DEFINAMOS LA ADORACIÓN Parte II
Por el Ministerio de Adoración de la Comunidad cristiana Hay paz con Dios
Traducido por apóstol Dr. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
En la Primera entrega iniciamos una reflexión sobre lo que realmente es la adoración y lo que significa adorar a Dios desde una perspectiva bíblica transformadora. Para ello contamos con dos excelentes expositores contemporáneos que compartirán lo que el Señor les ha permitido aprender y vivir a través de sus respectivos ministerios. Se trata de Bob Kauflin, pastor, maestro y líder de adoración del ministerio Sovereign Grace Ministries, en los Estados Unidos de América; y la muy conocida pastora, conferencista, compositora y líder de adoración Darlene Zschech, en Australia. Ambos expositores compartirán lo que para ellos es adorar a Dios, lo cual nos ayudará en nuestra propia reflexión bíblica y ministerial de este importante ministerio como reyes y sacerdotes para nuestro Dios.
En la Primera entrega, el pastor Paul Kauflin nos introdujo en el tema definiendo las dos primeras características de la adoración a Dios, según la podemos encontrar en la Biblia, la adoración como exaltación y como expresión. Ahora en esta Segunda entrega veremos lo que para él es la adoración como encuentro y la adoración diaria.
ADORACIÓN COMO ENCUENTRO
Hasta aquí hemos visto la adoración como exaltación y como expresión. Pon estos dos conceptos juntos, y veras que nos reunimos para reconocer la supremacía de Dios sobre toda la creación y expresarle nuestra gratitud, amor y sumisión a Él.
Una tercera forma de ver a la adoración bíblica es como un encuentro.
Mientras escudriñaba las Escrituras, comencé a ver que mi visión sobre la adoración se centraba casi exclusivamente en lo que cantaba el domingo por la mañana. Libros como el de "Compromiso con Dios" por David Peterson y "Teología sistemática" por Wayne Grudem me ayudaron a entender que nuestra adoración a Dios no sólo se extiende más allá del mero cantar, sino que involucra cada momento de cada día.
En esta Serie de mensajes, hemos visto cómo la Biblia habla de la adoración como exaltación, expresión y encuentro. Sin embargo, todos ellos se encuentran enlazados en nuestra vida de adoración diaria.
Hay muchas referencias bíblicas para la adoración como un estilo de vida, pero quizás la más conocida podría ser Romanos 12:1-2: -"Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta" (NVI).
Pablo aquí está tomando el lenguaje del Antiguo Testamento y aplicándolo en una nueva forma. Los sacrificios que agradan a Dios ya no son los bueyes, carneros y ovejas, sino nuestras propias vidas. Por supuesto, sabemos que los sacrificios de animales, nunca pretendieron sustituir nuestra humilde devoción a Dios, sino que existían como una expresión de ella. Eso nos recuerda el Salmo 51:17 "El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido" (NVI).
Por lo general pensamos en dar a nuestros corazones al Señor en adoración. Aquí Dios hizo que Pablo usara intencionadamente la palabra "cuerpo". En su comentario sobre Romanos, John Stott, explica, "que para Pablo es claro que la presentación de nuestro cuerpo es nuestro acto de adoración espiritual. Se trata de una significativa paradoja cristiana. Ninguna adoración que sea puramente interior, abstracta y mística, será agradable a Dios; ésta deberá expresarse a sí misma en actos concretos de servicio realizados por nuestros cuerpos".
En otras palabras, la adoración no es algo que simplemente se sienten. Adoración no es el nombre de alguna experiencia que buscamos mientras cantamos, levantamos las manos, o cerramos los ojos. Es mas bien algo que hacemos con nuestros cuerpos en toda nuestra vida. Podemos adorar a Dios a través de nuestra manera de comer, beber, escribir, hablar, cocinar, conducir, y un sinfín de otras maneras. Adoramos a Dios cada vez que ejecutamos una acción con el deseo de atraer más atención a Su grandeza, especialmente revelada cuando Él envío a Su Hijo como un sacrificio expiatorio por nuestros pecados.
A menudo he oído que alguien que es un cantante muy expresivo es descrito como "un verdadero adorador". Ya sea que lo seamos o no, un verdadero adorador se determina mejor por la rapidez con la que perdonamos a quienes nos han ofendido, cómo manejamos nuestras finanzas y por lo que hacemos cuando nadie nos está mirando...
