LA RELACIÓN ENTRE HERMANOS
Alba Caraballo y María del Mar García Orgaz
Todas las personas en el mundo tenemos hermanos o hermanas ya sea por consanguinidad, por imposición o sencillamente por afinidad. Y es que los hermanos y hermanas, sin importar la edad que tengan y sin importar si son mayores o menores que tú, son personas sumamente valiosas a las que se les quiere, se les cuida, se les confía, se les respeta y se les ama con todas las fuerzas del corazón.
Los hermanos no sólo tienen en común los genes, la cultura, la educación o la clase social, además comparten las mismas experiencias dentro de la familia y viven los mismos acontecimientos. Cada persona es única y tiene su propia personalidad, dos hermanos criados bajo el mismo techo pueden desarrollar formas de comportarse diferentes, sin embargo, ambos comparten los mismos recuerdos y vivencias.
Podríamos decir que un hermano mejora la calidad de vida, dado que aumenta el bienestar emocional, proporciona compañía, ofrece cariño y, con mucha frecuencia, aporta seguridad de carácter duradero. Hay padres que deciden no tener otro hijo porque piensan que no podrán mantener económicamente a más de uno o no dispondrán de todo el tiempo que le querrían dedicar.
Consideran que no podrían conciliar la vida familiar y la profesional . Es cierto que los hijos únicos se granjean grandes amigos y muchos aseguran no haber añorado nunca un hermano. Pero también es cierto que, cuando se pregunta acerca de la persona más significativa en su vida, la mayoría de la gente pone al mismo nivel a un hermano que a un padre y tiene mucho que decir sobre lo que aporta un hermano a lo largo de la existencia, no únicamente en la infancia.
Algunos investigadores creen que el orden en que se nace es tan importante como el género y casi tan importante como la genética. Nos lleva de vuelta a toda esa problemática de la crianza versus la naturaleza de las personas. No existen dos niños que tengan los mismos padres, aunque pertenezcan a la misma familia. ¿Por qué? Porque los padres son diferentes con cada uno de sus hijos, quienes nunca toman el mismo rol. Por ejemplo, si eres el niño que cuida a los demás, entonces ese rol ya no está disponible y tu hermano tomará otro, quizás el del triunfador.
Somos padres diferentes con cada uno de nuestros hijos. Como padres, recuerdas bien a tu primer hijo: era al que mirabas para asegurarte que estaba respirando cuando lo ponías en la cuna, el bebé al que amamantaste o para el cual esterilizabas mamaderas y al cual cargaste por la mayor parte del tiempo. Ese niño es el único que siempre tendrá a sus padres para él o ella completamente, todos los otros hermanos tendrán que compartir.
Si lo piensas, los primogénitos entran a una familia de adultos que están orgullosos de todos sus progresos y asustados de que les pase algo. El niño del medio usualmente es dominado por el primogénito, quien es mayor, más inteligente y más competente. En el momento en el que el bebé llega, los padres usualmente están cansados, exhaustos y es menos probable que se fijen en cada pequeño detalle. En este punto, ya sabes que tu bebé no se romperá y por lo tanto puedes ser más flexible tanto en la atención como en la disciplina. Debido a esto, el bebé aprenderá desde pequeño a seducirte y entretenerte.
Mientras que el hijo mayor está programado para la excelencia y los logros, el hijo del medio es criado para que sea comprensivo y conciliador, mientras que el bebé busca atención. El resultado genera que el orden en que nacen sea una variable poderosa a la hora del desarrollo de la personalidad.
El primogénito: el triunfador
El hijo mayor probablemente tendrá más cosas en común con otros hijos mayores que con sus propios hermanos y hermanas. Debido a que han tenido tanto control sobre sus padres y gran parte de su atención cuando eran primerizos; son muy responsables, se puede confiar en ellos, saben comportarse, son cuidadosos y reflejan una versión en miniatura de sus propios padres.
