EL LENGUAJE DE DIOS VI
El Hebreo y los números
Por apóstol Dr. Daniel Guerrero
El lenguaje de Dios es muy simbólico y, como hemos podido ver, involucra números, letras, cosas, colores, palabras, personajes, cuadros, etc. El Creador usa todo eso para transmitir Su Palabra a nuestra mente y a nuestro espíritu de una forma gráfica de manera que podamos asimilar o captar lo que Él quiere comunicar desde Su corazón. Y aunque al principio no veamos necesariamente el todo de una vez, posteriormente en oración, en meditación, a solas con Él, poco a poco, podremos ir comprendiendo más amplia y profundamente Su mensaje, Su plan y voluntad.
El Hebreo y los números
Por apóstol Dr. Daniel Guerrero
El lenguaje de Dios es muy simbólico y, como hemos podido ver, involucra números, letras, cosas, colores, palabras, personajes, cuadros, etc. El Creador usa todo eso para transmitir Su Palabra a nuestra mente y a nuestro espíritu de una forma gráfica de manera que podamos asimilar o captar lo que Él quiere comunicar desde Su corazón. Y aunque al principio no veamos necesariamente el todo de una vez, posteriormente en oración, en meditación, a solas con Él, poco a poco, podremos ir comprendiendo más amplia y profundamente Su mensaje, Su plan y voluntad.
Y en esta entrega vamos a ver que el Dios de la Biblia también se revela por medio de los idiomas humanos. Y entre los idiomas que Dios escogió para comunicar Su Palabra, el hebreo tiene predominancia, tanto por su ocurrencia en los 66 libros de la Biblia, de los cuales, por lo menos, 39 fueron escritos en este idioma; además que es innegable que sienta las bases para los escritos del Nuevo Testamento y la debida interpretación de los mismos.
EL HEBREO: Su origen
Según podemos leer en Wikipedia:
"El Hebreo (hebreo: עִבְרִית, romanización: ʿivrit) es una lengua semítica de la familia afro-asiática hablada, escrita y leída por más de seis millones de personas en Israel y por las comunidades judías de la Diáspora, que comprenden más de 80 países. Desde la antigüedad, el hebreo es la lengua escrita, litúrgica y de oración empleada por el judaísmo, donde funciona como Lengua Sacra; consecuentemente allí se la denomina "Lashon ha-Kodesh" (לשון הקודש)."
En cierto sentido, el Hebreo ha surgido de las mezclas de los idiomas cananeo, fenicio y arameo antiguo. El hebreo pertenece al grupo nor-occidental de las lenguas semíticas y más concretamente al subgrupo cananeo. Este subgrupo incluye también al fenicio-púnico, al moabita y al amonita. El otro subgrupo de las lenguas semíticas nor-occidentales es al que pertenece el arameo, cuyas similaridades con el hebreo aún son evidentes aunque algo más distantes que con el fenicio.
El hebreo es una lengua con treinta siglos de historia escrita. Obviamente en un período tan largo la lengua ha sufrido procesos de cambio lingüístico entre el hebreo antiguo y el hebreo actual, lo que hace que más que la misma lengua puedan considerarse lenguas emparentadas, pero que difieren en pronunciación, gramática y léxico.
EL HEBREO: Su significado pictográfico
El hebreo en particular, comunica una imagen y por lo tanto un significado pictórico, es decir cada letra expresa un símbolo o imagen que comunica una idea (ver cuadro a la izquierda).
En la antigüedad la escritura de los principales idiomas se escribía con imágenes o símbolos. A eso se le llama escritura pictográfica, de las cuales quizás la más conocida sea la escritura jeroglífica egipcia; pero también el arameo antiguo (del cual proviene el hebreo) y el fenicio.
Es importante conocer este significado antiguo porque muchas de las palabras del hebreo surgieron de esta fuente primitiva, que tiene más de 3,000 años de historia y ese legado se mantiene vivo y activo en la revelación bíblica, especialmente en los libros del Antiguo Testamento.
Veamos dos ejemplos de la conexión del significado de las letras y la composición de palabras hebreas.
