EL CALENDARIO HEBREO Tercera Parte
El Calendario hebreo y el Plan profético de Dios
Por apóstol Dr. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
En la Primera parte de esta serie de mensajes, vimos el fundamento bíblico, origen y la regulación del Calendario hebreo, tanto como fue conocido en la antigüedad como actualmente se observa.
Y en la Segunda parte, vimos la relación que hay entre los meses del Calendario hebreo y las doce (12) tribus de Israel, además del mensaje profético que cada uno conlleva dentro del Plan de Dios, tanto para Israel como para Su Iglesia.
Ahora en esta Tercera parte deseo entrelazar los conceptos del Tiempo de Dios expresados en el Calendario hebreo, Fiestas y los diferentes conteos que Dios ha revelado y establecido en Su Palabra, de manera que Su pueblo sea entendido de Su Tiempo, Mente y Planes.
Considero que en esta Tercera parte de este mensaje se resume o concretiza las palabras que el Señor me dio en el mes de Aviv del año 5770 (Nisán/Marzo 2010), durante un tiempo de ayuno y oración: -"Prepara a mi pueblo, para que conozca mi tiempo, mi lenguaje y entienda lo que estoy por hacer en su ciudad, nación y en las naciones".
En aquel tiempo, Él me dio una breve idea de la importancia del estudio que estaba a punto de comenzar, pero nunca me hubiera imaginado cuán importante sería conocer y entender el concepto del Tiempo de Dios, para estar mejor preparados para lo que Dios está haciendo y está por hacer en las naciones, como parte de Su Plan profético y Su Segunda venida.
DIOS QUIERE QUE CUENTES...
En esta Tercera parte analizaremos las diferentes "Cuentas o Conteos" que Dios estableció o reveló en Su Palabra y en la que podemos aprender que Él desea que contemos, que prestemos atención del tiempo, especialmente a Su tiempo, expresamente revelado en las Sagradas Escrituras.
Una de las fuertes amonestaciones que el Señor le dio a los judíos de su tiempo, fue que no sabían reconocer el tiempo que estaban viviendo. En Mateo 16:2-4, Jesús les dijo: -"Cuando anochece, decís: “Hará buen tiempo, porque el cielo está rojo.” Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojo y nublado.” ¡Hipócritas, que sabéis distinguir el aspecto del cielo, pero las señales de los tiempos no podéis distinguir! La generación mala y adúltera demanda una señal, pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás".
En la versión del evangelista Lucas podemos encontrar otras "señales" (Lc. 12:54-56): -"Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: “Agua viene”, y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, decís: “Hará calor”, y lo hace. ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra, ¿y cómo no distinguís este tiempo?
Y con llanto y profunda tristeza se despidió de Jerusalén y sus pobladores con unas lapidarias palabras (Lc. 19:42-44): -"¡Si también tú conocieras, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos. Vendrán días sobre ti cuando tus enemigos te rodearán con cerca, te sitiarán y por todas partes te estrecharán; te derribarán a tierra y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
"Por cuanto no conociste el día de tu visitación"... ¿El Señor estará dando la misma amonestación hoy a los líderes y miembros de Su Iglesia?
Es evidente, no solo en este pasaje, pero hay muchos más en el Nuevo Testamento, en los que podemos aprender que el Señor desea que Sus discípulos sepamos conocer, entender e interpretar el tiempo y las señales de los tiempos (Lc. 21: 28-33; 1Tes. 5:1-4; Ap. 3:2-3). ¡Y podamos estar preparados para que Su Segunda venida no nos tome por sorpresa, "como ladrón en la noche"!
¡El Señor quiere que conozcamos, que entendamos y que interpretemos Su tiempo! Para que podamos conocer "nuestro día" y "el tiempo de Su visitación". Y para ello, Él quiere que aprendamos a "contar", que prestemos atención a "las señales de los tiempos", a las estaciones y las ocasiones, y en especial a "los días señalados" para Sus Fiestas.
Veamos pues, los diferentes tipos de "cuentas o conteos" que Él ha establecido en Su Palabra y que nosotros necesitamos conocer y entender, para que podamos interpretar bien los tiempos...
La cuenta de los días
Desde Génesis capítulo 1 podemos ver que Dios le presta atención al conteo de los días, y por lo tanto, también desea que nosotros lo hagamos. Y en este conteo básico nos revela el número de su tiempo, y del patrón para Sus planes y actos para Su creación, para Su pueblo y todas las naciones.
Siete (7) será el número que marcará el Plan creador, redentor y restaurador de Dios, y siete marcará Sus ciclos; porque a diferencia de la mentalidad griega-occidental que es lineal, la mente de Dios es cíclica y se expresa principalmente en ciclos de siete. Y en este primer conteo y ciclo observamos siete días, en los cuales Dios estableció, desde la creación, que seis fueran para trabajar y uno para descansar y consagrarlo para Él, pues Él mismo lo consagró para Sí (Gén. 2:1-3). Siglos más tarde, Dios ordenaría a Su siervo Moisés a que instituyera y decretara este ciclo de tiempo, como "estatuto perpetuo" para Su pueblo (Éx. 20:8-11; 31:12-14).
La cuenta de los meses
También desde Génesis podemos ver que ya había cierto conteo de los meses. Específicamente, en el relato del Diluvio (Gén. 7-8), podemos observar la exactitud en el conteo de días, meses y años. Y podemos observar que el inicio del Diluvio comenzó el décimo séptimo (17: 10+7) día del segundo mes (Chesván). Según la tradición judía, Dios creó el mundo el primer día del mes de Etanim (Tishri), primer mes en el calendario civil o de los reyes. Y si eso es cierto, el Arca de Noé reposó en el décimo séptimo día del mes de Aviv (séptimo mes en el calendario civil) del año seiscientos (600) de Noé (Gén. 7:11; 8:4); es decir, en el día que luego se festejaría la Fiesta de las Primicias. Así que, aquí podemos observar el conteo de los meses según el calendario para la Creación, o el calendario civil, que comienza con el mes de Tishri (vea la Primera parte del "Calendario hebreo").
