EL PROBLEMA DE LA OBESIDAD HOY III
La obesidad está en el cerebro según expertos
Por el Ministerio de Comunicación de la Comunidad cristiana Hay paz con Dios
Entre un 40 y un 70 por ciento de la obesidad tiene un componente genético y, a pesar de que siempre se ha vinculado con la parte media del cuerpo, una gran cantidad de los genes de esta enfermedad están relacionados con el cerebro que hace que estemos más o menos hambrientos o que dejemos de comer o no.
“La obesidad está en el cerebro”, subrayó la doctora Ruth Loos, directora del programa de metabolismo y genética de la obesidad del Instituto de Medicina Personalizada Charles R. Bronfman de Nueva York, en un Simposio Internacional que se celebra en Madrid.
La doctora explicó que la investigación actual tiende hacia el descubrimiento de nuevos genes para entender mejor la biología de la obesidad, “qué es lo que nos hace obesos”, y así poder dirigir los esfuerzos de manera más racional.
También añadió que, con la información disponible en estos momentos, no es posible predecir de manera precisa quién va a ser o no obeso.
De hecho, solo se puede predecir entre un 5 y un 20 por ciento de la genética de la obesidad, señaló la experta.
El doctor José María Ordovás, director del laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts (EEUU), subrayó que la obesidad no es un problema único ni responde a un gen único -de hecho, se conocen unos 200 genes asociados con esta patología-.
El doctor Ordovás explicó que existe un ambiente “obesogénico” en el que vivimos inmersos y al que estamos expuestos (cuando se come, si se duerme más o menos, el estrés, …) y señaló que su conocimiento es el “talón de aquiles”, que “de alguna manera” está entorpeciendo el avance de la investigación.
El experto en nutrición destacó que “el diálogo que existe entre los genes y el medio ambiente en muchos casos se modula a través de la epigenética”, como es el caso del riesgo que los bebés pueden adquirir de ser obesos mediante la alimentación materna durante el embarazo, aunque es un campo aún incipiente.
Además, Ordovás se refirió a la relación que existe entre la obesidad y los niveles socioeconómico y educativo, de tal forma que individuos con un nivel alto y que tienen el gen FTO (el que está más relacionado con esta patología) no llegan a manifestarlo debido a que llevan a cabo unos hábitos de vida saludables.
Por su parte, el doctor Antonio Vidal-Puch, de la Universidad de Cambridge, precisó que el problema de la obesidad no es el exceso de grasa que una persona tiene, sino la cantidad de ésta que llega a otros órganos como el hígado, el músculo o el cerebro que hace que no funcionen bien, lo que se conoce como “síndrome metabólico”.
Vidal-Puch se mostró en contra de políticas de prevención agresivas que “estigmaticen” la obesidad, porque “obeso no es el que quiere sino el que puede”.
La obesidad está en el cerebro según expertos
Por el Ministerio de Comunicación de la Comunidad cristiana Hay paz con Dios
Entre un 40 y un 70 por ciento de la obesidad tiene un componente genético y, a pesar de que siempre se ha vinculado con la parte media del cuerpo, una gran cantidad de los genes de esta enfermedad están relacionados con el cerebro que hace que estemos más o menos hambrientos o que dejemos de comer o no.
“La obesidad está en el cerebro”, subrayó la doctora Ruth Loos, directora del programa de metabolismo y genética de la obesidad del Instituto de Medicina Personalizada Charles R. Bronfman de Nueva York, en un Simposio Internacional que se celebra en Madrid.
La doctora explicó que la investigación actual tiende hacia el descubrimiento de nuevos genes para entender mejor la biología de la obesidad, “qué es lo que nos hace obesos”, y así poder dirigir los esfuerzos de manera más racional.
También añadió que, con la información disponible en estos momentos, no es posible predecir de manera precisa quién va a ser o no obeso.
De hecho, solo se puede predecir entre un 5 y un 20 por ciento de la genética de la obesidad, señaló la experta.
El doctor José María Ordovás, director del laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts (EEUU), subrayó que la obesidad no es un problema único ni responde a un gen único -de hecho, se conocen unos 200 genes asociados con esta patología-.
El doctor Ordovás explicó que existe un ambiente “obesogénico” en el que vivimos inmersos y al que estamos expuestos (cuando se come, si se duerme más o menos, el estrés, …) y señaló que su conocimiento es el “talón de aquiles”, que “de alguna manera” está entorpeciendo el avance de la investigación.
El experto en nutrición destacó que “el diálogo que existe entre los genes y el medio ambiente en muchos casos se modula a través de la epigenética”, como es el caso del riesgo que los bebés pueden adquirir de ser obesos mediante la alimentación materna durante el embarazo, aunque es un campo aún incipiente.
Además, Ordovás se refirió a la relación que existe entre la obesidad y los niveles socioeconómico y educativo, de tal forma que individuos con un nivel alto y que tienen el gen FTO (el que está más relacionado con esta patología) no llegan a manifestarlo debido a que llevan a cabo unos hábitos de vida saludables.
Por su parte, el doctor Antonio Vidal-Puch, de la Universidad de Cambridge, precisó que el problema de la obesidad no es el exceso de grasa que una persona tiene, sino la cantidad de ésta que llega a otros órganos como el hígado, el músculo o el cerebro que hace que no funcionen bien, lo que se conoce como “síndrome metabólico”.
Vidal-Puch se mostró en contra de políticas de prevención agresivas que “estigmaticen” la obesidad, porque “obeso no es el que quiere sino el que puede”.
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