1. PADRE: la palabra padre en hebreo es "Ab" (Abba es el diminutivo "Papi"), formada por las letras Alef y Bet. Alef significa el principal, el líder y también tiene el valor numérico del "uno"; mientras que Bet significa casa o habitación y tiene el valor numérico del "dos". Combinadas forman la palabra "padre" o "el principal o líder en la casa".
2. CONOCIMIENTO: "da'at": o la unión de Dalet - Ayin - Tav. Y "yadah": Ayin - Dalet - Hey. La letra Dalet en hebreo representa "la puerta" y la letra Ayin representa "la visión". De allí la relación e importancia de las "puertas" espirituales, para adquirir visión y conocimiento de Dios (Gn. 28:10-17; Ap. 4:1). "Yadah": Ayin + Dalet + Hey, podría traducirse literalmente como "el ojo en la puerta del Espíritu", es decir: revelación, conocimiento o entendimiento espiritual (1Cor. 2:9-11; Ef. 6:17; Heb. 4:12).
EL HEBREO Y LOS NÚMEROS
Una de las características también interesantes del hebreo y del griego es que en ambos idiomas escritos no existen caracteres numéricos.
En nuestro idioma español o castellano tenemos números y letras, pero estos idiomas bíblicos tienen sólo letras. De manera que, en cada uno de estos idiomas, las letras también son usadas como números.
Así que, la combinación de letras también expresan un valor numérico; por ejemplo 75 sería Ayin + Hey, o sea 70 + 5.
Esta relación entre las letras hebreas y su valor numérico es lo que se ha desarrollado en el área de la interpretación bíblica lo que se conoce como la Gematria, que tiene su origen en los estudiosos bíblicos hebreos, quienes la usaban como un método, una metátesis (alternación del orden de las letras en una palabra) que depende, como hemos dicho, del hecho de que cada carácter hebreo tiene un valor numérico. Cuando la suma de los números de los caracteres que componen una palabra da el mismo resultado que la suma de los caracteres de otra palabra, que sin embargo no es la misma, se percibe una analogía entre ellas y se considera que deben tener necesariamente una conexión o relación, ya sea espiritual o de significado.
Un ejemplo de lo dicho anteriormente son las palabras hebreas "uno y amor". En la teología bíblica hebrea, Dios, también conocido como El-Eterno (HaShem), es uno y es amor. Y esta verdad la podemos confirmar por medio de la gematria de estos atributos, veamos. Deuteronomío 6:4 dice:"Oye Israel: HaSheM nuestro Dios, HaSheM uno es". La palabra UNO (heb. echad) contiene la gematría del número 13: Alef= 1, Chet= 8, Dalet= 4, que suman 13. Y Deuteronomio 6:5 enseña: "Y amarás a HaSheM tu Dios, de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas (o lo que puedas)", donde la palabra amar (heb. ahavah) también contiene la gematría del número 13: Alef=1, He= 5, Bet= 2, He= 5, que suman 13. El valor numérico del trece (13) en ambas palabras sugiere que están conectadas y unidas espiritualmente en El-Eterno (Ha-Shem); es decir, Dios es uno y es amor (ver en Jn. 17:11,21-22; 1Jn. 4:7-9; Ef. 4:1-6).
Este uso del significado numérico del idioma hebreo es sano dentro del campo de la interpretación bíblica (hermenéutica), comúnmente llamada numerología bíblica; pero hay un mal uso y exceso en el tema que raya en el misticismo y esoterismo, que se halla en la Cábala. Ésta es una interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento propia de la tradición judía, desde el exilio babilónico, que pretende revelar un saber oculto acerca de Dios y del mundo; y se desarrolló como doctrina a partir del siglo XIII. Los seguidores de la Cábala la describen como una ciencia que pretende penetrar el sentido oculto de la Torá, desarrollando a tal efecto un saber esotérico, profundo y misterioso.