Si eres el hijo mayor, probablemente eres alguien que logra muchas cosas y que busca la aprobación de los demás, alguien dominador y perfeccionista que usa todo el oxígeno que haya en la habitación. Pueden ser encontrados en carreras de liderazgo tales como leyes, medicina o como gerente. Como un mini-padre o madre intentas dominar a tus hermanos. El problema es que cuando el bebé número dos llegue, también experimentaras un sentido de pérdida. Al perder tu asiento en el trono familiar, también perderás ese lugar especial que te daba el ser el único. Toda la atención que antes era exclusivamente tuya ahora debe ser compartida con tu hermano.
El hijo del medio: el pacifista
Si eres el hijo del medio, probablemente eres comprensivo, cooperativo y flexible aunque también tienes características competitivas. Te importa la justicia. De hecho, como el hijo del medio, es probable que tengas un círculo cercano de amigos que representan una parte adicional de tu familia. Es aquí donde encontrarás la atención que probablemente no recibiste en tu familia. Como el hijo del medio, recibiste la menor cantidad de atención de parte de tu familia, y como resultado, esta familia que has elegido es tu compensación.
Tú y tu hermano mayor nunca serán buenos para lo mismo. El rasgo de personalidad que te define como el hijo del medio será opuesto al de tu hermano mayor o menor. Pero esas increíbles habilidades sociales que has aprendido debido a ser el del medio (negociar y navegar la estructura familiar) pueden prepararte para un rol de emprendedor a gran escala.
El hijo menor: el alma de la fiesta
Si eres el bebé, tus padres ya tienen confianza en sus roles como cuidadores, y por lo tanto son más indulgentes y no prestan, necesariamente, atención a todos tus movimientos como lo hacían con tus hermanos mayores. Por lo tanto, has aprendido como seducir al público con tu simpatía y encanto.
Como el hijo menor, tienes más libertad que tus hermanos y, en cierto sentido, eres más independiente. También tienes mucho en común con tu hermano mayor, ya que ambos sienten que tienen derechos y que son especiales. Tu rango de influencia se extiende a lo largo de tu familia, quienes te apoyan tanto emocional como físicamente. Por lo tanto, sientes que tienes un lugar para ti y te hace sentir seguro.
Quizás no será una sorpresa notar que el hijo menor usualmente opta por carreras en el negocio del entretenimiento como actores, comediantes, directores, escritores y carreras afines. También son buenos doctores y profesores. Debido a que tus padres eran más relajados e indulgentes, esperar que la libertad te siga a través de tu propio camino con tu estilo creativo. Como el bebé de la familia, has tenido menos responsabilidades y por lo tanto no buscas experiencias con mucha responsabilidad.
El solitario: el hijo único
Si eres hijo único, creciste rodeado de adultos, y por lo tanto, eres más verbal y usualmente más maduro.Esto te permite ganar en inteligencia y superar cualquier otra diferencia en el orden de nacimiento.Habiendo pasado tanto tiempo sólo, eres ingenioso, creativo y crees en tu independencia. Si eres hijo único, la verdad es que tienes mucho en común con los primogénitos y también con los más pequeños de la familia.
El análisis final para los padres es que es importante conocer a tu hijo. Incluso más importante que el orden en el cual nacen es crear un ambiente que sea positivo, seguro, saludable y estimulante para ellos. Al comprender la personalidad particular de tu hijo y su temperamento, puedes organizar su ambiente para hacer que lleguen al máximo de sus capacidades. Por ejemplo, comprender que el primogénito se siente muy responsable te ayudará a no darles una carga tan pesada y a reconocer que el bebé de la familia está experimentando un ambiente que es menos estricto te puede ayudar a ser más diligente con tu disciplina.
Los niños necesitan que se les permita buscar su propio destino, sea cual sea su rol dentro de la familia; y como padres, el trabajo más importante que tienen es apoyar su viaje individual.
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Educación sexual para niños
Alba Caraballo y María del Mar García Orgaz
Todas las personas en el mundo tenemos hermanos o hermanas ya sea por consanguinidad, por imposición o sencillamente por afinidad. Y es que los hermanos y hermanas, sin importar la edad que tengan y sin importar si son mayores o menores que tú, son personas sumamente valiosas a las que se les quiere, se les cuida, se les confía, se les respeta y se les ama con todas las fuerzas del corazón.
