POSICIÓN, AVANCE Y COSECHA Parte III
Posiciónate en el tiempo para avanzar en el reino de Dios
Por Ap. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
En la Primera parte de este mensaje pudimos observar la raíz y fuente de nuestro origen como pueblo de Dios y afirmé que necesitamos entender nuestra posición en Cristo, que somos parte del pueblo de Dios, que somos parte de la Vid del Señor, que fuimos injertados en el buen Olivo de Dios, que en Cristo heredamos los pactos y las promesas expresadas tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (Jn. 15:1-10; Ro. 11:16-24; Gál. 3:28-29; 4:4-7; Ro. 8:16-17; Ti. 3:4-7).
También vimos que para poder avanzar en el reino de nuestro amado Señor Jesucristo, tenemos que ubicarnos y posicionarnos en nuestras raíces, en los pactos, promesas y herencia que tenemos en Él. Tenemos que alinearnos a la voluntad de Dios, a Sus diseños y estrategias, para que podamos disfrutar y experimentar las bendiciones que Dios nos ha dado y preparado en Cristo Jesús (Ef. 1:3-14). Para poder avanzar en el reino de Dios necesitamos estar claros de nuestra posición en Cristo, en relación a todo el fluir profético que viene desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento.
Si quiere leer la Primera parte de este mensaje ahora mismo, haga click aquí.
El árbol de la vida "re-aparece" nuevamente en la Revelación de Jesucristo, que el apóstol-profeta Juan recibió en la isla de Patmos; de este árbol se dice que: "produce doce (12) frutos, dando CADA MES su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones" (Ap. 22:2). El doce (12) es el número de gobierno y describe una unidad o ciclo de tiempo; el número veinticuatro (24) describe un gobierno perfecto y un ciclo de servicio sacerdotal.
Así que, en el diseño de Dios para Su reino tenemos que, en un período de doce meses, Dios espera que demos fruto cada mes y haya tres mayores tiempos de cosecha, expresadas en las Fiestas de las Primicias (cebada), Pentecostés (trigo) y Tabernáculos (frutos de los árboles).
En su calendario los hebreos, relacionaban las doce (12) tribus de Israel (que expresaban el gobierno de Dios sobre su pueblo) con los doce (12) meses del año (que expresaban el tiempo de gobierno de Dios para Su pueblo); y prestaban atención a lo que cada mes y cada tribu comunicaban proféticamente para una buena y sana administración de sus vidas, familias y labores. Veamos, en los cuadros siguientes, un resumen de lo que cada mes y tribu pudiera comunicar, con lo cual pudiéramos alinearnos a lo que Dios pudiera o quisiera hacer en nuestras vidas, familias, labores y ministerios.
En los cuadros de arriba podemos hacer la relación con los meses, los números, las palabras o significados proféticos y las tribus, para alinearnos con lo que Dios pudiera o quisiera hacer en nuestras vidas. Son cuadros que nos pueden dar una orientación. No los he hecho para prescribirle a usted lo que Dios quiere hacer, sino como una guía de lo que pudiéramos esperar, de lo que pudiera pasar, para cada mes. No es mi intención darle leyes o mandamientos; comparto esta información, para que usted, fundamentado en la Palabra y guiado por el Espíritu, se oriente y tome las mejores decisiones y acciones en su vida. Usted, en la libertad que Cristo le da, lo tomará o lo dejará, según la dirección que reciba de parte de Dios, pero asegúrese que sea de parte de Dios.
Estos cuadros también nos dan una idea del ritmo y tiempo de Dios para cada mes y cada año. En la medida que vamos conociendo, entendiendo y aplicando lo que vamos aprendiendo para cada mes, podremos percibir con mayor claridad el ritmo y el tiempo de Dios, lo cual nos ayudará a salir poco a poco del ritmo y del tiempo del sistema babilónico mundial expresado en el calendario gregoriano.