El otro mal uso del significado de los números es la típica numerología esotérica, que persigue adivinar el futuro de las personas. Y como lo definen sus seguidores esta numerología permite, a partir del análisis del nombre y apellido y de la fecha de nacimiento, conocer a una persona desde el punto de vista de su comportamiento psicológico y los acontecimientos más trascendentes de su vida; es decir, que en forma semejante a la Astrología, permite conocer los acontecimientos pasados, presentes y futuros del individuo, como así también ciertas tendencias que inevitablemente se irán cumpliendo a lo largo de su vida. En vista que entra en el campo de la adivinación, la magia y la especulación esotérica esta práctica también está prohibida en las Sagradas Escrituras (Dt. 18:10-11; Jer. 14:14; Ez. 13:23).
Y como lo hemos dicho anteriormente y ya hemos visto en esta entrega, sobre la numerología bíblica podemos decir que, es prominente y regular en la revelación que Dios da a Su pueblo en las Sagradas Escrituras. A través de los números, Dios revela Su diseño, Su tiempo y Sus planes para la humanidad, la creación y Su pueblo, a través de todas las edades, desde el principio de los tiempos (Gén. 1:1-2:3; Ez. 40:1-42:20; Ap. 21:9-21).
Sin embargo, no debemos caer en el error extremo de darle demasiada importancia y significado al uso de los números en la Biblia; pero tampoco deberíamos caer en el otro error extremo de ignorarlos y aún descalificarlos, pues es claro y evidente el uso que Dios y Sus profetas hacen de los mismos a través de las Sagradas Escrituras, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, desde Génesis hasta Apocalípsis.
LOS NÚMEROS Y LA PROFECÍA
Para concluir este tema sobre el idioma Hebreo y los Números, veamos la presencia de los números en la revelación profética de la Biblia.
Los Números en los Diseños de Dios
1.- La presencia de los números está claramente presente en el diseño que Dios le da a Moisés en la construcción del Tabernáculo de reunión en el desierto. El Señor le dijo a Moisés: "Conforme a TODO lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis." (Éx. 25:9)
Y hemos visto que el Tabernáculo es uno de los Tipos más importantes que apuntaban a la persona y obra del Mesías. En este diseño profético el Señor le dio instrucciones específicas a Moisés no sólo sobre los materiales, colores y mobiliario, sino de sus medidas y dimensiones. Y ya los estudiosos bíblicos reconocen que en los números contenidos en esas medidas y dimensiones hay mensajes proféticos que apuntan a la obra de gracia y redención de nuestro Señor Jesucristo.
¡TODO, absolutamente todo, en el Tabernáculo de Moisés tiene un número, una medida, una dimensión! Y Moisés debía seguir fielmente la construcción y elaboración del mobiliario y del Tabernáculo de acuerdo a las especificaciones numéricas dadas por Dios mismo (Éx. 25-27).
No me voy a detener en cada punto del Tabernáculo y su mobiliario, pues haría este mensaje y estudio muy largo para nuestros fieles lectores; pero lo que deseo subrayar es la verdad bíblica y espiritual que Dios sí usa los números y su lenguaje simbólico en Sus diseños, para comunicar Su voluntad y Sus obras.
2.- Los números también están presentes en el diseño y construcción del Templo de Salomón, así como de todo su mobiliario (1Rey. 6; 7:7:13-51).
Este diseño de medidas celestiales es de suma importancia en la revelación bíblica, pues sus medidas son tomadas tres (3) veces...
La primera vez aparece en el contexto de un evento histórico, en libros de naturaleza histórica: en 1 Reyes 6:1-38, cuando Dios le entrega el diseño al rey Salomón y le ordena su construcción. Y la segunda versión de este evento aparece en 2 Crónicas 3:1-14. Preste atención aquí a la referencia que hacen los escritores de estas crónicas reales sobre el tiempo del inicio de la construcción: en el segundo (2) mes, en el segundo (2) día, en el cuarto (4) año del reinado de Salomón. Y la duración de la construcción: siete (7) años (1Rey 6:38).
Curiosamente, las otras veces que aparecen las medidas del templo ocurren en libros de naturaleza profética... La segunda vez es en Ezequiel 40:1-42:20, cuando el Señor ordenó al profeta entrar al Templo, describir su diseño y tomar sus medidas. Otra vez, esta visión profética tiene un tiempo y números: "En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá." (Ez. 40:1) Y si la cuenta es correcta, esto sucedió en el mes de Tishri (primer mes del año civil), en la Fiesta del Perdón (Yom Kippur o Día del juicio/expiación), que acontecía en el décimo día de ese mes (Lev. 23:27-28).
