BENEFICIOS DE LA SIESTA
Por el Ministerio de Comunicación de la Comunidad cristiana Hay paz con Dios
Aunque la sociedad en la que vivimos de alguna forma “desprecie” el sano ejercicio de dormir una siesta durante el día, la evidencia demuestra cada vez más que regalarnos un pequeño respiro, en una ajetreada jornada, puede tener efectos muy beneficiosos.
En un estudio llevado a cabo el año pasado (2014) investigadores descubrieron que el sueño tanto diurno como nocturno mejoraba la consolidación en la memoria de parejas de palabras sin relación -como “pimienta” y “codo”- sugiriendo que un buen descanso ayuda a la hora de memorizar conceptos difíciles.
Otro estudio examinó los efectos de la siesta tras el entrenamiento de atletas, y concluyó que mejoraban el funcionamiento cerebral y los sistemas visuales, además de promover la recuperación mental y física.
En un estudio publicado en 2008, la profesora de la Universidad de California Sara Mednick y un grupo de colegas compararon los beneficios que produce tomar 200 mg de cafeína con una siesta de unos 60 o 90 minutos.
Los resultados demostraron que la siesta generalmente mejoraba el rendimiento de la memoria, mientras que la cafeína o no lo afectaba o lo empeoraba.
Los supuestos beneficios de la siesta han incluso provocado que algunas compañías permitan a sus trabajadores tomarse un descanso durante el día para echar una cabezada.
La empresa HubSpot instaló un cuarto para siestas en sus oficinas de Estados Unidos que sus empleados pueden reservar sin ningún tipo de limitaciones.
Según la compañía, la iniciativa fue todo un éxito, y los trabajadores no abusaron de este derecho a tener una siestecita.
En otros casos el resultado no fue tan positivo. Una empresa tecnológica de Toronto sufrió un descenso del 30% en productividad tras implantar la misma medida.
Aun así, Mednick asegura que un 40% de la población duerme la siesta de forma habitual, lo que quiere decir que sienten la necesidad de hacerlo y que se benefician de ello.
Pero, ¿cuál es la mejor forma de tomársela?
La mejor siesta
Según los expertos el mejor momento para echarse una siesta, basado en nuestros ritmos de sueño, es a la tarde entre las 2 y las 4.
Pero el beneficio de una buena siesta depende también de los efectos que estemos buscando.
En un estudio de 2009, Mednick y sus colegas compararon los efectos del sueño en fase REM (de Movimiento Ocular Rápido, en sus siglas en inglés), no REM y el descanso durante la vigilia, así como su relación con la resolución de problemas de manera creativa.
En la mañana de la prueba a los estudiantes se les dio un ejercicio en el cual tenían que proponer una palabra asociada con otras tres aparentemente no relacionadas.
Durante la tarde hubo algunos que tomaron una siesta REM, otros no REM y un tercer grupo permaneció despierto.
Cuando volvieron a la noche para hacer la prueba, los que habían tomado una siesta REM tuvieron los mejores resultados.
Pero esto también implica que para tener mejores resultados hay que dormir más, ya que la fase REM es la última fase del sueño.
Aunque otros estudios demuestren que siestas “rápidas” también tienen beneficios.
Los participantes en el experimento se sintieron menos cansados, con más vigor y demostraron una mejora en el rendimiento cognitivo durante 155 minutos después del descanso.
Aunque las siestas de 20 o 30 minutos también pueden tener beneficios, las mejoras cognitivas tardan más en establecerse, ya que los participantes deben recuperarse de la inercia de sueño causada por siestas más largas.
La importancia del cuándo
Elizabeth McDevitt, del Laboratorio de Sueño y Cognición de la Universidad de California, estudia si aquellos que no se tomarían una siesta pueden mejorar sus capacidades cognitivas si son entrenados para tomársela.
Aunque el estudio aun no ha sido publicado, McDevitt asegura que, hasta ahora, parece ser que a los que no les gustan las siestas no se benefician de ellas.
Esto implica que si uno no siente la necesidad de una siesta, es probablemente mejor no tomársela.
Otros expertos son rápidos a la hora de rechazar la noción del sueño polifásico -una estrategia según la cual la gente duerme durante cortos periodos en el día para en conjunto pasar menos tiempo durmiendo.
