EL GUERRERO DE ALABANZA
Por Debbie Przybylski y Chuck Pierce
“Dios está estableciendo una nueva autoridad en su iglesia para llegar hasta el tercer cielo, alcanzar el corazón de Dios, y llevar esa revelación de vuelta a la tierra donde podamos cumplir su voluntad. Cuando lo alabamos, cambiaremos la misma atmósfera que nos rodea la voluntad de Dios llevándose a cabo en la tierra como lo es en los cielos. ¡Esto es lo que pedimos cada vez que oramos el Padre Nuestro!”
Es hora de buscar el rostro de Dios a través de la alabanza: La palabra “buscar ” implica buscar, escudriñar, apuntar o a descubrir. Necesitamos buscar y desear a Dios con profunda pasión. Dios desea que nos convirtamos en guerreros de la alabanza para Su reino. Estoy usando esta etapa de mi vida para buscar a Dios de una forma más profunda. Cuando llegas al final de tus recursos, cuando necesitas a Dios desesperadamente, cuando tienes hambre de más, entonces todo lo demás no es tan importante como buscar el rostro de Dios. Dios nos está desarraigando de nuestros tesoros temporales y terrenales y nos está trayendo a una nueva dimensión espiritual y andar con Él. La mayoría de nosotros diría “Nunca hemos estado así antes.”
Cuando alabamos entramos en una conexión sobrenatural con Dios: Hay poder en esa conexión. Como resultado, las puertas en la tierra se abren para nosotros. Tenemos una revelación de la voluntad y el propósito de Dios. Podemos andar en un nuevo nivel de victoria. Dios nos trae a un lugar de transformación. Somos sacados de los patrones de este mundo y entramos en los patrones que Dios creó para nosotros. Somos confortados en medio de la tormenta, y recibimos la ayuda del Espíritu Santo. Cuando alabamos, ascendemos a un nuevo lugar y empezamos a ver las cosas desde una perspectiva celestial. Alabar a Dios abre la puerta de la presencia de Dios y Su poder sobre la tierra.
Estamos en días en los que la guerra espiritual se está incrementando: La vida está cambiando racionalmente. Dios quiere que aprendamos a ascender en alabanza y después aprender a descender en combate. Lo que hicimos ayer y la forma en que vivíamos ya no es adecuada para los días en los que estamos entrando. Debemos levantarnos a un nuevo nivel de espiritualidad. Debemos de ascender al trono de nuestro Padre, y entonces Él le da sentido a todo. No podemos ya depender de nuestro propio entendimiento. Las armas de nuestra lucha no son carnales, sino poderosas. Debemos recibir revelación celestial para poder luchar la guerra espiritual sobre la tierra. Desde la posición de la alabanza, conseguiremos la victoria.
“Cuanto más ascendemos, mayor la liberación de fe vendrá a nuestro hombre espiritual. Tienes un asunto o una carga o un proyecto por el que estás orando. Alabas y consigues una pieza del rompecabezas. Dios te habla durante la alabanza, desde tu voz guerreas hasta el siguiente combate y allí consigues nuevo terreno. Alaba más, y consigues más revelación. Desde está revelación haces la guerra.”
Ascender en alabanza
“¡Este es un tiempo para la alabanza! Este es un tiempo para que los intercesores asciendan, alaben y entren confiadamente dentro de la sala del trono de nuestro padre.”
Cuando ascendemos en alabanza, entramos en un nuevo ámbito: Las promesas de Dios se convierten en realidades en nuestras vidas, porque nuestra fe se despierta a un nuevo nivel. Dios nos llama a que ascendamos en alabanza, pero ¿cómo podemos hacer eso cuando hay tantas preocupaciones en este mundo? Aquí hay algunas formas prácticas en las que podemos ascender en alabanza:
• Dale tiempo a Dios: El enemigo intentará mantenerte demasiado ocupado como para que busques a Dios. Ésta es su estrategia. Él pondrá muchas cosas buenas en tu camino. Él sabe que cuando estás buscando a Dios sinceramente, entrarás en un nuevo ámbito y sus trabajos serán destruidos. Mira tu agenda, cueste lo que cueste, estréchala, y busca el rostro de Dios en alabanza.