Los hermanos no sólo tienen en común los genes, la cultura, la educación o la clase social, además comparten las mismas experiencias dentro de la familia y viven los mismos acontecimientos. Cada persona es única y tiene su propia personalidad, dos hermanos criados bajo el mismo techo pueden desarrollar formas de comportarse diferentes, sin embargo, ambos comparten los mismos recuerdos y vivencias.
Según nos cuenta la psicóloga infantil María del Mar García Orgaz, el hermano durante la niñez es una fuente de compañía. Entre ellos hay una relación de amor y amistad, aunque también de hostilidad, rivalidad, competitividad, celos y, en ocasiones, odio. Son relaciones muy intensas. A lo largo de la adolescencia, pueden llegar a ser consejeros o confidentes y convertirse en grandes aliados. Cuando en la madurez, los hermanos comienzan a formar su propia familia, tienden a tener una relación de cariño y apoyo hacia tanto hacia el otro como hacia sus sobrinos. Ya en la vejez, cuando los hijos se han ido de casa y cónyuges o familiares han muerto, vuelven a tener una relación más cercana, de entendimiento y apoyo mutuo. Evidentemente no siempre es así, las relaciones entre hermanos a veces no funcionan y son tensas o inexistentes. Sin embargo, nadie debería perdérsela, la relación fraternal ofrece un apoyo único y muy especial a lo largo de la vida y, muchas veces, están más cerca que los propios padres. Un hermano puede contribuir a hacer más feliz la vida de uno ya que proporciona valores tan importantes como compañía, cariño, entendimiento, amistad, seguridad o comprensión.
Las relaciones filiales en los niños y adolescentes
El hermano durante la infancia: son una fuente constante de compañía mutua. Lo característico de las interacciones entre hermanas y hermanos pequeños son las expresiones intensas y desinhibidas de amor, afecto, lealtad, hostilidad, odio y resentimiento.
El hermano durante los años escolares: para establecer nuevas relaciones, los hermanos ponen en práctica las habilidades sociales que han aprendido del otro. Se enseñan mutuamente habilidades para la resolución de conflictos, frente a situaciones de competitividad, rivalidad, ante los compromisos y en materia de educación.
El hermano durante la adolescencia: recurren unos a otros y se convierten en confidentes, consejeros y asesores, particularmente con relación a las amistades, las presiones de los compañeros, la sexualidad y ante los problemas que puedan surgir. Son grandes aliados. En la madurez, cuando los hermanos comienzan a tener sus propios hijos, y ya asumiendo su papel de tíos y tías, pueden proveer una red adicional de cariño y apoyo para todos.
Los hermanos durante la vejez: A una edad avanzada, cuando los chicos han crecido y se han ido del hogar, cuando los cónyuges han fallecido, los hermanos se proporcionan nuevamente apoyo y tejen una red social mutua. En muchos casos, se restablece el contacto frecuente y, en ocasiones, incluso se mudan de casa para estar cerca, brindándose compañía en esta etapa de la vida, de la misma forma que lo hicieron desde el comienzo de su existencia.
El hermano durante los años escolares: para establecer nuevas relaciones, los hermanos ponen en práctica las habilidades sociales que han aprendido del otro. Se enseñan mutuamente habilidades para la resolución de conflictos, frente a situaciones de competitividad, rivalidad, ante los compromisos y en materia de educación.
El hermano durante la adolescencia: recurren unos a otros y se convierten en confidentes, consejeros y asesores, particularmente con relación a las amistades, las presiones de los compañeros, la sexualidad y ante los problemas que puedan surgir. Son grandes aliados. En la madurez, cuando los hermanos comienzan a tener sus propios hijos, y ya asumiendo su papel de tíos y tías, pueden proveer una red adicional de cariño y apoyo para todos.
Los hermanos durante la vejez: A una edad avanzada, cuando los chicos han crecido y se han ido del hogar, cuando los cónyuges han fallecido, los hermanos se proporcionan nuevamente apoyo y tejen una red social mutua. En muchos casos, se restablece el contacto frecuente y, en ocasiones, incluso se mudan de casa para estar cerca, brindándose compañía en esta etapa de la vida, de la misma forma que lo hicieron desde el comienzo de su existencia.