Pero Dios, además de separar un día para Sí, también quiso separar un pueblo para Sí, y ordenó a Su pueblo Israel que el mes de Abib, fuera el primero y el principal dentro de su Calendario (Éx. 12:1-2; 13:1-4). Esa orden del Señor, dio origen al calendario religioso dentro del Calendario hebreo, en el que sobresalen la observación y celebración de las siete Fiestas del Señor. Y con ello, el Señor quería que Su pueblo y sus generaciones futuras recordaran que Él es su Dios, quien los salvó y redimió de mano de los egipcios y los libró de todos Sus enemigos (Éx. 12:24-27; 13:14-16).
Así, dentro del Calendario hebreo podemos notar que, dentro del mismo, hay un ciclo de doce meses y dos ciclos de siete (7) meses que corresponden al calendario civil, que comienza en Etanim (Tishri), y al religioso, que comienza en Abib (Nisán).
La cuenta de las Semanas
El otro conteo importante dentro del Calendario hebreo es el de las semanas, específicamente siete (7) semanas, que totalizan cuarenta y nueve días. Este conteo se llama "la Cuenta del Omer" (heb. Sefirat Ha-Omer) y comienza con la segunda noche de la Pascua hasta la noche anterior de Pentecostés (Savuot); por eso, en algunas oportunidades se llama a la Fiesta de Pentecostés, la Fiesta de las Semanas (Éx. 34:22; 16:9-12).
Los judíos entonces, comienzan a contar cuarenta y nueve (49: 7x7) días, en cada anochecer (hasta que salgan las estrellas) con una breve ceremonia. ¿Qué expectativa se genera entre los judíos con este conteo de semanas? La llegada de la Torá (enseñanza/Ley) dada por Dios a Moisés, que fue entregada en el monte Sinaí, cincuenta días después de la celebración de la Pascua en Egipto. Y también se genera una expectativa por la cosecha del trigo que comenzará a estar lista para ese tiempo.
¿Qué expectativa se puede generar entre los discípulos de Jesucristo con este conteo de semanas? Aprendemos a adquirir la mente de Dios, la mente cíclica de nuestro Creador que desea que entremos y disfrutemos de Sus ciclos de bendición; se genera una expectativa por la cosecha, por los frutos de bendición que Dios trae en cada ciclo; y la expectativa de saber que, en cada ciclo de siete, Dios dará algo, nos dirá algo, nos revelará algo, nos guiará a un nuevo tiempo y a un nuevo ciclo de crecimiento e incremento dentro de Su reino. Aprendemos a pensar como Dios, a adquirir la mente de Cristo y adquirir una mentalidad de cosecha, una mentalidad productiva y fructífera (Jn. 15:8); aprendemos a entrar en el Tiempo de Dios y a estar mejor preparados para Sus planes y propósitos para nuestra vida, familia, ciudad, nación y todas las naciones.
La cuenta de las Fiestas
Como hemos visto en anteriores entregas, Dios estableció Sus Fiestas y ordenó a Su pueblo a guardarlas, observarlas y celebrarlas y así lo podemos ver en Éxodo 12:1-28;13:1-16 cuando liberó a Israel de la esclavitud en Egipto, y más tarde cuando entregó Sus estatutos y decretos a Su siervo Moisés, para que se lo comunicara al pueblo (Lev. 23:1-44).
Conservando su patrón de pensamiento y acción, Dios estableció estas Fiestas en un ciclo de siete (7) meses y todas en menos o mayor grado están relacionadas con los tiempos o estaciones de cosecha. Vea el cuadro de abajo que ilustra los nombres, estaciones, fechas y significados de las Fiestas del Señor:
Luego con el transcurrir del tiempo, los judíos añadieron dos fiestas más para conmemorar dos eventos, en los que vieron la poderosa intervención de Dios a favor de Su pueblo:
1. La Fiesta de las Luces (Hanukkah), que se celebra por ocho días, desde el 25 de Kislev hasta el 02 de Tevet (Invierno); y que conmemora el milagro del encendido de las lámparas del Candelabro de oro, para la debida consagración del Templo, alrededor del año 164 a.C.
2. La Fiesta de la Suerte (Purim), en el atardecer del día 14 del mes de Adar (8 de marzo) se celebra esta fiesta, que conmemora la liberación y salvación que Dios obró a favor de Su pueblo, de manos de sus enemigos persas, que procuraban su exterminio, bajo el reinado del rey Asuero (Jerjes I, alrededor del 450 a.C.), en el que la reina Ester, con la ayuda de su tío Mardoqueo, fue instrumental para alcanzar esta hazaña (Ester 3:1-9:15).
A través de Sus Fiestas, Dios no solo nos revela Su mente, sino también Su Plan para que podamos crecer en Su conocimiento, sabiduría y bendición de una manera continua en ciclos cada vez más crecientes de bendición y bienestar. También podemos conocer y entender que el ciclo de las Fiestas es como un gran mapa o plano profético que nos orienta sobre lo que Dios ha hecho, está haciendo y va a hacer a fin de restaurar la creación y salvar a Su pueblo.
La cuenta de los Años
Dentro de las instrucciones sobre el conocimiento de Su Tiempo, Dios también estableció por lo menos tres formas de cómo contar los años:
1. El ciclo anual de doce meses, que como vimos arriba, incluye la cuenta de los ciclos anuales del calendario civil, del religioso y el de las Fiestas cada siete (7) meses.
2. El ciclo del año de reposo, cada siete (7) años Israel debía dejar descansar la tierra y no sembrarla ni cosecharla; sino que podrían consumir lo que en seis (6) años el pueblo hubiera podido almacenar (Lev. 25:1-7).