• Habita. Aprende a habitar en la presencia de Dios en todo momento: Cuando eres tentado a preocuparte o distraerte, reconócelo, confiésalo como pecado en el momento que te des cuenta, y vuelve a la alabanza.
• Sé disciplinado: Lleva una vida de disciplina en alabanza incluso cuando tus circunstancias sean difíciles. Determina persistentemente alabarle a Él. No somos conscientes de los pesos y opresiones que forman parte de esta vida. La alabanza nos levanta por encima de los cuidados de este mundo.
• Alaba continuamente: alabar ocasionalmente no funciona. Debemos alabarle a lo largo del día. No podemos dejar que nuestra mente se concentre en el incremento de problemas de este mundo. Jesús ha abierto el camino. Él está sentado en el cielo a la diestra del Padre. Él reina desde los cielos.
• Usa la Palabra: mezcla el orar la palabra con tus alabanzas. Debido a actuales problemas de salud, estoy leyendo y orando la palabra de Dios a lo largo del día. Esto me está ayudando muchísimo en mi alabanza a Dios. Me está dando una perspectiva celestial y me ayuda a mantenerme enfocada en Dios.
• Expresa lo que hay en tu corazón: a Dios le encanta los adoradores apasionados. Puede que quieras decirlo en alta voz o callado, cantar, llorar o gritar. Usa la forma que te ayude a expresar a Dios lo que hay en tu corazón. Dios busca tu corazón.
Cuando liberamos un sonido de alabanza, la tierra ha de responder. Hay poder en levantar nuestras voces en aclamación al verdadero Dios viviente. Podemos hablar; podemos cantar; podemos gritar. Entonces el poder expresivo de las manos genera un sonido. Podemos aplaudir, y podemos tocar instrumentos. También podemos alzar nuestras manos en alabanza... Podemos ponernos en pie; podemos postrarnos; podemos danzar.
Descender en guerra
“Así que, si vivimos en la tierra pero tenemos acceso a los lugares celestiales a través de la oración, ¿porqué no se hace siempre la voluntad de Dios en la tierra como lo es en los cielos? La respuesta está en el segundo cielo donde Satanás, el príncipe del poder del aire (Efesios 2:2), y sus demonios luchan contra el reinado de Dios y sus ángeles. Satanás es el príncipe de este mundo (véase Juan 12:31, 14:30, 16:11).”
Para mejor entender la lucha a la que nos enfrentamos y el increíble poder que tenemos en la oración, nos ayudará el entender cuidadosamente lo siguiente: el primer cielo es el ámbito terrenal en el que vivimos. Cuando Jesús murió en la cruz, partió el poder de Satanás en este reinado terrenal. A través de su muerte y resurrección, podemos orar hasta el tercer cielo en el que se sienta Dios. tenemos acceso a lugares celestiales a través de nuestras oraciones. Satanás es el príncipe del poder del aire (el segundo cielo) y el dios de esta era. Él intenta bloquear la voluntad del cielo para la tierra a través de una jerarquía de demonios que están posicionados entre nosotros en la tierra y el tercer cielo donde Dios y Jesús están sentados. Nuestra lucha es contra las fuerzas espirituales del mal en el segundo cielo. Él consigue derechos legales para bloquear la voluntad de Dios sobre la tierra a través de rebeliones contra Dios de forma personal y corporativa en cosas como la idolatría, inmoralidad, derramamiento de sangre, y todo tipo de pecados sobre la tierra.
¡La iglesia de Dios tiene el poder para romper las fortalezas de Satanás sobre la tierra!