Algunos aseguran que no importa cómo se lo planee: tomarse una siesta no va a ser nunca tan bueno como una buena noche completa de sueño.
Parece ser que para poder tomarse una buena siesta hay que consultar con un experto sobre la mejor manera de hacerlo.
Fuente:
Conoce los beneficios de dormir la siesta
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Caminando con Dios
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En un estudio llevado a cabo el año pasado (2014) investigadores descubrieron que el sueño tanto diurno como nocturno mejoraba la consolidación en la memoria de parejas de palabras sin relación -como “pimienta” y “codo”- sugiriendo que un buen descanso ayuda a la hora de memorizar conceptos difíciles.
Otro estudio examinó los efectos de la siesta tras el entrenamiento de atletas, y concluyó que mejoraban el funcionamiento cerebral y los sistemas visuales, además de promover la recuperación mental y física.
En un estudio publicado en 2008, la profesora de la Universidad de California Sara Mednick y un grupo de colegas compararon los beneficios que produce tomar 200 mg de cafeína con una siesta de unos 60 o 90 minutos.
Los resultados demostraron que la siesta generalmente mejoraba el rendimiento de la memoria, mientras que la cafeína o no lo afectaba o lo empeoraba.
Los supuestos beneficios de la siesta han incluso provocado que algunas compañías permitan a sus trabajadores tomarse un descanso durante el día para echar una cabezada.
La empresa HubSpot instaló un cuarto para siestas en sus oficinas de Estados Unidos que sus empleados pueden reservar sin ningún tipo de limitaciones.
Según la compañía, la iniciativa fue todo un éxito, y los trabajadores no abusaron de este derecho a tener una siestecita.
En otros casos el resultado no fue tan positivo. Una empresa tecnológica de Toronto sufrió un descenso del 30% en productividad tras implantar la misma medida.
Aun así, Mednick asegura que un 40% de la población duerme la siesta de forma habitual, lo que quiere decir que sienten la necesidad de hacerlo y que se benefician de ello.
Pero, ¿cuál es la mejor forma de tomársela?
La mejor siesta
Según los expertos el mejor momento para echarse una siesta, basado en nuestros ritmos de sueño, es a la tarde entre las 2 y las 4.
Pero el beneficio de una buena siesta depende también de los efectos que estemos buscando.
En un estudio de 2009, Mednick y sus colegas compararon los efectos del sueño en fase REM (de Movimiento Ocular Rápido, en sus siglas en inglés), no REM y el descanso durante la vigilia, así como su relación con la resolución de problemas de manera creativa.
En la mañana de la prueba a los estudiantes se les dio un ejercicio en el cual tenían que proponer una palabra asociada con otras tres aparentemente no relacionadas.
Durante la tarde hubo algunos que tomaron una siesta REM, otros no REM y un tercer grupo permaneció despierto.
Cuando volvieron a la noche para hacer la prueba, los que habían tomado una siesta REM tuvieron los mejores resultados.
Pero esto también implica que para tener mejores resultados hay que dormir más, ya que la fase REM es la última fase del sueño.
Aunque otros estudios demuestren que siestas “rápidas” también tienen beneficios.
Los participantes en el experimento se sintieron menos cansados, con más vigor y demostraron una mejora en el rendimiento cognitivo durante 155 minutos después del descanso.
Aunque las siestas de 20 o 30 minutos también pueden tener beneficios, las mejoras cognitivas tardan más en establecerse, ya que los participantes deben recuperarse de la inercia de sueño causada por siestas más largas.
La importancia del cuándo
Elizabeth McDevitt, del Laboratorio de Sueño y Cognición de la Universidad de California, estudia si aquellos que no se tomarían una siesta pueden mejorar sus capacidades cognitivas si son entrenados para tomársela.
Aunque el estudio aun no ha sido publicado, McDevitt asegura que, hasta ahora, parece ser que a los que no les gustan las siestas no se benefician de ellas.
Esto implica que si uno no siente la necesidad de una siesta, es probablemente mejor no tomársela.
Otros expertos son rápidos a la hora de rechazar la noción del sueño polifásico -una estrategia según la cual la gente duerme durante cortos periodos en el día para en conjunto pasar menos tiempo durmiendo.
Algunos aseguran que no importa cómo se lo planee: tomarse una siesta no va a ser nunca tan bueno como una buena noche completa de sueño.
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