3. El ciclo del año de jubileo, en el que el pueblo debía contar "siete semanas (sietes) de años, siete veces siete años", es decir, 49 años; y en el año cincuenta (50), en el día décimo (10) del mes séptimo (Etanim/Tishri), durante la Fiesta del Perdón (Yom kippur), sería declarado año de jubileo y se anunciará con el sonido del shofar (trompeta). Al inicio del año de jubileo toda deuda y propiedad comprada (casa o terreno) era liberada, los esclavos también eran liberados y la tierra también debía descansar (Lev. 25:8-55).
Es impresionante ver cómo Dios va desde un conteo micro de ciclos de días y semanas hasta uno mayor de contar "siete semanas de años" (Lit. siete siete de años), que cubre un período de cincuenta (50) años. ¡Este patrón de pensamiento y acción no puede ser ignorado! Claro, si queremos conocer a Dios y cómo actúa en la historia de Su pueblo.
Hay otro conteo del tiempo de días y de años, pero que tiene que ver más con períodos de pruebas o de juicio, que toman como patrón el número cuarenta (40):
1. 40 días y cuarenta noches llovió durante el Diluvio (Gén. 7:4,12,17)
2. 40 días estuvo Moisés delante de Dios en el monte Sinaí recibiendo la Ley (enseñanza) de Dios (Éx. 24:18; Dt. 9:9).
3. 40 días estuvieron los espías reconociendo la tierra prometida antes de dar su reporte ante todo el pueblo (Núm. 13:25; 14:34).
4. 40 años duró el castigo de Israel vagando por el desierto, por no haberle creído a Dios en Cades Bernea (Núm. 14:34-35; 32:13).
5. 40 días estuvo instigando el filisteo Goliat a los ejércitos de Israel (1Sam. 17:4-16).
6. 40 días y 40 noches caminó Elías hasta el monte Horeb (Sinaí) para encontrarse con Dios (1Rey. 19:8-9).
7. 40 días duró el tiempo de oración y ayuno del Señor Jesucristo en el desierto, donde fue tentado por Satanás (Lc. 4:1-13).
O también se considera un período de cuarenta (40) años como un buen tiempo de madurez, gobierno o servicio al Señor. Así vemos en los casos de Moisés que visitó a su pueblo cuando tenía esa edad (Hch. 7:23); de la edad de Caleb cuando fue uno de los espías que exploró la tierra (Jos. 14:7); de varios jueces, que durante su servicio la tierra tuvo paz (reposaba; Jue. 3:11; 5:31; 8:28; 13:1); del sacerdote Elí como juez (1Sam. 4:18); del rey David que comenzó a reinar a esa edad y por ese mismo tiempo reinó sobre Israel (2Sam. 5:4; 1Cró. 29:26-27); y del rey Salomón quien reinó sobre Israel por el mismo período (2Cró. 9:30).
Los Setenta años
Ahora vamos a entrar a varios tipos de "conteos proféticos", y el primero que encontramos es el de los setenta (70) años del cautiverio de Judá en Babilonia, profetizado por Jeremías (Jer. 25:1-12). Y nuevamente vemos en este caso que Dios usa un múltiplo de Su patrón numérico para establecer este juicio sobre el reino de Judá. Las razones son varias, que son resumidas en el mensaje del profeta: -"Por cuanto no habéis oído mis palabras" (Jer. 25:8), cuyas instrucciones eran guardar los tiempos de reposo establecidos por Dios: el sábado, el año sabático y el jubileo (Jer. 17:19-27; Neh. 13:15-18). Por cuanto Israel no dejó que la tierra descansara, entonces Dios los expulsó de la tierra, de Su tierra, por un período de setenta (70) años, para obligarlos a que la dejaran descansar.
Y en este caso Dios dejó muy en claro varias cosas:
1. Que Él observa y guarda Su Tiempo establecido en Su Palabra.
2. Que Él espera que nosotros guardemos Sus tiempos de reposo o descanso.
3. Que Él es el Rey y dueño de la tierra de Israel y espera que Su pueblo, como Sus mayordomos, sepamos cómo cuidarla, cultivarla y protegerla.
Las Setenta semanas
Al cumplirse los setenta (70) años profetizados por Jeremías, otro profeta de Judá oró para que Dios levantara ese juicio (Dan. 9:1-3, 15-19), y Dios respondió a su oración, el profeta recibió revelación y el juicio fue levantado. Y en el intercambio por el fin del juicio decretado por setenta (70) años por la rebelión de Israel, el profeta Daniel recibió la profecía de las setenta (70) semanas para la expiación del pecado de Israel.
Esta profecía está dividida en tres partes:
1. Siete (7) semanas, "desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe" (Dan. 9:25).
2. Sesenta y dos (62) semanas, "se volverán a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y nada ya le quedará. El pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario, su final llegará como una inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones" (Dan. 9:25-26).
3. Y en la última semana, el pueblo de un príncipe "confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después, con la muchedumbre de las abominaciones, vendrá el desolador, hasta que venga la consumación y lo que está determinado se derrame sobre el desolador" (Dan. 9:27).
Y esta profecía tiene varios propósitos (Dan. 9:24):
1. "Terminar la prevaricación" (rebelión, infracción legal, iniquidad, maldad).
2. "Poner fin al pecado"
3. "Expiar la iniquidad"
4. "Traer la justicia perdurable"
5. "Sellar la visión y la profecía"
6. "Ungir al Santo de los santos"
La profecía de las setenta (70) semanas ha generado mucho debate durante siglos, en especial entre la iglesia protestante, pues hay por lo menos dos grandes posiciones: a. La pre-tribulacionista, promovida por los seguidores del sistema teológico dispensacional, que señala que las primeras sesenta y nueve (69) semanas ya se han cumplido y la última semana (la setenta) se cumplirá al final, durante el reino del anticristo. b. La post-tribulacionista, promovida por un acercamiento más bíblico-histórico y no por un sistema teológico, considera que esta profecía ya tuvo total cumplimiento.