La importancia de los hermanos
En definitiva, la relación fraternal es un sistema de apoyo único, ya que los hermanos son los miembros de la familia que, con toda probabilidad, más van a coexistir temporalmente a lo largo de la vida. Están más cerca que los propios padres, son maestros, modelos a imitar debido a que esta relación a menudo está basada en la admiración, el cariño, la confianza y la simpatía.Podríamos decir que un hermano mejora la calidad de vida, dado que aumenta el bienestar emocional, proporciona compañía, ofrece cariño y, con mucha frecuencia, aporta seguridad de carácter duradero. Hay padres que deciden no tener otro hijo porque piensan que no podrán mantener económicamente a más de uno o no dispondrán de todo el tiempo que le querrían dedicar.
Consideran que no podrían conciliar la vida familiar y la profesional . Es cierto que los hijos únicos se granjean grandes amigos y muchos aseguran no haber añorado nunca un hermano. Pero también es cierto que, cuando se pregunta acerca de la persona más significativa en su vida, la mayoría de la gente pone al mismo nivel a un hermano que a un padre y tiene mucho que decir sobre lo que aporta un hermano a lo largo de la existencia, no únicamente en la infancia.
El orden del nacimiento importa
Algunos investigadores creen que el orden en que se nace es tan importante como el género y casi tan importante como la genética. Nos lleva de vuelta a toda esa problemática de la crianza versus la naturaleza de las personas. No existen dos niños que tengan los mismos padres, aunque pertenezcan a la misma familia. ¿Por qué? Porque los padres son diferentes con cada uno de sus hijos, quienes nunca toman el mismo rol. Por ejemplo, si eres el niño que cuida a los demás, entonces ese rol ya no está disponible y tu hermano tomará otro, quizás el del triunfador.
Somos padres diferentes con cada uno de nuestros hijos. Como padres, recuerdas bien a tu primer hijo: era al que mirabas para asegurarte que estaba respirando cuando lo ponías en la cuna, el bebé al que amamantaste o para el cual esterilizabas mamaderas y al cual cargaste por la mayor parte del tiempo. Ese niño es el único que siempre tendrá a sus padres para él o ella completamente, todos los otros hermanos tendrán que compartir.
Si lo piensas, los primogénitos entran a una familia de adultos que están orgullosos de todos sus progresos y asustados de que les pase algo. El niño del medio usualmente es dominado por el primogénito, quien es mayor, más inteligente y más competente. En el momento en el que el bebé llega, los padres usualmente están cansados, exhaustos y es menos probable que se fijen en cada pequeño detalle. En este punto, ya sabes que tu bebé no se romperá y por lo tanto puedes ser más flexible tanto en la atención como en la disciplina. Debido a esto, el bebé aprenderá desde pequeño a seducirte y entretenerte.
El triunfador, el pacífico y el alma de la fiesta
Mientras que el hijo mayor está programado para la excelencia y los logros, el hijo del medio es criado para que sea comprensivo y conciliador, mientras que el bebé busca atención. El resultado genera que el orden en que nacen sea una variable poderosa a la hora del desarrollo de la personalidad.
El primogénito: el triunfador
El hijo mayor probablemente tendrá más cosas en común con otros hijos mayores que con sus propios hermanos y hermanas. Debido a que han tenido tanto control sobre sus padres y gran parte de su atención cuando eran primerizos; son muy responsables, se puede confiar en ellos, saben comportarse, son cuidadosos y reflejan una versión en miniatura de sus propios padres.
Si eres el hijo mayor, probablemente eres alguien que logra muchas cosas y que busca la aprobación de los demás, alguien dominador y perfeccionista que usa todo el oxígeno que haya en la habitación. Pueden ser encontrados en carreras de liderazgo tales como leyes, medicina o como gerente. Como un mini-padre o madre intentas dominar a tus hermanos. El problema es que cuando el bebé número dos llegue, también experimentaras un sentido de pérdida. Al perder tu asiento en el trono familiar, también perderás ese lugar especial que te daba el ser el único. Toda la atención que antes era exclusivamente tuya ahora debe ser compartida con tu hermano.