Podemos atravesar sus dominios en el segundo cielo y podemos destruir sus estrategias. ¡Esta es una verdad poderosa del guerrero de la alabanza! Cuando alabamos, nos rodeamos de la alabanza de Dios. Cuando habitamos en Su presencia, Dios nos equipa para la guerra. Primero ascendemos en alabanza, y después descendemos en combate. ¿Cómo hacemos esto? Aquí hay varias formas prácticas en las que podemos descender en combate:
• Anda en paz: mantén tu posición y anda en la paz que sobrepasa todo entendimiento. Las cosas que necesitas ver ocurrir están en el ámbito sobrenatural. Intentar entenderlas en lo natural no ayudará. Dios está detrás de una vida sobrenatural.
• Escucha atentamente: escucha para conocer la estrategia de Dios. Dios da revelación y fe cuando alabas.
• Vive en expectación: Cree que Dios te dará la revelación. Dios te habla cuando alabas. Sé expectante, y espera que Dios te hable personalmente.
• Ora hasta el final: Aprende a orar hasta ver el fin del asunto que Dios pone en tu corazón. Cuando luchas en oración, recibes más revelación y rompes el poder del enemigo. Tu fe empieza a crecer a un nuevo nivel.
• Gana nuevo terreno: cuando presionas en oración, conquistarás nuevo terreno y revelación para luchar en oración. Es una guerra continua aquí en la tierra pero tienes la habilidad para vencer al enemigo. Dios continuará llevándote a nuevos sitios con nuevas visiones.
• Sé persistente: no te rindas. Conforme recibas nuevo terreno y revelación, debes orar a través de esos asuntos en fe y con persistencia.
“Sabiendo que entramos en una batalla en terreno desconocido, la alabanza y adoración parecen ser nuestras claves para la victoria en los días venideros. A hora hemos entrado en una época de guerra. Cuando comenzamos este último milenio, los cambios y los conflictos se aceleraron. Nos encontramos buscando estabilidad, asentamientos estables y posiciones. El mundo está cambiando tan rápidamente que muchos se despiertan con ansiedad a cada nuevo día... la iglesia está siendo preparada para entrar en su etapa más dinámica de guerra, alabanza y cosecha.”
Por Debbie Przybylski y Chuck Pierce
“Dios está estableciendo una nueva autoridad en su iglesia para llegar hasta el tercer cielo, alcanzar el corazón de Dios, y llevar esa revelación de vuelta a la tierra donde podamos cumplir su voluntad. Cuando lo alabamos, cambiaremos la misma atmósfera que nos rodea la voluntad de Dios llevándose a cabo en la tierra como lo es en los cielos. ¡Esto es lo que pedimos cada vez que oramos el Padre Nuestro!”
Es hora de buscar el rostro de Dios a través de la alabanza: La palabra “buscar ” implica buscar, escudriñar, apuntar o a descubrir. Necesitamos buscar y desear a Dios con profunda pasión. Dios desea que nos convirtamos en guerreros de la alabanza para Su reino. Estoy usando esta etapa de mi vida para buscar a Dios de una forma más profunda. Cuando llegas al final de tus recursos, cuando necesitas a Dios desesperadamente, cuando tienes hambre de más, entonces todo lo demás no es tan importante como buscar el rostro de Dios. Dios nos está desarraigando de nuestros tesoros temporales y terrenales y nos está trayendo a una nueva dimensión espiritual y andar con Él. La mayoría de nosotros diría “Nunca hemos estado así antes.”
Cuando alabamos entramos en una conexión sobrenatural con Dios: Hay poder en esa conexión. Como resultado, las puertas en la tierra se abren para nosotros. Tenemos una revelación de la voluntad y el propósito de Dios. Podemos andar en un nuevo nivel de victoria. Dios nos trae a un lugar de transformación. Somos sacados de los patrones de este mundo y entramos en los patrones que Dios creó para nosotros. Somos confortados en medio de la tormenta, y recibimos la ayuda del Espíritu Santo. Cuando alabamos, ascendemos a un nuevo lugar y empezamos a ver las cosas desde una perspectiva celestial. Alabar a Dios abre la puerta de la presencia de Dios y Su poder sobre la tierra.