No es el objetivo de esta entrega analizar esta profecía, que de por sí es bastante compleja, ni mucho menos entrar en este debate; pero sí quiero dejar en claro mi posición teológica en la materia:
1. Considero, que al igual que la profecía de los setenta años de Jeremías, esta profecía de las Setenta semanas de Daniel, ya tuvo total cumplimiento. La explicación de mi postura la doy en el libro "El gran engaño".
2. Considero, sin embargo, que esta profecía, como toda profecía bíblica, bien pudiera tener un segundo cumplimiento al final de los tiempos.
3. Y contrario a la posición clásica dispensacionalista, considero que la Iglesia sí pasará por la gran tribulación hasta la Segunda venida del Señor; es más, creo que ya estamos pasando por la gran tribulación, la cual como "dolores de parto" se intensificará en la medida que nos acerquemos al gran Día de la venida de nuestro Señor Jesucristo, cuando seremos arrebatados para recibirlo en las nubes y descender con Él para poner a todos Sus enemigos por estrado de Sus pies.
4. Considero, que ha sido y es parte del "gran engaño" profetizado por el apóstol Pablo en su segunda carta a los Tesalonicenses (2Tes. 2:7-12), la teoría que enseña que la Iglesia no pasará por la gran tribulación, pues considero que ésta no tiene real fundamento bíblico y la evidencia histórica, desde el año 70 d.C hasta el presente, la deshace. Esta teoría ha desarrollado una mentalidad espiritualista y escapista en gran parte del pueblo evangélico, que espera por el rapto, ante la manifestación del "anticristo" o la gran tribulación; una mentalidad débil, si acaso no vacía, de un concepto bíblico e integral del reino de Dios; y una mentalidad ignorante de las profundas raíces judías que el Evangelio del reino, predicado por Jesús y Sus apóstoles, tiene en las Sagradas Escrituras.
5. Y personalmente considero, que si la Iglesia entendiera su posición y rol dentro del escenario profético actual no se dejaría engañar tan fácilmente por gobernantes seudo-cristianos, muchos de los cuales anticipan el espíritu del anticristo, que como lo enseñaran los apóstoles, ha estado activo desde el primer siglo; y la iglesia sería más activa en proclamar de una manera profética los principios y valores del reino de Dios, sin importar la ideología política de los gobiernos de turno, sean de izquierda o de derecha.
La cuenta de la Semana profética
Y el último "conteo profético" es el de la Semana profética, que puede incluir días, años y aún eras. Esta "Semana" apunta más al uso y significado profético de este ciclo de tiempo en sus diversos múltiplos (7, 70, 7,000). Es decir, que cuando nos encontramos en la Biblia con el uso de un ciclo de tiempo descrito en términos de siete (7) días, semanas y años, debemos procurar entender primero su uso y sentido histórico, y luego indagar bajo la guía del Espíritu Santo y Su Palabra, cuál pudiera ser su uso y significado profético.
Este conteo podemos observarlo desde la creación de la tierra hasta el final de los tiempos:
1. La creación fue hecha en un período de una semana, en siete (7) días, que la mayoría de los estudiosos bíblicos concuerdan que se tratan de períodos largos de tiempo (eras) y no de un período de veinticuatro (24) horas como nosotros usualmente conocemos.
2. Las Fiestas del Señor, las cuales analizamos detalladamente en este Blog: y que hemos aprendido que tienen un uso histórico en el Calendario, un uso didáctico para la vida y un uso profético en la vida y ministerio de Jesús el Señor.
3. El conteo del Omer o las siete (7) semanas antes del Pentecostés y las siete (7) semanas de años antes del año de jubileo.
4. La profecía de los setenta (70) años de Jeremías, con los cuales Dios juzgó el pecado de Su pueblo, específicamente del reino de Judá.
5. La profecía de las setenta (70) semanas de Daniel, con los cuales Dios se propone limpiar, purificar y expiar el pecado de Su pueblo.
6. Los tres (3) ciclos de siete (7) juicios desatados en la revelación dada por el Señor al apóstol-profeta Juan, en la isla de Patmos:
CONCLUSIONES:
Hemos podido ver cómo el conteo del Tiempo de Dios expresado en el Calendario hebreo y la celebración de las Fiestas del Señor pueden ayudarnos a alcanzar un mejor y mayor conocimiento, entendimiento e interpretación del Plan profético de Dios, de manera que podamos estar mejor preparados para los actos creadores y redentores de nuestro Señor.
Hemos visto que según la mente y el diseño de Dios, Él sigue un patrón para la creación y para la ejecución de Sus actos creativos, redentivos y de juicio. Dios usa ciclo de siete (7) días, semanas, meses, años y aún milenios para hacer Su voluntad. ¡Este patrón de pensamiento y acción no puede seguir siendo ignorado!
En la próxima entrega veremos cómo este ejercicio espiritual, bíblico y ministerial, nos puede preparar mejor para la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo.
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Por apóstol Dr. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
En la Primera parte de esta serie de mensajes, vimos el fundamento bíblico, origen y la regulación del Calendario hebreo, tanto como fue conocido en la antigüedad como actualmente se observa.
Y en la Segunda parte, vimos la relación que hay entre los meses del Calendario hebreo y las doce (12) tribus de Israel, además del mensaje profético que cada uno conlleva dentro del Plan de Dios, tanto para Israel como para Su Iglesia.
Ahora en esta Tercera parte deseo entrelazar los conceptos del Tiempo de Dios expresados en el Calendario hebreo, Fiestas y los diferentes conteos que Dios ha revelado y establecido en Su Palabra, de manera que Su pueblo sea entendido de Su Tiempo, Mente y Planes.
Considero que en esta Tercera parte de este mensaje se resume o concretiza las palabras que el Señor me dio en el mes de Aviv del año 5770 (Nisán/Marzo 2010), durante un tiempo de ayuno y oración: -"Prepara a mi pueblo, para que conozca mi tiempo, mi lenguaje y entienda lo que estoy por hacer en su ciudad, nación y en las naciones".
