; poco a poco te ayudará a enderezar lo que esté torcido, a poner orden, y a alinearte a Su voluntad.  Y si te alineas a Su voluntad, en el tiempo y espacio, Él también te permitirá REDIMIR tu tiempo, tu vida, y te dará la oportunidad de comenzar de nuevo; y aún podrías alcanzar mucho más rápidamente de lo que no pudiste lograr en años o temporadas/estaciones pasadas.  El Señor nuestro Dios es nuestro redentor y es especialista en hacer nuevas todas las cosas, pues Él es un Dios de nuevas oportunidades (Is. 43:1-25; Jer. 31:27-37).

Y en la medida que nos alineamos a la voluntad de Dios y dependemos de Él diariamente en nuestra vida, entonces experimentaremos su Sanidad, bendición, abundancia y gozo.

En las próximas entregas veremos que el tema de los primeros frutos o primicias es un asunto muy serio para Dios y que hacemos bien en prestarle mucha atención.  Es la voluntad de Dios que le honremos con nuestros bienes y nuestros primeros frutos.  Y es necesario que conozcamos este tema y entendamos su significado para Dios y para el diseño de vida y reino que Él nos ha dado a través de Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN:
Mantengamos el pasaje y la reflexión dada arriba para las próximas entregas sobre este mensaje de "Entendiendo las primicias" o la ofrenda de los primeros frutos, de manera que vayamos captando el significado y valor que tienen para Dios todas nuestras primicias.

En las próximas entregas veremos el significado de la ofrenda de los primeros frutos (primicias) en su relación con la primogenitura; y por último, el significado de la fiesta de la luna nueva en su relación con el tiempo de Dios y Su reino.

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