COMUNICÁNDONOS EN AMOR Primera parte
ESCUCHAR Y COMUNICARSE EN AMOR
Por Dr. Gary Smalley
LA COMUNICACIÓN ES MUCHO MÁS QUE HABLAR...
Nivel 4. Compartir sentimientos profundos. El cuarto nivel de comunicación es para que la pareja se sienta lo suficientemente libre como para abrirse y revelar sus sentimientos más profundos, sabiendo que lo que revelará, será tratado con amor y cuidado. La seguridad es crucial en este nivel. El cónyuge tiene que sentirse totalmente seguro en el amor que sienten mutuamente, antes de estar dispuestos a confiar sus sentimientos más íntimos y vulnerables.
"Me he estado sintiendo un poco sola mientras trabajas en ese proyecto de la iglesia". "No me siento bien con la decisión de comprar esa casa". "Yo sé que te encantan las reuniones de tu clase, pero, en cierta forma me siento ignorado."
Nivel 5. Compartir necesidades de relación vitales. Este nivel de comunicación lleva a la experiencia marital más profunda de amor y satisfacción. Entender y responder a las necesidades de cada uno sin juzgar ni recriminar, demuestra seguridad y logra unidad.
"Necesito que te involucres en la disciplina de los niños." "Necesito sentir que me necesitas y aprecias antes de responderte sexualmente." "Necesito estar media hora solo cuando llego a la casa del trabajo, para relajarme."
Claro está, este nivel es más difícil de alcanzar. Implica ser abierto y sincero el uno con el otro, lo cual significa amarse lo suficiente como para permitir que haya sinceridad. Los cónyuges suelen llegar a los niveles de comunicación cuatro y cinco, a través de la senda del conflicto o el desacuerdo Eso es negativo. Cuando los desacuerdos son comunicados y resueltos apropiadamente, ayudan a que dos personas se conviertan en una, porque permiten que cada uno vea y responda el punto de vista del otro. Los matrimonios exitosos colocan estos últimos tres niveles en el centro de toda comunicación.
Nivel 6. Comunicar sus creencias. La Biblia nos enseña que por encima de todo, debemos guardar nuestro corazón. Dado que en nuestro corazón están nuestras creencias, compartir estas creencias el uno con el otro es el nivel más profundo de comunicación. Mi esposa y yo pasamos horas hablando sobre nuestras creencias y de dónde éstas provienen.
Como podrán imaginar, nuestro matrimonio era una colisión de mundos. Eso generaba mucha fricción, hasta que aprendimos a comunicar nuestras más profundas creencias. Luego, nos percatamos que dichas creencias provenían de nuestro trasfondo. Algunas tenían que cambiarse. Una vez compartimos y exploramos nuestras distintas creencias, nos percatamos de quiénes éramos y por qué actuábamos de la manera que lo hacíamos. Entender nuestras creencias nos ayudó mucho a comprendernos y a tratar nuestras diferencias con amor.
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FUENTE:
Escuchar y comunicarse en amor, por Gary Smalley
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Comunicación en el matrimonio I
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Comunicación en el matrimonio III
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ESCUCHAR Y COMUNICARSE EN AMOR
Por Dr. Gary Smalley
LA COMUNICACIÓN ES MUCHO MÁS QUE HABLAR...
En mis entrevistas con más de sesenta mil mujeres alrededor del mundo, he aprendido que no importa la cultura, el nivel económico o la localización geográfica, todas tienen una característica en común: la necesidad de conversar. A todas les hago la misma pregunta:
"¿Qué podría ayudar a mejorar su matrimonio?". La mayoría me responde una y otra vez de la misma manera: "Si mi esposo hablara más conmigo y me abriera su corazón, nuestro matrimonio mejoraría. Cuando mi esposo conversa conmigo, me siento segura".
¿No le parece extraño que en un mundo donde existen dos géneros obviamente diseñados para estar juntos, exista un problema universal de comunicación entre ellos? ¿Cómo es esto posible?