En aquel tiempo, Él me dio una breve idea de la importancia del estudio que estaba a punto de comenzar, pero nunca me hubiera imaginado cuán importante sería conocer y entender el concepto del Tiempo de Dios, para estar mejor preparados para lo que Dios está haciendo y está por hacer en las naciones, como parte de Su Plan profético y Su Segunda venida.
DIOS QUIERE QUE CUENTES...
En esta Tercera parte analizaremos las diferentes "Cuentas o Conteos" que Dios estableció o reveló en Su Palabra y en la que podemos aprender que Él desea que contemos, que prestemos atención del tiempo, especialmente a Su tiempo, expresamente revelado en las Sagradas Escrituras.
Una de las fuertes amonestaciones que el Señor le dio a los judíos de su tiempo, fue que no sabían reconocer el tiempo que estaban viviendo. En Mateo 16:2-4, Jesús les dijo: -"Cuando anochece, decís: “Hará buen tiempo, porque el cielo está rojo.” Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojo y nublado.” ¡Hipócritas, que sabéis distinguir el aspecto del cielo, pero las señales de los tiempos no podéis distinguir! La generación mala y adúltera demanda una señal, pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás".
En la versión del evangelista Lucas podemos encontrar otras "señales" (Lc. 12:54-56): -"Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: “Agua viene”, y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, decís: “Hará calor”, y lo hace. ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra, ¿y cómo no distinguís este tiempo?
Y con llanto y profunda tristeza se despidió de Jerusalén y sus pobladores con unas lapidarias palabras (Lc. 19:42-44): -"¡Si también tú conocieras, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos. Vendrán días sobre ti cuando tus enemigos te rodearán con cerca, te sitiarán y por todas partes te estrecharán; te derribarán a tierra y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
"Por cuanto no conociste el día de tu visitación"... ¿El Señor estará dando la misma amonestación hoy a los líderes y miembros de Su Iglesia?
Es evidente, no solo en este pasaje, pero hay muchos más en el Nuevo Testamento, en los que podemos aprender que el Señor desea que Sus discípulos sepamos conocer, entender e interpretar el tiempo y las señales de los tiempos (Lc. 21: 28-33; 1Tes. 5:1-4; Ap. 3:2-3). ¡Y podamos estar preparados para que Su Segunda venida no nos tome por sorpresa, "como ladrón en la noche"!
¡El Señor quiere que conozcamos, que entendamos y que interpretemos Su tiempo! Para que podamos conocer "nuestro día" y "el tiempo de Su visitación". Y para ello, Él quiere que aprendamos a "contar", que prestemos atención a "las señales de los tiempos", a las estaciones y las ocasiones, y en especial a "los días señalados" para Sus Fiestas.
Veamos pues, los diferentes tipos de "cuentas o conteos" que Él ha establecido en Su Palabra y que nosotros necesitamos conocer y entender, para que podamos interpretar bien los tiempos...
La cuenta de los días
Desde Génesis capítulo 1 podemos ver que Dios le presta atención al conteo de los días, y por lo tanto, también desea que nosotros lo hagamos. Y en este conteo básico nos revela el número de su tiempo, y del patrón para Sus planes y actos para Su creación, para Su pueblo y todas las naciones.
Siete (7) será el número que marcará el Plan creador, redentor y restaurador de Dios, y siete marcará Sus ciclos; porque a diferencia de la mentalidad griega-occidental que es lineal, la mente de Dios es cíclica y se expresa principalmente en ciclos de siete. Y en este primer conteo y ciclo observamos siete días, en los cuales Dios estableció, desde la creación, que seis fueran para trabajar y uno para descansar y consagrarlo para Él, pues Él mismo lo consagró para Sí (Gén. 2:1-3). Siglos más tarde, Dios ordenaría a Su siervo Moisés a que instituyera y decretara este ciclo de tiempo, como "estatuto perpetuo" para Su pueblo (Éx. 20:8-11; 31:12-14).
La cuenta de los meses
También desde Génesis podemos ver que ya había cierto conteo de los meses. Específicamente, en el relato del Diluvio (Gén. 7-8), podemos observar la exactitud en el conteo de días, meses y años. Y podemos observar que el inicio del Diluvio comenzó el décimo séptimo (17: 10+7) día del segundo mes (Chesván). Según la tradición judía, Dios creó el mundo el primer día del mes de Etanim (Tishri), primer mes en el calendario civil o de los reyes. Y si eso es cierto, el Arca de Noé reposó en el décimo séptimo día del mes de Aviv (séptimo mes en el calendario civil) del año seiscientos (600) de Noé (Gén. 7:11; 8:4); es decir, en el día que luego se festejaría la Fiesta de las Primicias. Así que, aquí podemos observar el conteo de los meses según el calendario para la Creación, o el calendario civil, que comienza con el mes de Tishri (vea la Primera parte del "Calendario hebreo").
Pero Dios, además de separar un día para Sí, también quiso separar un pueblo para Sí, y ordenó a Su pueblo Israel que el mes de Abib, fuera el primero y el principal dentro de su Calendario (Éx. 12:1-2; 13:1-4). Esa orden del Señor, dio origen al calendario religioso dentro del Calendario hebreo, en el que sobresalen la observación y celebración de las siete Fiestas del Señor. Y con ello, el Señor quería que Su pueblo y sus generaciones futuras recordaran que Él es su Dios, quien los salvó y redimió de mano de los egipcios y los libró de todos Sus enemigos (Éx. 12:24-27; 13:14-16).
Así, dentro del Calendario hebreo podemos notar que, dentro del mismo, hay un ciclo de doce meses y dos ciclos de siete (7) meses que corresponden al calendario civil, que comienza en Etanim (Tishri), y al religioso, que comienza en Abib (Nisán).