Los "cristianos" hoy son más conscientes y sensibles al tiempo que dicta el mundo, que del tiempo de Dios. Y nos preguntamos después, por qué no hay orden en nuestras vidas, familias, iglesias y sociedades. La Iglesia al ser ignorante del tiempo de Dios, es presa fácil del tiempo establecido por el sistema babilónico mundial. ¡Esa es la meta del anticristo! (Dn. 7:25). El sistema babilónico mundial, dirigido por el anticristo y el falso profeta establecerá:
1. Su propio sistema de leyes (Dn. 7:25)
2. Su propio sistema de tiempo (con sus respectivas fiestas y celebraciones; Dn. 3:4-8, 16-18; 7:25)
3. Su propio sistema de comercio (Ap. 13:16-17; 18:1-24)
4. Su propio sistema religioso (Ap. 13:3-9; 2Ts. 2:3-4)
5. Su propio sistema de gobierno (Ap. 13:1-2; 12:3-4; Dn. 7:7-11)
FUENTES CONSULTADAS:
http://www.historiang.com/articulo.jsp?id=440046
http://es.wikipedia.org/wiki/Cautiverio_de_Babilonia
http://www.mfa.gov.il/MFAES/Facts+About+Israel/HISTORIA-+Era+Bblica.htm
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¡DÍGALE NO AL PLAGIO!
Posiciónate en el tiempo para avanzar en el reino de Dios
Por Ap. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
En la Primera parte de este mensaje pudimos observar la raíz y fuente de nuestro origen como pueblo de Dios y afirmé que necesitamos entender nuestra posición en Cristo, que somos parte del pueblo de Dios, que somos parte de la Vid del Señor, que fuimos injertados en el buen Olivo de Dios, que en Cristo heredamos los pactos y las promesas expresadas tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (Jn. 15:1-10; Ro. 11:16-24; Gál. 3:28-29; 4:4-7; Ro. 8:16-17; Ti. 3:4-7).
También vimos que para poder avanzar en el reino de nuestro amado Señor Jesucristo, tenemos que ubicarnos y posicionarnos en nuestras raíces, en los pactos, promesas y herencia que tenemos en Él. Tenemos que alinearnos a la voluntad de Dios, a Sus diseños y estrategias, para que podamos disfrutar y experimentar las bendiciones que Dios nos ha dado y preparado en Cristo Jesús (Ef. 1:3-14). Para poder avanzar en el reino de Dios necesitamos estar claros de nuestra posición en Cristo, en relación a todo el fluir profético que viene desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento.
Si quiere leer la Primera parte de este mensaje ahora mismo, haga click aquí.
En la Segunda parte de este mensaje vimos que ¡Dios trabaja con diseños, en el tiempo y el espacio! ¡Dios tiene Su lenguaje, Sus secretos y misterios, Sus diseños y planes, Sus tiempos y estaciones! Y Él desea que Sus hijos, Su pueblo, los conozca, que seamos entendidos, de manera que no seamos engañados, confundidos o extraviados en medio de esta presente generación maligna y perversa (Dan. 2:19-23,27-28; 7:23-27; Mt. 13:10-17; Lc. 8:9-10; Mr. 4:10-12; Ef. 5:15-17).
Y vimos en detalle el orden de alineación que Él estableció para Su pueblo, tanto en tiempos de reposo, para acampar, y en tiempos de guerra, para conquistar o alcanzar la victoria que Él promete a Sus hijos, tal como le dijo a Josué, sucesor de Moisés (Jos. 1:7):
"Solamente esfuérzate y se muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas."
TRES veces Dios le pide a Su siervo que se esfuerce y sea valiente (Jos. 1:6,7,9) ¡y el pueblo le pide lo mismo! (Jos. 1:18); y CUATRO veces Dios le pide que se asegure en seguir fielmente lo que Él ha establecido en el libro de la Ley. Veamos cómo se lo dice: "para cuidar de hacer conforme"; "no te apartes ni a diestra ni a siniestra"; "nunca se apartará de tu boca"; "medita en ella, para que guardes y hagas conforme". Es claro el mensaje: ¡Dios quiere que sigamos Sus instrucciones! Que prestemos atención a Sus planes, diseños y directrices, y entonces todo nos saldrá bien, seremos prosperados en lo que hagamos o emprendamos.
¡Esfuérzate y se valiente en cumplir fielmente con las instrucciones que Dios te da y serás prosperado!
¡Esfuérzate y se valiente en cumplir fielmente con las instrucciones que Dios te da y serás prosperado!
Si quiere leer la Segunda parte de este mensaje ahora mismo, haga click aquí.