Y la tercera vez, en el último libro del Nuevo Testamento, Apocalipsis (Ap. 11:1-2), donde se le pide al apóstol-profeta que mida con una caña al "Templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él." Evidentemente, éste no es ni el Templo de Moisés ni el de Salomón, sino el Templo de Dios. Y este Templo se encuentra en el cielo, donde ocurren todas las visiones que describe Juan en su libro de la Revelación de Jesucristo (Ap. 11:19; 14:17; 15:5). En esta oportunidad no se nos dicen las medidas del Templo de Dios, es posible que son las mismas dadas por Salomón y por Ezequiel...
Yo no se usted, pero esto yo lo veo sumamente interesante e importante, porque son pocas las veces en la Biblia que cosas, eventos o atributos se repiten tres (3) veces ¡y los números y las medidas del Templo se miden y comunican tres veces en la Biblia! ¿Será que a Dios sí le interesan los números en Su revelación profética, en Sus planes y diseños?
3.- Pero al final del Apocalipsis aparece otro diseño, con nuevos números y medidas, se trata de la Ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén (Ap. 21:9-22:5). Y el diseño, los números y los materiales varían con respecto a los Templos terrenales.
En la Nueva Ciudad de Dios, ¡no hay Templo! "Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero" (Ap. 21:22). Pero sí se anuncia el arribo del Tabernáculo de Dios "Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios" (Ap. 21:2-3) O sea, ¿La santa Ciudad, la Nueva Jerusalén, será el nuevo Tabernáculo de Dios, en la cual Él morará con Su pueblo en la tierra?
¡Recordemos que estamos tratando con el profuso lenguaje simbólico de la apocalíptica de Juan!... Así que, es posible que estemos ante un símbolo o un tipo, que requiere de nuestra interpretación y discernimiento espiritual.
En esta visión profética de la Nueva Jerusalén, el apóstol-profeta Juan nos dice que Dios la diseñó con ciertos materiales, números, cantidades y medidas. Veamos...
CONCLUSIÓN
¡Los Números son parte del Lenguaje de Dios, del Lenguaje profético del Espíritu de Dios!
Y tanto el idioma hebreo como el griego nos dan pistas de su valor numérico en su escritura. Valor que no debemos ignorar, así como tampoco su significado.
Entendemos que no debemos abusar en la interpretación y en el uso de los números, ni mucho menos incurrir en usos místicos ni esotéricos que pueden guiarnos al campo de la adivinación y la magia. Pero tampoco debemos incurrir en el error de ignorarlos, de manera que podamos adquirir una mayor comprensión y entendimiento del Lenguaje profético de Dios y lo que Él desea transmitirnos por medio del idioma, los símbolos, tipos, números y medidas en Sus planes y diseños, que encontramos en las Sagradas Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
En la próxima entrega sobre el tema del Lenguaje de Dios veremos los mensajes que Dios comunicó por medio del cielo y las estrellas. Si desea continuar con la Séptima entrega, haga click aquí.
Fuentes:
Hebreo en Wikipedia
Hebrew language on wikipedia
Tablas en tiempos bíblicos
EL HEBREO: Su origen
Según podemos leer en Wikipedia:
"El Hebreo (hebreo: עִבְרִית, romanización: ʿivrit) es una lengua semítica de la familia afro-asiática hablada, escrita y leída por más de seis millones de personas en Israel y por las comunidades judías de la Diáspora, que comprenden más de 80 países. Desde la antigüedad, el hebreo es la lengua escrita, litúrgica y de oración empleada por el judaísmo, donde funciona como Lengua Sacra; consecuentemente allí se la denomina "Lashon ha-Kodesh" (לשון הקודש)."
En cierto sentido, el Hebreo ha surgido de las mezclas de los idiomas cananeo, fenicio y arameo antiguo. El hebreo pertenece al grupo nor-occidental de las lenguas semíticas y más concretamente al subgrupo cananeo. Este subgrupo incluye también al fenicio-púnico, al moabita y al amonita. El otro subgrupo de las lenguas semíticas nor-occidentales es al que pertenece el arameo, cuyas similaridades con el hebreo aún son evidentes aunque algo más distantes que con el fenicio.