La cuenta de las Semanas
El otro conteo importante dentro del Calendario hebreo es el de las semanas, específicamente siete (7) semanas, que totalizan cuarenta y nueve días. Este conteo se llama "la Cuenta del Omer" (heb. Sefirat Ha-Omer) y comienza con la segunda noche de la Pascua hasta la noche anterior de Pentecostés (Savuot); por eso, en algunas oportunidades se llama a la Fiesta de Pentecostés, la Fiesta de las Semanas (Éx. 34:22; 16:9-12).
Los judíos entonces, comienzan a contar cuarenta y nueve (49: 7x7) días, en cada anochecer (hasta que salgan las estrellas) con una breve ceremonia. ¿Qué expectativa se genera entre los judíos con este conteo de semanas? La llegada de la Torá (enseñanza/Ley) dada por Dios a Moisés, que fue entregada en el monte Sinaí, cincuenta días después de la celebración de la Pascua en Egipto. Y también se genera una expectativa por la cosecha del trigo que comenzará a estar lista para ese tiempo.
¿Qué expectativa se puede generar entre los discípulos de Jesucristo con este conteo de semanas? Aprendemos a adquirir la mente de Dios, la mente cíclica de nuestro Creador que desea que entremos y disfrutemos de Sus ciclos de bendición; se genera una expectativa por la cosecha, por los frutos de bendición que Dios trae en cada ciclo; y la expectativa de saber que, en cada ciclo de siete, Dios dará algo, nos dirá algo, nos revelará algo, nos guiará a un nuevo tiempo y a un nuevo ciclo de crecimiento e incremento dentro de Su reino. Aprendemos a pensar como Dios, a adquirir la mente de Cristo y adquirir una mentalidad de cosecha, una mentalidad productiva y fructífera (Jn. 15:8); aprendemos a entrar en el Tiempo de Dios y a estar mejor preparados para Sus planes y propósitos para nuestra vida, familia, ciudad, nación y todas las naciones.
La cuenta de las Fiestas
Como hemos visto en anteriores entregas, Dios estableció Sus Fiestas y ordenó a Su pueblo a guardarlas, observarlas y celebrarlas y así lo podemos ver en Éxodo 12:1-28;13:1-16 cuando liberó a Israel de la esclavitud en Egipto, y más tarde cuando entregó Sus estatutos y decretos a Su siervo Moisés, para que se lo comunicara al pueblo (Lev. 23:1-44).
Conservando su patrón de pensamiento y acción, Dios estableció estas Fiestas en un ciclo de siete (7) meses y todas en menos o mayor grado están relacionadas con los tiempos o estaciones de cosecha. Vea el cuadro de abajo que ilustra los nombres, estaciones, fechas y significados de las Fiestas del Señor:
Luego con el transcurrir del tiempo, los judíos añadieron dos fiestas más para conmemorar dos eventos, en los que vieron la poderosa intervención de Dios a favor de Su pueblo:
1. La Fiesta de las Luces (Hanukkah), que se celebra por ocho días, desde el 25 de Kislev hasta el 02 de Tevet (Invierno); y que conmemora el milagro del encendido de las lámparas del Candelabro de oro, para la debida consagración del Templo, alrededor del año 164 a.C.
2. La Fiesta de la Suerte (Purim), en el atardecer del día 14 del mes de Adar (8 de marzo) se celebra esta fiesta, que conmemora la liberación y salvación que Dios obró a favor de Su pueblo, de manos de sus enemigos persas, que procuraban su exterminio, bajo el reinado del rey Asuero (Jerjes I, alrededor del 450 a.C.), en el que la reina Ester, con la ayuda de su tío Mardoqueo, fue instrumental para alcanzar esta hazaña (Ester 3:1-9:15).
A través de Sus Fiestas, Dios no solo nos revela Su mente, sino también Su Plan para que podamos crecer en Su conocimiento, sabiduría y bendición de una manera continua en ciclos cada vez más crecientes de bendición y bienestar. También podemos conocer y entender que el ciclo de las Fiestas es como un gran mapa o plano profético que nos orienta sobre lo que Dios ha hecho, está haciendo y va a hacer a fin de restaurar la creación y salvar a Su pueblo.
La cuenta de los Años
Dentro de las instrucciones sobre el conocimiento de Su Tiempo, Dios también estableció por lo menos tres formas de cómo contar los años:
1. El ciclo anual de doce meses, que como vimos arriba, incluye la cuenta de los ciclos anuales del calendario civil, del religioso y el de las Fiestas cada siete (7) meses.
2. El ciclo del año de reposo, cada siete (7) años Israel debía dejar descansar la tierra y no sembrarla ni cosecharla; sino que podrían consumir lo que en seis (6) años el pueblo hubiera podido almacenar (Lev. 25:1-7).
3. El ciclo del año de jubileo, en el que el pueblo debía contar "siete semanas (sietes) de años, siete veces siete años", es decir, 49 años; y en el año cincuenta (50), en el día décimo (10) del mes séptimo (Etanim/Tishri), durante la Fiesta del Perdón (Yom kippur), sería declarado año de jubileo y se anunciará con el sonido del shofar (trompeta). Al inicio del año de jubileo toda deuda y propiedad comprada (casa o terreno) era liberada, los esclavos también eran liberados y la tierra también debía descansar (Lev. 25:8-55).
Es impresionante ver cómo Dios va desde un conteo micro de ciclos de días y semanas hasta uno mayor de contar "siete semanas de años" (Lit. siete siete de años), que cubre un período de cincuenta (50) años. ¡Este patrón de pensamiento y acción no puede ser ignorado! Claro, si queremos conocer a Dios y cómo actúa en la historia de Su pueblo.
Hay otro conteo del tiempo de días y de años, pero que tiene que ver más con períodos de pruebas o de juicio, que toman como patrón el número cuarenta (40):
1. 40 días y cuarenta noches llovió durante el Diluvio (Gén. 7:4,12,17)
2. 40 días estuvo Moisés delante de Dios en el monte Sinaí recibiendo la Ley (enseñanza) de Dios (Éx. 24:18; Dt. 9:9).
3. 40 días estuvieron los espías reconociendo la tierra prometida antes de dar su reporte ante todo el pueblo (Núm. 13:25; 14:34).