Cuando nos convertimos en cristianos, automáticamente nos convertimos en adoradores de Dios. El resto de nuestras vidas simplemente será una breve preparación para lo que será nuestra eterna ocupación: darle gracias a Dios, adorarle con todo el corazón, lo cual no nos agotará, ni aún en la eternidad.
Que Dios nos dé la gracia de alcanzar un buen corazón, que le de a Él, una constante, completa y apasionada adoración.
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¡DÍGALE NO AL PLAGIO!
Por el Ministerio de Adoración de la Comunidad cristiana Hay paz con Dios
Traducido por apóstol Dr. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
En la Primera entrega iniciamos una reflexión sobre lo que realmente es la adoración y lo que significa adorar a Dios desde una perspectiva bíblica transformadora. Para ello contamos con dos excelentes expositores contemporáneos que compartirán lo que el Señor les ha permitido aprender y vivir a través de sus respectivos ministerios. Se trata de Bob Kauflin, pastor, maestro y líder de adoración del ministerio Sovereign Grace Ministries, en los Estados Unidos de América; y la muy conocida pastora, conferencista, compositora y líder de adoración Darlene Zschech, en Australia. Ambos expositores compartirán lo que para ellos es adorar a Dios, lo cual nos ayudará en nuestra propia reflexión bíblica y ministerial de este importante ministerio como reyes y sacerdotes para nuestro Dios.
En la Primera entrega, el pastor Paul Kauflin nos introdujo en el tema definiendo las dos primeras características de la adoración a Dios, según la podemos encontrar en la Biblia, la adoración como exaltación y como expresión. Ahora en esta Segunda entrega veremos lo que para él es la adoración como encuentro y la adoración diaria.
ADORACIÓN COMO ENCUENTRO
Hasta aquí hemos visto la adoración como exaltación y como expresión. Pon estos dos conceptos juntos, y veras que nos reunimos para reconocer la supremacía de Dios sobre toda la creación y expresarle nuestra gratitud, amor y sumisión a Él.
Una tercera forma de ver a la adoración bíblica es como un encuentro.
¿Qué nosotros anticipamos cuando caminamos por la puerta de nuestro lugar de reunión un domingo por la mañana? ¿Estamos pensando en contactar a los amigos que tenemos, o en las responsabilidades que tenemos o que no podremos ver el juego de la tarde? Tal vez por nuestra gran cantidad de actividades estamos olvidando una de las razones más importantes por las cuales nos reunimos: encontrarnos con el Dios vivo.
El escritor de Hebreos nos da una imagen sorprendente de lo que sucede en la Iglesia de Jesucristo cuando se reúne para adorarlo:
"Ustedes se han acercado al monte Sión, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Se han acercado a millares y millares de ángeles, a una asamblea gozosa, a la iglesia de los primogénitos inscritos en el cielo. Se han acercado a Dios, el juez de todos; a los espíritus de los justos que han llegado a la perfección; a Jesús, el mediador de un nuevo pacto; y a la sangre rociada, que habla con más fuerza que la de Abel. Tengan cuidado de no rechazar al que habla, pues si no escaparon aquellos que rechazaron al que los amonestaba en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si le volvemos la espalda al que nos amonesta desde el cielo" (Hebreos 12:22-25, NVI).
¡Qué cuadro! Si bien este pasaje puede referirse a nuestro continuo estado al frente de Dios, también nos dice que tan pronto comenzamos a cantar el domingo en la mañana, no estamos solos. De hecho, somos simplemente parte de la incontable multitud de creyentes, que a lo largo de la historia de la Humanidad, se han unido al canto de adoración, que se levanta continuamente delante del trono de Dios en el cielo. ¡Estamos viviendo un anticipo de la adoración en la presencia de Dios!
¿Cómo es la experiencia de encontrarse con Dios en adoración? Podríamos pensar en lo que pasó durante la dedicación del templo de Salomón en 2 Crónicas 5:14, donde "Por causa de la nube, los sacerdotes no pudieron celebrar el culto, pues la gloria del Señor había llenado la casa de Dios". ¿O es que lo asociamos con la reunión de oración de los primeros cristianos en Hechos 4:31: -"Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno".
Esta experiencia indica que el poder y la bondad de Dios siguen disponibles hoy en día. Sin embargo, no deberíamos considerar que el único momento en que Dios está presente es cuando la habitación está temblando y no podemos ponernos de pie.