Todo comienza desde antes del nacimiento, cuando nuestros cerebros se están formando en el vientre. Tanto el hombre como la mujer reciben una medida de testosterona. Mientras la mujer recibe poca cantidad de esa hormona, el cerebro del hombre es inundado con la misma. La testosterona hace una gran diferencia, ya que estimula fortaleza, dinamismo y agresión. Esto le da al hombre promedio un enfoque en el poder, la competencia y el deseo de ganar. Los bajos niveles de testosterona en la mujer promedio hacen que su enfoque sea en el cuidado, el afecto, la sensibilidad y las relaciones personales. Gran parte de la comunicación del hombre es buscar metas competitivas, mientras que la mujer busca relaciones.
En cierto modo, el hombre y la mujer viven en dos mundos diferentes. Cuando se casan y comienzan a construir un mundo en común, los mundos de los que salieron pueden ya sea colisionar o mezclarse. Con bastante frecuencia, surgen colisiones antes de comenzar a mezclarse, ya que inocentemente cada uno presume que el otro se comunica de la misma manera que él o ella lo hace. Es ahí cuando se topan con una gran sorpresa, y ni hablar de los inevitables malentendidos que llevan al conflicto. Muchos de esos conflictos se dan porque la mujer tiende a pensar que el hombre es insensible y falto de sentimientos, mientras el hombre suele pensar que la mujer es imposible de entender.
El aprender la naturaleza y el lenguaje de la pareja puede lograr una gran comunicación en el matrimonio. La comunicación eficaz duplicará su satisfacción marital. Esa es una gran promesa. Lo he visto con mis propios ojos, y es absolutamente cierto. La comunicación eficaz hará que su matrimonio sea más íntimo y pacífico, y eliminará casi todas las discusiones intensas. El expresar sus sentimientos le da un mejor entendimiento de sus necesidades primordiales. Mientras mejor entienda las necesidades primordiales de cada cual —esos místicos misterios que cada uno trae del mundo masculino y femenino— más podrá adentrarse en la verdadera intimidad.
La comunicación es más que hablar. El hecho de que usted abra su boca y le salgan palabras, no necesariamente quiere decir que se está comunicando. La comunicación conlleva mucho más que palabras, y sucede que, en ocasiones, las palabras hacen muy poco para promover la intimidad y el entendimiento. La comunicación eficaz conlleva varias acciones a la vez: el escuchar, el hablar, las expresiones faciales, el tono de voz, y, más que nada, el entendimiento. He aquí seis niveles de comunicación que son importantes de entender.
NIVELES DE COMUNICACIÓN EN EL MATRIMONIO:
Nivel 1. Conversación sobre temas triviales. El nivel más bajo de intimidad sucede cuando uno se comunica con clichés o frases cortas que transmiten mínima información con mínimo esfuerzo. "Pásame la sal.", "¿Cómo estuvo tu día?", "Bien.", "Okay.", "¿Qué hiciste hoy?", "Nada.", "¡Oh!", "Nunca". Esta clase de comunicación no requiere concentración ni esfuerzo. En términos de intimidad, casi no tiene sentido.
Esto no quiere decir que las conversaciones cortas no tienen ningún valor. En los matrimonios estables donde las parejas de veras se conocen bien, el simple hecho de que intercambien palabras amables, demuestra que la conexión está abierta y no existen barreras entre sí. Cuando dichas palabras van acompañadas de afecto y contacto visual, demuestran que usted valora a su cónyuge aun cuando las palabras son pocas y mecánicas.
Nivel 2. Comunicar hechos impersonales. Este nivel de comunicación es simple, pues se trata de un intercambio cotidiano de información externa y no personal. "¿Cómo está el tiempo afuera?", "Un poco frío, pero no muy malo". "¿Puedes creer lo que dijo el Presidente hoy?". Este nivel no acarrea intimidad alguna, aunque es amigable y seguro. Rara vez promueve las discusiones intensas.
Nivel 3. Compartir opiniones. Este tercer nivel de comunicación le abre el paso a los niveles que son más significativos y de mayor satisfacción. Conlleva expresar sus opiniones, preocupaciones y expectativas. Eso puede ser como abrir una caja de Pandora, ya que de ahí puede surgir toda clase de problemas Si su cónyuge no comparte su opinión, la luz que anuncia un posible conflicto, puede comenzar a destellar. "Te sigo diciendo que detesto cuando venimos aquí". "Nunca me ha gustado este color para la cocina". ¿Cuándo aprenderás que no me gusta el plátano maduro?"