4. 40 años duró el castigo de Israel vagando por el desierto, por no haberle creído a Dios en Cades Bernea (Núm. 14:34-35; 32:13).
5. 40 días estuvo instigando el filisteo Goliat a los ejércitos de Israel (1Sam. 17:4-16).
6. 40 días y 40 noches caminó Elías hasta el monte Horeb (Sinaí) para encontrarse con Dios (1Rey. 19:8-9).
7. 40 días duró el tiempo de oración y ayuno del Señor Jesucristo en el desierto, donde fue tentado por Satanás (Lc. 4:1-13).
O también se considera un período de cuarenta (40) años como un buen tiempo de madurez, gobierno o servicio al Señor. Así vemos en los casos de Moisés que visitó a su pueblo cuando tenía esa edad (Hch. 7:23); de la edad de Caleb cuando fue uno de los espías que exploró la tierra (Jos. 14:7); de varios jueces, que durante su servicio la tierra tuvo paz (reposaba; Jue. 3:11; 5:31; 8:28; 13:1); del sacerdote Elí como juez (1Sam. 4:18); del rey David que comenzó a reinar a esa edad y por ese mismo tiempo reinó sobre Israel (2Sam. 5:4; 1Cró. 29:26-27); y del rey Salomón quien reinó sobre Israel por el mismo período (2Cró. 9:30).
Los Setenta años
Ahora vamos a entrar a varios tipos de "conteos proféticos", y el primero que encontramos es el de los setenta (70) años del cautiverio de Judá en Babilonia, profetizado por Jeremías (Jer. 25:1-12). Y nuevamente vemos en este caso que Dios usa un múltiplo de Su patrón numérico para establecer este juicio sobre el reino de Judá. Las razones son varias, que son resumidas en el mensaje del profeta: -"Por cuanto no habéis oído mis palabras" (Jer. 25:8), cuyas instrucciones eran guardar los tiempos de reposo establecidos por Dios: el sábado, el año sabático y el jubileo (Jer. 17:19-27; Neh. 13:15-18). Por cuanto Israel no dejó que la tierra descansara, entonces Dios los expulsó de la tierra, de Su tierra, por un período de setenta (70) años, para obligarlos a que la dejaran descansar.
Y en este caso Dios dejó muy en claro varias cosas:
1. Que Él observa y guarda Su Tiempo establecido en Su Palabra.
2. Que Él espera que nosotros guardemos Sus tiempos de reposo o descanso.
3. Que Él es el Rey y dueño de la tierra de Israel y espera que Su pueblo, como Sus mayordomos, sepamos cómo cuidarla, cultivarla y protegerla.
Las Setenta semanas
Al cumplirse los setenta (70) años profetizados por Jeremías, otro profeta de Judá oró para que Dios levantara ese juicio (Dan. 9:1-3, 15-19), y Dios respondió a su oración, el profeta recibió revelación y el juicio fue levantado. Y en el intercambio por el fin del juicio decretado por setenta (70) años por la rebelión de Israel, el profeta Daniel recibió la profecía de las setenta (70) semanas para la expiación del pecado de Israel.
Esta profecía está dividida en tres partes:
1. Siete (7) semanas, "desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe" (Dan. 9:25).
2. Sesenta y dos (62) semanas, "se volverán a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y nada ya le quedará. El pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario, su final llegará como una inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones" (Dan. 9:25-26).
3. Y en la última semana, el pueblo de un príncipe "confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después, con la muchedumbre de las abominaciones, vendrá el desolador, hasta que venga la consumación y lo que está determinado se derrame sobre el desolador" (Dan. 9:27).
Y esta profecía tiene varios propósitos (Dan. 9:24):
1. "Terminar la prevaricación" (rebelión, infracción legal, iniquidad, maldad).
2. "Poner fin al pecado"
3. "Expiar la iniquidad"
4. "Traer la justicia perdurable"
5. "Sellar la visión y la profecía"
6. "Ungir al Santo de los santos"
La profecía de las setenta (70) semanas ha generado mucho debate durante siglos, en especial entre la iglesia protestante, pues hay por lo menos dos grandes posiciones: a. La pre-tribulacionista, promovida por los seguidores del sistema teológico dispensacional, que señala que las primeras sesenta y nueve (69) semanas ya se han cumplido y la última semana (la setenta) se cumplirá al final, durante el reino del anticristo. b. La post-tribulacionista, promovida por un acercamiento más bíblico-histórico y no por un sistema teológico, considera que esta profecía ya tuvo total cumplimiento.
No es el objetivo de esta entrega analizar esta profecía, que de por sí es bastante compleja, ni mucho menos entrar en este debate; pero sí quiero dejar en claro mi posición teológica en la materia:
1. Considero, que al igual que la profecía de los setenta años de Jeremías, esta profecía de las Setenta semanas de Daniel, ya tuvo total cumplimiento. La explicación de mi postura la doy en el libro "El gran engaño".
2. Considero, sin embargo, que esta profecía, como toda profecía bíblica, bien pudiera tener un segundo cumplimiento al final de los tiempos.
3. Y contrario a la posición clásica dispensacionalista, considero que la Iglesia sí pasará por la gran tribulación hasta la Segunda venida del Señor; es más, creo que ya estamos pasando por la gran tribulación, la cual como "dolores de parto" se intensificará en la medida que nos acerquemos al gran Día de la venida de nuestro Señor Jesucristo, cuando seremos arrebatados para recibirlo en las nubes y descender con Él para poner a todos Sus enemigos por estrado de Sus pies.
