UN NOVIAZGO SALUDABLE III
Sentimientos y amor verdadero
Por Sixto Porras
Los sentimientos no son ni buenos ni malos. El problema es lo que hacemos con ellos. Durante la adolescencia, el sentimiento intenso de “estar enamorado,” no es una emoción muy confiable. Este intenso afecto puede evaporarse en cuestión de días, dejando a la persona confundida (y quizás infelizmente casada). La única manera de saber si realmente se ama a otra persona, es dar suficiente tiempo para conocerse.
Una vez que la decisión está hecha para contraer matrimonio, entonces el compromiso mutuo será mucho más importante que los sentimientos, que sin duda vienen y se van.
Muchas veces no pensamos en el peso que tiene un noviazgo, y tenemos la mentalidad de que podemos ser novios porque nos gustamos. No nos damos la oportunidad de conocer a esa persona en un plano de simple amistad, y esta etapa es muy importante porque al ser novios, se supone que seguimos siendo amigos.
El vínculo emocional producido durante el noviazgo, es la clave de los matrimonios duraderos. Cuando somos amigos, tenemos la oportunidad de conocernos tal cual somos, y genera un vínculo emocional que es complementario al conocimiento físico.
El noviazgo se nutre de conversaciones sinceras y agradables, en las que los dos hablan “secretos de enamorados.” Conversan incesantemente de cualquier cosa y de todo. Cuando se casan, hay muy poco que no haya sido ya revelado de ambos. Los compromisos románticos nacen en estas prolongadas conversaciones.
El amor, es una decisión inteligente, no un capricho emocional
Una vez que sus pensamientos y sentimientos están claros, usted debe considerar algunas preguntas claves:
Sentimientos y amor verdadero
Por Sixto Porras
Los sentimientos no son ni buenos ni malos. El problema es lo que hacemos con ellos. Durante la adolescencia, el sentimiento intenso de “estar enamorado,” no es una emoción muy confiable. Este intenso afecto puede evaporarse en cuestión de días, dejando a la persona confundida (y quizás infelizmente casada). La única manera de saber si realmente se ama a otra persona, es dar suficiente tiempo para conocerse.
Una vez que la decisión está hecha para contraer matrimonio, entonces el compromiso mutuo será mucho más importante que los sentimientos, que sin duda vienen y se van.
Muchas veces no pensamos en el peso que tiene un noviazgo, y tenemos la mentalidad de que podemos ser novios porque nos gustamos. No nos damos la oportunidad de conocer a esa persona en un plano de simple amistad, y esta etapa es muy importante porque al ser novios, se supone que seguimos siendo amigos.
El vínculo emocional producido durante el noviazgo, es la clave de los matrimonios duraderos. Cuando somos amigos, tenemos la oportunidad de conocernos tal cual somos, y genera un vínculo emocional que es complementario al conocimiento físico.
El noviazgo se nutre de conversaciones sinceras y agradables, en las que los dos hablan “secretos de enamorados.” Conversan incesantemente de cualquier cosa y de todo. Cuando se casan, hay muy poco que no haya sido ya revelado de ambos. Los compromisos románticos nacen en estas prolongadas conversaciones.
El amor, es una decisión inteligente, no un capricho emocional
- ¿Amo a esta persona?
- ¿Me casaría con esta persona?
- ¿Podría vivir con esta persona el resto de mi vida?
Para responder a estas preguntas, veamos algunos aspectos importantes a tomar en cuenta:
Elabore su propia lista, defina claramente con quién le gustaría casarse.
No se case con alguien que tenga costumbres que le resultan intolerables, esperando que cambie cuando se casen. Nadie cambia al casarse, el matrimonio acentúa lo que hoy se observa.
Si no puede vivir con alguien que es un bebedor, que está en drogas, o que es desaseado, o celoso en extremo, entonces no se case con esa persona. Las posibilidades para un mejoramiento o cambios en las costumbres son mínimas. Lo que ve, es lo que obtendrá. Por lo que es bueno mantener los ojos bien abiertos antes de casarse para observarlo todo.
Fuente:
Enfoque a la Familia
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- Debe gustarle físicamente.
- Debe ser alguien que respete y admire.
- Debe compartir sus valores familiares.
- Debe tener metas claras e ir en pos de ellas.
- Debe ser una persona realizada.
- Debe gustarle la familia.
- Debe tener un gran deseo de superarse.
- Debe ser alguien que ha alcanzado madurez emocional.
Elabore su propia lista, defina claramente con quién le gustaría casarse.
No se case con alguien que tenga costumbres que le resultan intolerables, esperando que cambie cuando se casen. Nadie cambia al casarse, el matrimonio acentúa lo que hoy se observa.
Si no puede vivir con alguien que es un bebedor, que está en drogas, o que es desaseado, o celoso en extremo, entonces no se case con esa persona. Las posibilidades para un mejoramiento o cambios en las costumbres son mínimas. Lo que ve, es lo que obtendrá. Por lo que es bueno mantener los ojos bien abiertos antes de casarse para observarlo todo.
Fuente:
Enfoque a la Familia
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