Estamos en días en los que la guerra espiritual se está incrementando: La vida está cambiando racionalmente. Dios quiere que aprendamos a ascender en alabanza y después aprender a descender en combate. Lo que hicimos ayer y la forma en que vivíamos ya no es adecuada para los días en los que estamos entrando. Debemos levantarnos a un nuevo nivel de espiritualidad. Debemos de ascender al trono de nuestro Padre, y entonces Él le da sentido a todo. No podemos ya depender de nuestro propio entendimiento. Las armas de nuestra lucha no son carnales, sino poderosas. Debemos recibir revelación celestial para poder luchar la guerra espiritual sobre la tierra. Desde la posición de la alabanza, conseguiremos la victoria.
“Cuanto más ascendemos, mayor la liberación de fe vendrá a nuestro hombre espiritual. Tienes un asunto o una carga o un proyecto por el que estás orando. Alabas y consigues una pieza del rompecabezas. Dios te habla durante la alabanza, desde tu voz guerreas hasta el siguiente combate y allí consigues nuevo terreno. Alaba más, y consigues más revelación. Desde está revelación haces la guerra.”
Ascender en alabanza
“¡Este es un tiempo para la alabanza! Este es un tiempo para que los intercesores asciendan, alaben y entren confiadamente dentro de la sala del trono de nuestro padre.”
Cuando ascendemos en alabanza, entramos en un nuevo ámbito: Las promesas de Dios se convierten en realidades en nuestras vidas, porque nuestra fe se despierta a un nuevo nivel. Dios nos llama a que ascendamos en alabanza, pero ¿cómo podemos hacer eso cuando hay tantas preocupaciones en este mundo? Aquí hay algunas formas prácticas en las que podemos ascender en alabanza:
• Dale tiempo a Dios: El enemigo intentará mantenerte demasiado ocupado como para que busques a Dios. Ésta es su estrategia. Él pondrá muchas cosas buenas en tu camino. Él sabe que cuando estás buscando a Dios sinceramente, entrarás en un nuevo ámbito y sus trabajos serán destruidos. Mira tu agenda, cueste lo que cueste, estréchala, y busca el rostro de Dios en alabanza.
• Habita. Aprende a habitar en la presencia de Dios en todo momento: Cuando eres tentado a preocuparte o distraerte, reconócelo, confiésalo como pecado en el momento que te des cuenta, y vuelve a la alabanza.
• Sé disciplinado: Lleva una vida de disciplina en alabanza incluso cuando tus circunstancias sean difíciles. Determina persistentemente alabarle a Él. No somos conscientes de los pesos y opresiones que forman parte de esta vida. La alabanza nos levanta por encima de los cuidados de este mundo.
• Alaba continuamente: alabar ocasionalmente no funciona. Debemos alabarle a lo largo del día. No podemos dejar que nuestra mente se concentre en el incremento de problemas de este mundo. Jesús ha abierto el camino. Él está sentado en el cielo a la diestra del Padre. Él reina desde los cielos.
• Usa la Palabra: mezcla el orar la palabra con tus alabanzas. Debido a actuales problemas de salud, estoy leyendo y orando la palabra de Dios a lo largo del día. Esto me está ayudando muchísimo en mi alabanza a Dios. Me está dando una perspectiva celestial y me ayuda a mantenerme enfocada en Dios.
• Expresa lo que hay en tu corazón: a Dios le encanta los adoradores apasionados. Puede que quieras decirlo en alta voz o callado, cantar, llorar o gritar. Usa la forma que te ayude a expresar a Dios lo que hay en tu corazón. Dios busca tu corazón.
Cuando liberamos un sonido de alabanza, la tierra ha de responder. Hay poder en levantar nuestras voces en aclamación al verdadero Dios viviente. Podemos hablar; podemos cantar; podemos gritar. Entonces el poder expresivo de las manos genera un sonido. Podemos aplaudir, y podemos tocar instrumentos. También podemos alzar nuestras manos en alabanza... Podemos ponernos en pie; podemos postrarnos; podemos danzar.