Si miramos de nuevo el pasaje de Hebreos, leemos: "Mirad que no rechacen a Aquel que está hablando". Encontrarse con Dios es el resultado de escuchar la Palabra de Dios con fe, mediante el poder del Espíritu Santo. La Escritura no es sólo "información divina" para nuestra observación, ni es una "verdad que se amolda". Es "la palabra viva y eficaz de Dios"... "la cual actúa en ustedes los creyentes" (Hebreos 4:12, 1 Tes 2:13)
Nosotros escuchamos y proclamamos la Palabra de Dios mientras cantamos. Cuando nuestro pastor expone la Palabra de Dios, Dios mismo habla a nuestros corazones. Estamos unidos a Dios mientras compartimos el pan y la copa durante la Cena de comunión. Y, ciertamente, Dios está hablándonos a través de la predicación del Evangelio; todos estos son medios por los cuales llegamos a conocerle.
No vamos a limitar nuestro encuentro con Dios solamente al tiempo de cánticos o a una sensación física. Si cuando adoramos a Dios solo buscamos una experiencia y un momento que nos ponga la piel de gallina, vamos a terminar frustrados, insatisfechos y con el tiempo decepcionados. Pero si fielmente y con entusiasmo escuchamos Su Voz en Su inmutable Palabra, lo vamos a encontrar una y otra vez.
El escritor de Hebreos nos da una imagen sorprendente de lo que sucede en la Iglesia de Jesucristo cuando se reúne para adorarlo:
"Ustedes se han acercado al monte Sión, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Se han acercado a millares y millares de ángeles, a una asamblea gozosa, a la iglesia de los primogénitos inscritos en el cielo. Se han acercado a Dios, el juez de todos; a los espíritus de los justos que han llegado a la perfección; a Jesús, el mediador de un nuevo pacto; y a la sangre rociada, que habla con más fuerza que la de Abel. Tengan cuidado de no rechazar al que habla, pues si no escaparon aquellos que rechazaron al que los amonestaba en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si le volvemos la espalda al que nos amonesta desde el cielo" (Hebreos 12:22-25, NVI).
¡Qué cuadro! Si bien este pasaje puede referirse a nuestro continuo estado al frente de Dios, también nos dice que tan pronto comenzamos a cantar el domingo en la mañana, no estamos solos. De hecho, somos simplemente parte de la incontable multitud de creyentes, que a lo largo de la historia de la Humanidad, se han unido al canto de adoración, que se levanta continuamente delante del trono de Dios en el cielo. ¡Estamos viviendo un anticipo de la adoración en la presencia de Dios!
¿Cómo es la experiencia de encontrarse con Dios en adoración? Podríamos pensar en lo que pasó durante la dedicación del templo de Salomón en 2 Crónicas 5:14, donde "Por causa de la nube, los sacerdotes no pudieron celebrar el culto, pues la gloria del Señor había llenado la casa de Dios". ¿O es que lo asociamos con la reunión de oración de los primeros cristianos en Hechos 4:31: -"Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno".
Esta experiencia indica que el poder y la bondad de Dios siguen disponibles hoy en día. Sin embargo, no deberíamos considerar que el único momento en que Dios está presente es cuando la habitación está temblando y no podemos ponernos de pie.
Si miramos de nuevo el pasaje de Hebreos, leemos: "Mirad que no rechacen a Aquel que está hablando". Encontrarse con Dios es el resultado de escuchar la Palabra de Dios con fe, mediante el poder del Espíritu Santo. La Escritura no es sólo "información divina" para nuestra observación, ni es una "verdad que se amolda". Es "la palabra viva y eficaz de Dios"... "la cual actúa en ustedes los creyentes" (Hebreos 4:12, 1 Tes 2:13)
Nosotros escuchamos y proclamamos la Palabra de Dios mientras cantamos. Cuando nuestro pastor expone la Palabra de Dios, Dios mismo habla a nuestros corazones. Estamos unidos a Dios mientras compartimos el pan y la copa durante la Cena de comunión. Y, ciertamente, Dios está hablándonos a través de la predicación del Evangelio; todos estos son medios por los cuales llegamos a conocerle.
No vamos a limitar nuestro encuentro con Dios solamente al tiempo de cánticos o a una sensación física. Si cuando adoramos a Dios solo buscamos una experiencia y un momento que nos ponga la piel de gallina, vamos a terminar frustrados, insatisfechos y con el tiempo decepcionados. Pero si fielmente y con entusiasmo escuchamos Su Voz en Su inmutable Palabra, lo vamos a encontrar una y otra vez.