El hebreo es una lengua con treinta siglos de historia escrita. Obviamente en un período tan largo la lengua ha sufrido procesos de cambio lingüístico entre el hebreo antiguo y el hebreo actual, lo que hace que más que la misma lengua puedan considerarse lenguas emparentadas, pero que difieren en pronunciación, gramática y léxico.
EL HEBREO: Su significado pictográfico
El hebreo en particular, comunica una imagen y por lo tanto un significado pictórico, es decir cada letra expresa un símbolo o imagen que comunica una idea (ver cuadro a la izquierda).
En la antigüedad la escritura de los principales idiomas se escribía con imágenes o símbolos. A eso se le llama escritura pictográfica, de las cuales quizás la más conocida sea la escritura jeroglífica egipcia; pero también el arameo antiguo (del cual proviene el hebreo) y el fenicio.
Es importante conocer este significado antiguo porque muchas de las palabras del hebreo surgieron de esta fuente primitiva, que tiene más de 3,000 años de historia y ese legado se mantiene vivo y activo en la revelación bíblica, especialmente en los libros del Antiguo Testamento.
Veamos dos ejemplos de la conexión del significado de las letras y la composición de palabras hebreas.
1. PADRE: la palabra padre en hebreo es "Ab" (Abba es el diminutivo "Papi"), formada por las letras Alef y Bet. Alef significa el principal, el líder y también tiene el valor numérico del "uno"; mientras que Bet significa casa o habitación y tiene el valor numérico del "dos". Combinadas forman la palabra "padre" o "el principal o líder en la casa".
2. CONOCIMIENTO: "da'at": o la unión de Dalet - Ayin - Tav. Y "yadah": Ayin - Dalet - Hey. La letra Dalet en hebreo representa "la puerta" y la letra Ayin representa "la visión". De allí la relación e importancia de las "puertas" espirituales, para adquirir visión y conocimiento de Dios (Gn. 28:10-17; Ap. 4:1). "Yadah": Ayin + Dalet + Hey, podría traducirse literalmente como "el ojo en la puerta del Espíritu", es decir: revelación, conocimiento o entendimiento espiritual (1Cor. 2:9-11; Ef. 6:17; Heb. 4:12).
EL HEBREO Y LOS NÚMEROS
Una de las características también interesantes del hebreo y del griego es que en ambos idiomas escritos no existen caracteres numéricos.
En nuestro idioma español o castellano tenemos números y letras, pero estos idiomas bíblicos tienen sólo letras. De manera que, en cada uno de estos idiomas, las letras también son usadas como números.
Así que, la combinación de letras también expresan un valor numérico; por ejemplo 75 sería Ayin + Hey, o sea 70 + 5.
Esta relación entre las letras hebreas y su valor numérico es lo que se ha desarrollado en el área de la interpretación bíblica lo que se conoce como la Gematria, que tiene su origen en los estudiosos bíblicos hebreos, quienes la usaban como un método, una metátesis (alternación del orden de las letras en una palabra) que depende, como hemos dicho, del hecho de que cada carácter hebreo tiene un valor numérico. Cuando la suma de los números de los caracteres que componen una palabra da el mismo resultado que la suma de los caracteres de otra palabra, que sin embargo no es la misma, se percibe una analogía entre ellas y se considera que deben tener necesariamente una conexión o relación, ya sea espiritual o de significado.
Un ejemplo de lo dicho anteriormente son las palabras hebreas "uno y amor". En la teología bíblica hebrea, Dios, también conocido como El-Eterno (HaShem), es uno y es amor. Y esta verdad la podemos confirmar por medio de la gematria de estos atributos, veamos. Deuteronomío 6:4 dice:"Oye Israel: HaSheM nuestro Dios, HaSheM uno es". La palabra UNO (heb. echad) contiene la gematría del número 13: Alef= 1, Chet= 8, Dalet= 4, que suman 13. Y Deuteronomio 6:5 enseña: "Y amarás a HaSheM tu Dios, de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas (o lo que puedas)", donde la palabra amar (heb. ahavah) también contiene la gematría del número 13: Alef=1, He= 5, Bet= 2, He= 5, que suman 13. El valor numérico del trece (13) en ambas palabras sugiere que están conectadas y unidas espiritualmente en El-Eterno (Ha-Shem); es decir, Dios es uno y es amor (ver en Jn. 17:11,21-22; 1Jn. 4:7-9; Ef. 4:1-6).