Descender en guerra
“Así que, si vivimos en la tierra pero tenemos acceso a los lugares celestiales a través de la oración, ¿porqué no se hace siempre la voluntad de Dios en la tierra como lo es en los cielos? La respuesta está en el segundo cielo donde Satanás, el príncipe del poder del aire (Efesios 2:2), y sus demonios luchan contra el reinado de Dios y sus ángeles. Satanás es el príncipe de este mundo (véase Juan 12:31, 14:30, 16:11).”
Para mejor entender la lucha a la que nos enfrentamos y el increíble poder que tenemos en la oración, nos ayudará el entender cuidadosamente lo siguiente: el primer cielo es el ámbito terrenal en el que vivimos. Cuando Jesús murió en la cruz, partió el poder de Satanás en este reinado terrenal. A través de su muerte y resurrección, podemos orar hasta el tercer cielo en el que se sienta Dios. tenemos acceso a lugares celestiales a través de nuestras oraciones. Satanás es el príncipe del poder del aire (el segundo cielo) y el dios de esta era. Él intenta bloquear la voluntad del cielo para la tierra a través de una jerarquía de demonios que están posicionados entre nosotros en la tierra y el tercer cielo donde Dios y Jesús están sentados. Nuestra lucha es contra las fuerzas espirituales del mal en el segundo cielo. Él consigue derechos legales para bloquear la voluntad de Dios sobre la tierra a través de rebeliones contra Dios de forma personal y corporativa en cosas como la idolatría, inmoralidad, derramamiento de sangre, y todo tipo de pecados sobre la tierra.
¡La iglesia de Dios tiene el poder para romper las fortalezas de Satanás sobre la tierra!
Podemos atravesar sus dominios en el segundo cielo y podemos destruir sus estrategias. ¡Esta es una verdad poderosa del guerrero de la alabanza! Cuando alabamos, nos rodeamos de la alabanza de Dios. Cuando habitamos en Su presencia, Dios nos equipa para la guerra. Primero ascendemos en alabanza, y después descendemos en combate. ¿Cómo hacemos esto? Aquí hay varias formas prácticas en las que podemos descender en combate:
• Anda en paz: mantén tu posición y anda en la paz que sobrepasa todo entendimiento. Las cosas que necesitas ver ocurrir están en el ámbito sobrenatural. Intentar entenderlas en lo natural no ayudará. Dios está detrás de una vida sobrenatural.
• Escucha atentamente: escucha para conocer la estrategia de Dios. Dios da revelación y fe cuando alabas.
• Vive en expectación: Cree que Dios te dará la revelación. Dios te habla cuando alabas. Sé expectante, y espera que Dios te hable personalmente.
• Ora hasta el final: Aprende a orar hasta ver el fin del asunto que Dios pone en tu corazón. Cuando luchas en oración, recibes más revelación y rompes el poder del enemigo. Tu fe empieza a crecer a un nuevo nivel.
• Gana nuevo terreno: cuando presionas en oración, conquistarás nuevo terreno y revelación para luchar en oración. Es una guerra continua aquí en la tierra pero tienes la habilidad para vencer al enemigo. Dios continuará llevándote a nuevos sitios con nuevas visiones.
• Sé persistente: no te rindas. Conforme recibas nuevo terreno y revelación, debes orar a través de esos asuntos en fe y con persistencia.
“Sabiendo que entramos en una batalla en terreno desconocido, la alabanza y adoración parecen ser nuestras claves para la victoria en los días venideros. A hora hemos entrado en una época de guerra. Cuando comenzamos este último milenio, los cambios y los conflictos se aceleraron. Nos encontramos buscando estabilidad, asentamientos estables y posiciones. El mundo está cambiando tan rápidamente que muchos se despiertan con ansiedad a cada nuevo día... la iglesia está siendo preparada para entrar en su etapa más dinámica de guerra, alabanza y cosecha.”
Citas por Chuch Pierce.
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