Declaraciones como esas pueden abrir paso a niveles más profundos de comunicación e intimidad. Al practicar más de destrezas de comunicación, la diferencia de opiniones puede llevarlo a un plano más alto de entendimiento.
"¿Qué podría ayudar a mejorar su matrimonio?". La mayoría me responde una y otra vez de la misma manera: "Si mi esposo hablara más conmigo y me abriera su corazón, nuestro matrimonio mejoraría. Cuando mi esposo conversa conmigo, me siento segura".
¿No le parece extraño que en un mundo donde existen dos géneros obviamente diseñados para estar juntos, exista un problema universal de comunicación entre ellos? ¿Cómo es esto posible?
Todo comienza desde antes del nacimiento, cuando nuestros cerebros se están formando en el vientre. Tanto el hombre como la mujer reciben una medida de testosterona. Mientras la mujer recibe poca cantidad de esa hormona, el cerebro del hombre es inundado con la misma. La testosterona hace una gran diferencia, ya que estimula fortaleza, dinamismo y agresión. Esto le da al hombre promedio un enfoque en el poder, la competencia y el deseo de ganar. Los bajos niveles de testosterona en la mujer promedio hacen que su enfoque sea en el cuidado, el afecto, la sensibilidad y las relaciones personales. Gran parte de la comunicación del hombre es buscar metas competitivas, mientras que la mujer busca relaciones.
En cierto modo, el hombre y la mujer viven en dos mundos diferentes. Cuando se casan y comienzan a construir un mundo en común, los mundos de los que salieron pueden ya sea colisionar o mezclarse. Con bastante frecuencia, surgen colisiones antes de comenzar a mezclarse, ya que inocentemente cada uno presume que el otro se comunica de la misma manera que él o ella lo hace. Es ahí cuando se topan con una gran sorpresa, y ni hablar de los inevitables malentendidos que llevan al conflicto. Muchos de esos conflictos se dan porque la mujer tiende a pensar que el hombre es insensible y falto de sentimientos, mientras el hombre suele pensar que la mujer es imposible de entender.
El aprender la naturaleza y el lenguaje de la pareja puede lograr una gran comunicación en el matrimonio. La comunicación eficaz duplicará su satisfacción marital. Esa es una gran promesa. Lo he visto con mis propios ojos, y es absolutamente cierto. La comunicación eficaz hará que su matrimonio sea más íntimo y pacífico, y eliminará casi todas las discusiones intensas. El expresar sus sentimientos le da un mejor entendimiento de sus necesidades primordiales. Mientras mejor entienda las necesidades primordiales de cada cual —esos místicos misterios que cada uno trae del mundo masculino y femenino— más podrá adentrarse en la verdadera intimidad.
La comunicación es más que hablar. El hecho de que usted abra su boca y le salgan palabras, no necesariamente quiere decir que se está comunicando. La comunicación conlleva mucho más que palabras, y sucede que, en ocasiones, las palabras hacen muy poco para promover la intimidad y el entendimiento. La comunicación eficaz conlleva varias acciones a la vez: el escuchar, el hablar, las expresiones faciales, el tono de voz, y, más que nada, el entendimiento. He aquí seis niveles de comunicación que son importantes de entender.
NIVELES DE COMUNICACIÓN EN EL MATRIMONIO:
Nivel 1. Conversación sobre temas triviales. El nivel más bajo de intimidad sucede cuando uno se comunica con clichés o frases cortas que transmiten mínima información con mínimo esfuerzo. "Pásame la sal.", "¿Cómo estuvo tu día?", "Bien.", "Okay.", "¿Qué hiciste hoy?", "Nada.", "¡Oh!", "Nunca". Esta clase de comunicación no requiere concentración ni esfuerzo. En términos de intimidad, casi no tiene sentido.
Esto no quiere decir que las conversaciones cortas no tienen ningún valor. En los matrimonios estables donde las parejas de veras se conocen bien, el simple hecho de que intercambien palabras amables, demuestra que la conexión está abierta y no existen barreras entre sí. Cuando dichas palabras van acompañadas de afecto y contacto visual, demuestran que usted valora a su cónyuge aun cuando las palabras son pocas y mecánicas.