ADORACIÓN COMO VIDA DIARIA
En 1997, después de haber sido pastor por 12 años, tuve la oportunidad de tomar una posición, en el que mi función principal implicaba la formación y el equipamiento de los líderes y músicos de adoración, tanto de mi iglesia local, como de las más de 50 iglesias relacionadas con los ministerios de Sovereign Grace. Poco después de mi llegada, me di cuenta que mucho de lo que había estado enseñando acerca de la adoración había surgido principalmente a partir de mi propia experiencia y la experiencia de otros. Cuando usaba pasajes de la Biblia mientras guiaba la adoración, por lo general era para apoyar lo que ya estaba haciendo.Mientras escudriñaba las Escrituras, comencé a ver que mi visión sobre la adoración se centraba casi exclusivamente en lo que cantaba el domingo por la mañana. Libros como el de "Compromiso con Dios" por David Peterson y "Teología sistemática" por Wayne Grudem me ayudaron a entender que nuestra adoración a Dios no sólo se extiende más allá del mero cantar, sino que involucra cada momento de cada día.
En esta Serie de mensajes, hemos visto cómo la Biblia habla de la adoración como exaltación, expresión y encuentro. Sin embargo, todos ellos se encuentran enlazados en nuestra vida de adoración diaria.
Hay muchas referencias bíblicas para la adoración como un estilo de vida, pero quizás la más conocida podría ser Romanos 12:1-2: -"Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta" (NVI).
Pablo aquí está tomando el lenguaje del Antiguo Testamento y aplicándolo en una nueva forma. Los sacrificios que agradan a Dios ya no son los bueyes, carneros y ovejas, sino nuestras propias vidas. Por supuesto, sabemos que los sacrificios de animales, nunca pretendieron sustituir nuestra humilde devoción a Dios, sino que existían como una expresión de ella. Eso nos recuerda el Salmo 51:17 "El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido" (NVI).
Por lo general pensamos en dar a nuestros corazones al Señor en adoración. Aquí Dios hizo que Pablo usara intencionadamente la palabra "cuerpo". En su comentario sobre Romanos, John Stott, explica, "que para Pablo es claro que la presentación de nuestro cuerpo es nuestro acto de adoración espiritual. Se trata de una significativa paradoja cristiana. Ninguna adoración que sea puramente interior, abstracta y mística, será agradable a Dios; ésta deberá expresarse a sí misma en actos concretos de servicio realizados por nuestros cuerpos".
En otras palabras, la adoración no es algo que simplemente se sienten. Adoración no es el nombre de alguna experiencia que buscamos mientras cantamos, levantamos las manos, o cerramos los ojos. Es mas bien algo que hacemos con nuestros cuerpos en toda nuestra vida. Podemos adorar a Dios a través de nuestra manera de comer, beber, escribir, hablar, cocinar, conducir, y un sinfín de otras maneras. Adoramos a Dios cada vez que ejecutamos una acción con el deseo de atraer más atención a Su grandeza, especialmente revelada cuando Él envío a Su Hijo como un sacrificio expiatorio por nuestros pecados.
A menudo he oído que alguien que es un cantante muy expresivo es descrito como "un verdadero adorador". Ya sea que lo seamos o no, un verdadero adorador se determina mejor por la rapidez con la que perdonamos a quienes nos han ofendido, cómo manejamos nuestras finanzas y por lo que hacemos cuando nadie nos está mirando...
Cuando nos convertimos en cristianos, automáticamente nos convertimos en adoradores de Dios. El resto de nuestras vidas simplemente será una breve preparación para lo que será nuestra eterna ocupación: darle gracias a Dios, adorarle con todo el corazón, lo cual no nos agotará, ni aún en la eternidad.
Que Dios nos dé la gracia de alcanzar un buen corazón, que le de a Él, una constante, completa y apasionada adoración.
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COPYRIGHT. Permisos: Se le permite y anima a reproducir y distribuir este material en cualquier formato con tal que no alteren el contenido en forma alguna y que no cobren más allá del costo de reproducción. Para publicación web, se prefiere un enlace a este documento en nuestro sitio web. Cualquier excepción a lo anterior debe ser aprobada por nuestro ministerio.
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