Este uso del significado numérico del idioma hebreo es sano dentro del campo de la interpretación bíblica (hermenéutica), comúnmente llamada numerología bíblica; pero hay un mal uso y exceso en el tema que raya en el misticismo y esoterismo, que se halla en la Cábala. Ésta es una interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento propia de la tradición judía, desde el exilio babilónico, que pretende revelar un saber oculto acerca de Dios y del mundo; y se desarrolló como doctrina a partir del siglo XIII. Los seguidores de la Cábala la describen como una ciencia que pretende penetrar el sentido oculto de la Torá, desarrollando a tal efecto un saber esotérico, profundo y misterioso.
El otro mal uso del significado de los números es la típica numerología esotérica, que persigue adivinar el futuro de las personas. Y como lo definen sus seguidores esta numerología permite, a partir del análisis del nombre y apellido y de la fecha de nacimiento, conocer a una persona desde el punto de vista de su comportamiento psicológico y los acontecimientos más trascendentes de su vida; es decir, que en forma semejante a la Astrología, permite conocer los acontecimientos pasados, presentes y futuros del individuo, como así también ciertas tendencias que inevitablemente se irán cumpliendo a lo largo de su vida. En vista que entra en el campo de la adivinación, la magia y la especulación esotérica esta práctica también está prohibida en las Sagradas Escrituras (Dt. 18:10-11; Jer. 14:14; Ez. 13:23).
Y como lo hemos dicho anteriormente y ya hemos visto en esta entrega, sobre la numerología bíblica podemos decir que, es prominente y regular en la revelación que Dios da a Su pueblo en las Sagradas Escrituras. A través de los números, Dios revela Su diseño, Su tiempo y Sus planes para la humanidad, la creación y Su pueblo, a través de todas las edades, desde el principio de los tiempos (Gén. 1:1-2:3; Ez. 40:1-42:20; Ap. 21:9-21).
Sin embargo, no debemos caer en el error extremo de darle demasiada importancia y significado al uso de los números en la Biblia; pero tampoco deberíamos caer en el otro error extremo de ignorarlos y aún descalificarlos, pues es claro y evidente el uso que Dios y Sus profetas hacen de los mismos a través de las Sagradas Escrituras, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, desde Génesis hasta Apocalípsis.
LOS NÚMEROS Y LA PROFECÍA
Para concluir este tema sobre el idioma Hebreo y los Números, veamos la presencia de los números en la revelación profética de la Biblia.
Los Números en los Diseños de Dios
1.- La presencia de los números está claramente presente en el diseño que Dios le da a Moisés en la construcción del Tabernáculo de reunión en el desierto. El Señor le dijo a Moisés: "Conforme a TODO lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis." (Éx. 25:9)
Y hemos visto que el Tabernáculo es uno de los Tipos más importantes que apuntaban a la persona y obra del Mesías. En este diseño profético el Señor le dio instrucciones específicas a Moisés no sólo sobre los materiales, colores y mobiliario, sino de sus medidas y dimensiones. Y ya los estudiosos bíblicos reconocen que en los números contenidos en esas medidas y dimensiones hay mensajes proféticos que apuntan a la obra de gracia y redención de nuestro Señor Jesucristo.
¡TODO, absolutamente todo, en el Tabernáculo de Moisés tiene un número, una medida, una dimensión! Y Moisés debía seguir fielmente la construcción y elaboración del mobiliario y del Tabernáculo de acuerdo a las especificaciones numéricas dadas por Dios mismo (Éx. 25-27).
No me voy a detener en cada punto del Tabernáculo y su mobiliario, pues haría este mensaje y estudio muy largo para nuestros fieles lectores; pero lo que deseo subrayar es la verdad bíblica y espiritual que Dios sí usa los números y su lenguaje simbólico en Sus diseños, para comunicar Su voluntad y Sus obras.