4. Considero, que ha sido y es parte del "gran engaño" profetizado por el apóstol Pablo en su segunda carta a los Tesalonicenses (2Tes. 2:7-12), la teoría que enseña que la Iglesia no pasará por la gran tribulación, pues considero que ésta no tiene real fundamento bíblico y la evidencia histórica, desde el año 70 d.C hasta el presente, la deshace. Esta teoría ha desarrollado una mentalidad espiritualista y escapista en gran parte del pueblo evangélico, que espera por el rapto, ante la manifestación del "anticristo" o la gran tribulación; una mentalidad débil, si acaso no vacía, de un concepto bíblico e integral del reino de Dios; y una mentalidad ignorante de las profundas raíces judías que el Evangelio del reino, predicado por Jesús y Sus apóstoles, tiene en las Sagradas Escrituras.
5. Y personalmente considero, que si la Iglesia entendiera su posición y rol dentro del escenario profético actual no se dejaría engañar tan fácilmente por gobernantes seudo-cristianos, muchos de los cuales anticipan el espíritu del anticristo, que como lo enseñaran los apóstoles, ha estado activo desde el primer siglo; y la iglesia sería más activa en proclamar de una manera profética los principios y valores del reino de Dios, sin importar la ideología política de los gobiernos de turno, sean de izquierda o de derecha.
La cuenta de la Semana profética
Y el último "conteo profético" es el de la Semana profética, que puede incluir días, años y aún eras. Esta "Semana" apunta más al uso y significado profético de este ciclo de tiempo en sus diversos múltiplos (7, 70, 7,000). Es decir, que cuando nos encontramos en la Biblia con el uso de un ciclo de tiempo descrito en términos de siete (7) días, semanas y años, debemos procurar entender primero su uso y sentido histórico, y luego indagar bajo la guía del Espíritu Santo y Su Palabra, cuál pudiera ser su uso y significado profético.
Este conteo podemos observarlo desde la creación de la tierra hasta el final de los tiempos:
1. La creación fue hecha en un período de una semana, en siete (7) días, que la mayoría de los estudiosos bíblicos concuerdan que se tratan de períodos largos de tiempo (eras) y no de un período de veinticuatro (24) horas como nosotros usualmente conocemos.
2. Las Fiestas del Señor, las cuales analizamos detalladamente en este Blog: y que hemos aprendido que tienen un uso histórico en el Calendario, un uso didáctico para la vida y un uso profético en la vida y ministerio de Jesús el Señor.
3. El conteo del Omer o las siete (7) semanas antes del Pentecostés y las siete (7) semanas de años antes del año de jubileo.
4. La profecía de los setenta (70) años de Jeremías, con los cuales Dios juzgó el pecado de Su pueblo, específicamente del reino de Judá.
5. La profecía de las setenta (70) semanas de Daniel, con los cuales Dios se propone limpiar, purificar y expiar el pecado de Su pueblo.
6. Los tres (3) ciclos de siete (7) juicios desatados en la revelación dada por el Señor al apóstol-profeta Juan, en la isla de Patmos:
- Siete sellos, que juzgan a los moradores de la tierra
- Siete trompetas, que juzgan la creación y a la humanidad
- Siete copas, que manifiestan la ira de Dios sobre la humanidad y las ciudades de las naciones, especialmente a Babilonia.
CONCLUSIONES:
Hemos podido ver cómo el conteo del Tiempo de Dios expresado en el Calendario hebreo y la celebración de las Fiestas del Señor pueden ayudarnos a alcanzar un mejor y mayor conocimiento, entendimiento e interpretación del Plan profético de Dios, de manera que podamos estar mejor preparados para los actos creadores y redentores de nuestro Señor.
Hemos visto que según la mente y el diseño de Dios, Él sigue un patrón para la creación y para la ejecución de Sus actos creativos, redentivos y de juicio. Dios usa ciclo de siete (7) días, semanas, meses, años y aún milenios para hacer Su voluntad. ¡Este patrón de pensamiento y acción no puede seguir siendo ignorado!
En la próxima entrega veremos cómo este ejercicio espiritual, bíblico y ministerial, nos puede preparar mejor para la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo.
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4 comentarios:
Una cosa es el calendario civil y otra cosa, creo entender, corregirme por favor si estoy equivocada, es el calendario que el Señor creó, es decir el computo de tiempo desde LA CREACION. Porque en Éxodo 12 dice que Abib es el primero de los meses, y significa primavera. La Biblia no dice cual fué el primer mes en el Edén, en Génesis no está escrito, pero entiendo que no sería otoño, que es el 7ºmes Tisrhei, cuando se celebra el comenzo del año civil.
No es así?
Sí hermana María, el calendario religioso hebreo surge de una calendario ya existente, que frecuentemente es descrito como el calendario civil, que como hemos visto comienza con el mes de Tishri. Según lo que logro entender de las Escrituras, el Señor estableció el mes de Abib/Nisán como el primer mes en el calendario hebreo, porque quería resaltar el nacimiento, el comienzo o nuevo tiempo de Israel como nación, que curiosamente acontece en la estación de primavera, que también tiene esa connotación de "principios o comienzos" de vida o ciclo de vida.
Y es correcto, la Biblia no menciona el mes con el que comenzó la creación. Por eso, aunque menciono la teoría judía que enseña que la creación comenzó el primero de Tishri, no la comparto, porque no hay ninguna evidencia bíblica que lo indique o expresamente lo enseñe. En todo caso, si vamos a hablar del comienzo de la creación, entonces tendríamos que hablar más bien del inicio de la creación post-diluvio, la cual sí comenzó en el primer día del mes de Tishri (Gn. 8:13). Es posible, y aquí especulo, que los estudiosos rabinos hagan una extrapolación aquí y concluyan que como la creación post-diluvio comenzó el primero de Tishri, entonces la creación pre-diluvio también comenzó el primero de Tishri. Pero eso no necesariamente es cierto. Lo que si es interesante notar es que esa "nueva creación" comenzó a los sesicientos (600) años de Noé, es decir "proféticamente" hablando 6 días de cien años después...
Espero haber respondido a sus preguntas.
Bendiciones
Ap. Daniel Guerrero
Apóstol tiene algún link del los días exacto dela calendario religioso, ya que en en la web solo se encuentra el calendario civil. bendiiciones
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