El hijo del medio: el pacifista
Si eres el hijo del medio, probablemente eres comprensivo, cooperativo y flexible aunque también tienes características competitivas. Te importa la justicia. De hecho, como el hijo del medio, es probable que tengas un círculo cercano de amigos que representan una parte adicional de tu familia. Es aquí donde encontrarás la atención que probablemente no recibiste en tu familia. Como el hijo del medio, recibiste la menor cantidad de atención de parte de tu familia, y como resultado, esta familia que has elegido es tu compensación.
Tú y tu hermano mayor nunca serán buenos para lo mismo. El rasgo de personalidad que te define como el hijo del medio será opuesto al de tu hermano mayor o menor. Pero esas increíbles habilidades sociales que has aprendido debido a ser el del medio (negociar y navegar la estructura familiar) pueden prepararte para un rol de emprendedor a gran escala.
El hijo menor: el alma de la fiesta
Si eres el bebé, tus padres ya tienen confianza en sus roles como cuidadores, y por lo tanto son más indulgentes y no prestan, necesariamente, atención a todos tus movimientos como lo hacían con tus hermanos mayores. Por lo tanto, has aprendido como seducir al público con tu simpatía y encanto.
Como el hijo menor, tienes más libertad que tus hermanos y, en cierto sentido, eres más independiente. También tienes mucho en común con tu hermano mayor, ya que ambos sienten que tienen derechos y que son especiales. Tu rango de influencia se extiende a lo largo de tu familia, quienes te apoyan tanto emocional como físicamente. Por lo tanto, sientes que tienes un lugar para ti y te hace sentir seguro.
Quizás no será una sorpresa notar que el hijo menor usualmente opta por carreras en el negocio del entretenimiento como actores, comediantes, directores, escritores y carreras afines. También son buenos doctores y profesores. Debido a que tus padres eran más relajados e indulgentes, esperar que la libertad te siga a través de tu propio camino con tu estilo creativo. Como el bebé de la familia, has tenido menos responsabilidades y por lo tanto no buscas experiencias con mucha responsabilidad.
El solitario: el hijo único
Si eres hijo único, creciste rodeado de adultos, y por lo tanto, eres más verbal y usualmente más maduro.Esto te permite ganar en inteligencia y superar cualquier otra diferencia en el orden de nacimiento.Habiendo pasado tanto tiempo sólo, eres ingenioso, creativo y crees en tu independencia. Si eres hijo único, la verdad es que tienes mucho en común con los primogénitos y también con los más pequeños de la familia.
Padres: conozcan a su hijo
El análisis final para los padres es que es importante conocer a tu hijo. Incluso más importante que el orden en el cual nacen es crear un ambiente que sea positivo, seguro, saludable y estimulante para ellos. Al comprender la personalidad particular de tu hijo y su temperamento, puedes organizar su ambiente para hacer que lleguen al máximo de sus capacidades. Por ejemplo, comprender que el primogénito se siente muy responsable te ayudará a no darles una carga tan pesada y a reconocer que el bebé de la familia está experimentando un ambiente que es menos estricto te puede ayudar a ser más diligente con tu disciplina.
Los niños necesitan que se les permita buscar su propio destino, sea cual sea su rol dentro de la familia; y como padres, el trabajo más importante que tienen es apoyar su viaje individual.
Fuentes:
Alba Caraballo. Editora de GuiaInfantil.com, htt/www.guia.infantil...educación/educacional.htm.
María del Mar García Orgaz, Psicóloga infantil http://www.upsocl.com/mujer/como-el-orden-de-nacimiento-influye-en-la-personalidad-de-los-hermanos-increible/
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María del Mar García Orgaz, Psicóloga infantil http://www.upsocl.com/mujer/como-el-orden-de-nacimiento-influye-en-la-personalidad-de-los-hermanos-increible/
Educando a tu hijo I
Educando a tu hijo II
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La obesidad infantil
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3 comentarios:
Hongo Frito
Excelente estudio y devocional. ¡Dios les bendiga!
Dios les,bendiga.
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