2.- Los números también están presentes en el diseño y construcción del Templo de Salomón, así como de todo su mobiliario (1Rey. 6; 7:7:13-51).
Este diseño de medidas celestiales es de suma importancia en la revelación bíblica, pues sus medidas son tomadas tres (3) veces...
La primera vez aparece en el contexto de un evento histórico, en libros de naturaleza histórica: en 1 Reyes 6:1-38, cuando Dios le entrega el diseño al rey Salomón y le ordena su construcción. Y la segunda versión de este evento aparece en 2 Crónicas 3:1-14. Preste atención aquí a la referencia que hacen los escritores de estas crónicas reales sobre el tiempo del inicio de la construcción: en el segundo (2) mes, en el segundo (2) día, en el cuarto (4) año del reinado de Salomón. Y la duración de la construcción: siete (7) años (1Rey 6:38).
Curiosamente, las otras veces que aparecen las medidas del templo ocurren en libros de naturaleza profética... La segunda vez es en Ezequiel 40:1-42:20, cuando el Señor ordenó al profeta entrar al Templo, describir su diseño y tomar sus medidas. Otra vez, esta visión profética tiene un tiempo y números: "En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá." (Ez. 40:1) Y si la cuenta es correcta, esto sucedió en el mes de Tishri (primer mes del año civil), en la Fiesta del Perdón (Yom Kippur o Día del juicio/expiación), que acontecía en el décimo día de ese mes (Lev. 23:27-28).
Y la tercera vez, en el último libro del Nuevo Testamento, Apocalipsis (Ap. 11:1-2), donde se le pide al apóstol-profeta que mida con una caña al "Templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él." Evidentemente, éste no es ni el Templo de Moisés ni el de Salomón, sino el Templo de Dios. Y este Templo se encuentra en el cielo, donde ocurren todas las visiones que describe Juan en su libro de la Revelación de Jesucristo (Ap. 11:19; 14:17; 15:5). En esta oportunidad no se nos dicen las medidas del Templo de Dios, es posible que son las mismas dadas por Salomón y por Ezequiel...
Yo no se usted, pero esto yo lo veo sumamente interesante e importante, porque son pocas las veces en la Biblia que cosas, eventos o atributos se repiten tres (3) veces ¡y los números y las medidas del Templo se miden y comunican tres veces en la Biblia! ¿Será que a Dios sí le interesan los números en Su revelación profética, en Sus planes y diseños?
3.- Pero al final del Apocalipsis aparece otro diseño, con nuevos números y medidas, se trata de la Ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén (Ap. 21:9-22:5). Y el diseño, los números y los materiales varían con respecto a los Templos terrenales.
En la Nueva Ciudad de Dios, ¡no hay Templo! "Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero" (Ap. 21:22). Pero sí se anuncia el arribo del Tabernáculo de Dios "Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios" (Ap. 21:2-3) O sea, ¿La santa Ciudad, la Nueva Jerusalén, será el nuevo Tabernáculo de Dios, en la cual Él morará con Su pueblo en la tierra?
¡Recordemos que estamos tratando con el profuso lenguaje simbólico de la apocalíptica de Juan!... Así que, es posible que estemos ante un símbolo o un tipo, que requiere de nuestra interpretación y discernimiento espiritual.
En esta visión profética de la Nueva Jerusalén, el apóstol-profeta Juan nos dice que Dios la diseñó con ciertos materiales, números, cantidades y medidas. Veamos...
- Su fulgor, que refleja el material de sus muros, es "como de piedra de jaspe, diáfana como el cristal", o sea su fulgor es de color rojo, rojo carmesí brillante (Ap. 21:11,18).
- Esta ciudad tiene cuatro (4) grandes muros, y cada uno de ellos tiene tres (3) puertas, que hacen un total de doce (12) puertas. Cada puerta tiene un ángel vigilante o guardián; y cada puerta tiene un nombre de cada uno de los hijos de Israel; es decir, es prácticamente seguro que esta ciudad sigue el mismo orden de alineación del campamento en el desierto (Ap. 21:13). Así que, hay doce (12) puertas, doce (12) ángeles y doce (12) nombres. ¡El número doce (12) se repite tres (3) veces en la Ciudad de Dios!...