Nivel 2. Comunicar hechos impersonales. Este nivel de comunicación es simple, pues se trata de un intercambio cotidiano de información externa y no personal. "¿Cómo está el tiempo afuera?", "Un poco frío, pero no muy malo". "¿Puedes creer lo que dijo el Presidente hoy?". Este nivel no acarrea intimidad alguna, aunque es amigable y seguro. Rara vez promueve las discusiones intensas.
Nivel 3. Compartir opiniones. Este tercer nivel de comunicación le abre el paso a los niveles que son más significativos y de mayor satisfacción. Conlleva expresar sus opiniones, preocupaciones y expectativas. Eso puede ser como abrir una caja de Pandora, ya que de ahí puede surgir toda clase de problemas Si su cónyuge no comparte su opinión, la luz que anuncia un posible conflicto, puede comenzar a destellar. "Te sigo diciendo que detesto cuando venimos aquí". "Nunca me ha gustado este color para la cocina". ¿Cuándo aprenderás que no me gusta el plátano maduro?"
Nivel 4. Compartir sentimientos profundos. El cuarto nivel de comunicación es para que la pareja se sienta lo suficientemente libre como para abrirse y revelar sus sentimientos más profundos, sabiendo que lo que revelará, será tratado con amor y cuidado. La seguridad es crucial en este nivel. El cónyuge tiene que sentirse totalmente seguro en el amor que sienten mutuamente, antes de estar dispuestos a confiar sus sentimientos más íntimos y vulnerables.
"Me he estado sintiendo un poco sola mientras trabajas en ese proyecto de la iglesia". "No me siento bien con la decisión de comprar esa casa". "Yo sé que te encantan las reuniones de tu clase, pero, en cierta forma me siento ignorado."
Nivel 5. Compartir necesidades de relación vitales. Este nivel de comunicación lleva a la experiencia marital más profunda de amor y satisfacción. Entender y responder a las necesidades de cada uno sin juzgar ni recriminar, demuestra seguridad y logra unidad.
"Necesito que te involucres en la disciplina de los niños." "Necesito sentir que me necesitas y aprecias antes de responderte sexualmente." "Necesito estar media hora solo cuando llego a la casa del trabajo, para relajarme."
Claro está, este nivel es más difícil de alcanzar. Implica ser abierto y sincero el uno con el otro, lo cual significa amarse lo suficiente como para permitir que haya sinceridad. Los cónyuges suelen llegar a los niveles de comunicación cuatro y cinco, a través de la senda del conflicto o el desacuerdo Eso es negativo. Cuando los desacuerdos son comunicados y resueltos apropiadamente, ayudan a que dos personas se conviertan en una, porque permiten que cada uno vea y responda el punto de vista del otro. Los matrimonios exitosos colocan estos últimos tres niveles en el centro de toda comunicación.
Nivel 6. Comunicar sus creencias. La Biblia nos enseña que por encima de todo, debemos guardar nuestro corazón. Dado que en nuestro corazón están nuestras creencias, compartir estas creencias el uno con el otro es el nivel más profundo de comunicación. Mi esposa y yo pasamos horas hablando sobre nuestras creencias y de dónde éstas provienen.
Ella se crió en un ambiente ordenado y estable. Su papá llegaba a tiempo todas las noches para la cena. Su mamá se quedaba en la casa, se ocupaba de los asuntos del hogar y cocinaba. Vivió en la misma casa por más de veinte años. Su hermano ya se había mudado del hogar para cuando ella nació, así que se crió como hija única y tratada como una princesa. Por otro lado, soy el más pequeño de cinco hijos. Mi padre cambiaba de trabajo cada año, y nos mudábamos muy seguido. Al ser el bebé de la familia, esperaba que me dieran mucha atención, y tenía que tener mis necesidades gratificadas instantáneamente.
Como podrán imaginar, nuestro matrimonio era una colisión de mundos. Eso generaba mucha fricción, hasta que aprendimos a comunicar nuestras más profundas creencias. Luego, nos percatamos que dichas creencias provenían de nuestro trasfondo. Algunas tenían que cambiarse. Una vez compartimos y exploramos nuestras distintas creencias, nos percatamos de quiénes éramos y por qué actuábamos de la manera que lo hacíamos. Entender nuestras creencias nos ayudó mucho a comprendernos y a tratar nuestras diferencias con amor.
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FUENTE:
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