- También estos muros tienen doce (12) cimientos o fundamentos "y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero" (Ap. 21:14). Otra vez aparece el número doce (12), dos (2) veces repetido.
- Esta ciudad es un cuadro o cuadrada, o sea tiene cuatro (4) lados, que tienen la misma medida (Ap. 21:16), en este caso son doce mil (12,000 = 12 x 1,000) estadios, aproximadamente 2.160 kilómetros (calculando un estadio equivalente a 180 metros). Si esa medida es correcta, su sumatoria da nueve (9) = 2+1+6+0, el mismo número al cuadrado del Templo de Salomón (ver ilustración arriba).
- Y sus muros miden ciento cuarenta y cuatro (144) codos; es decir doce (12) multiplicado por doce (12). ¡Otra vez dos veces doce! Esta medida en metros equivale a 6.480 metros ó 6,48 kilómetros. Y nuevamente su sumatoria da nueve (9) = 6+4+8+0 = 18 = 1+8 = 9...
- Ahora el profeta centra su atención en los materiales de la Ciudad santa. Sus muros son de jaspe, pero la ciudad es toda de oro (Ap. 21:18).
- Y los materiales de los cimientos de la Ciudad eran de diferentes piedras preciosas. "El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista" (Ap. 21:19-20). Y esta descripción nos traslada automáticamente al pectoral que el Sumo sacerdote necesitaba usar cuando entraba al Lugar Santísimo cada año, que por cierto, también era cuadrado (Éx. 28:15-21). ¡Son doce (12) piedras preciosas que representan las doce (12) tribus de Israel!
- Las doce puertas del muro eran de perlas, y las calles de la Ciudad son de oro cristalino, transparente como vidrio (Ap. 21:21).
- Y en el medio de la ciudad, del trono de Dios y del Cordero sale un río cristalino, que en sus riveras está el Árbol de la vida, que sus hojas serán para sanidad de las naciones (Ap. 22:1-2). Y este Árbol de Dios da exactamente doce (12) frutos a su debido tiempo, cada mes...
CONCLUSIÓN
¡Los Números son parte del Lenguaje de Dios, del Lenguaje profético del Espíritu de Dios!
Y tanto el idioma hebreo como el griego nos dan pistas de su valor numérico en su escritura. Valor que no debemos ignorar, así como tampoco su significado.
Entendemos que no debemos abusar en la interpretación y en el uso de los números, ni mucho menos incurrir en usos místicos ni esotéricos que pueden guiarnos al campo de la adivinación y la magia. Pero tampoco debemos incurrir en el error de ignorarlos, de manera que podamos adquirir una mayor comprensión y entendimiento del Lenguaje profético de Dios y lo que Él desea transmitirnos por medio del idioma, los símbolos, tipos, números y medidas en Sus planes y diseños, que encontramos en las Sagradas Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
En la próxima entrega sobre el tema del Lenguaje de Dios veremos los mensajes que Dios comunicó por medio del cielo y las estrellas. Si desea continuar con la Séptima entrega, haga click aquí.
Fuentes:
Hebreo en Wikipedia
Hebrew language on wikipedia
Tablas en tiempos bíblicos
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COPYRIGHT. Permisos: Se le permite y anima a reproducir y distribuir este material en cualquier formato con tal que no alteren el contenido en forma alguna y que no cobren más allá del costo de reproducción. Para publicación web, se prefiere un enlace a este documento en nuestro sitio web. Cualquier excepción a lo anterior debe ser aprobada por nuestro ministerio.
Por favor, incluya la siguiente declaración en las copias distribuidas: Por [Nombre del autor] © [Fecha] Comunidad cristiana Hay paz con Dios. Sitio web: http://haypazcondios.blogspot.com/
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2 comentarios:
podria solicitar una copia en PDF para uso exclusivo de aprendizaje? efrainjonapa@gmail.com
Que buena información.
He estado leyendo por guía de Dios algunas cosas de sus enseñanzas desde hace años.
Ha sido una gran bendición
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