ALINEACIÓN EN EL TIEMPO Y LAS ESTACIONES
ALINEACIÓN EN EL TIEMPO Y LAS ESTACIONES
He dicho y aquí nuevamente lo digo ¡hay poder en la alineación! Si nos alineamos a la voluntad de Dios, cumpliendo con Su Palabra expresada en las Sagradas Escrituras y con lo que el Espíritu Santo nos diga, Él promete, que seremos prosperados, que disfrutaremos de vida, salud y bienestar y el Padre y nuestro Señor Jesucristo serán glorificado en todo lo que hagamos (Jos. 1:6-9; 1Cró. 22:12-13; 2Cró. 7:11; 20:20; Sal. 1:1-3; Prov. 3:5-10; Mt. 6:33; Lc. 12:42-47; Jn. 5:30; 6:38; 10:10; Ro. 12:1-2; Ef. 6:2-3; Col. 1:9-10; 2Tim. 3:15-17; Heb. 13:20-21).
Ahora veamos en esta Tercera parte la importancia en la alineación con el tiempo de Dios para que podamos avanzar, conquistar y cosechar en el reino de nuestro amado Señor Jesucristo. Ya que, como sacerdotes reales el tema del tiempo nos compete, pues hemos visto que en Su diseño para la creación, y nuestro señorío en ella, necesitamos conocer bien los tiempos y las estaciones que Dios ha establecido, para que podamos tener fruto, mucho fruto.
En el cuadro de arriba podemos ver cuatro expresiones de tiempo a los que podríamos prestarle atención, en nuestro deseo de avanzar en el reino de Dios: Las cuatro (4) estaciones ilustradas en el circulo más interno y externo (primavera, verano, otoño e invierno); los doce (12) frutos que se dan en la tierra de Israel, que ilustran los frutos para cada mes del año; el calendario gregoriano, heredado de la cultura y religión pagana del imperio romano; y el calendario hebreo, heredado por las instrucciones dadas por Dios a Su pueblo desde Génesis hasta Apocalipsis.
En nuestro estudio aquí, nos ocuparemos más del calendario hebreo, porque si bien es cierto no es cien por ciento bíblico (pues tiene influencia babilónica, adquirida durante el exilio de Judá, a partir del 597 a.C.). El calendario hebreo sigue más de cerca el tiempo de días, meses, años, las estaciones y las fiestas dadas por Dios a través de Sus siervos los profetas. Y estoy convencido, por las Sagradas Escrituras y por lo que el Espíritu del Señor me ha guiado, que hacemos bien en prestarle atención, conocerlo, entenderlo y posicionarnos en este calendario, pues hay bendición de Dios en él. Pero, al igual que en la antigüedad, los miembros del pueblo de Dios necesitamos movernos entre el calendario del sistema babilónico mundial y el sistema del reino de Dios, en nuestro caso representado por el gregoriano y el hebreo.
En el calendario hebreo a su vez, coexisten dos calendarios: el religioso y el civil o de los reyes. El calendario religioso parte del primer mes, Aviv (Abib/Nisán) y el calendario civil a partir del mes de Etanim (Eitanim/Tishri). El calendario religioso presta debida atención a las siete Fiestas solemnes establecidas por Dios, a los días de reposo y a los comienzos de mes o luna nueva. Por su parte, el calendario civil, aunque presta atención a las festividades religiosas, se enfoca más en los períodos de siembra y cosecha, en el pago de los diezmos, primicias e impuestos, y los tiempos apropiados para la coronación de los reyes, gobernantes y otras acciones gubernamentales.
¿Por qué comparto todo esto? Porque recuerde que fuimos llamados a reinar y un buen rey debe ser conocedor y entendido de los tiempos (Gén. 40:1-23; 41:1-57; Dan. 2:19-23, 27-28; 5:18-21; 9:1-3, 20-27; 12:9-13; Ef. 5:15-17; Ap. 5:1-14).
¿Eso significa que debemos guardar las Fiestas y los días de reposo según lo establece la Ley dada a Moisés? ¡No, de ninguna manera! Recuerde que nosotros ya no vivimos ni estamos bajo la Ley, sino bajo el pacto de la Gracia en Cristo Jesús. Lo que Dios quiere, según lo que puedo entender por las Escrituras y por Su Espíritu, es que, en fe y obediencia, entremos bajo la esfera de bendición de Su reino, que prestemos atención al tiempo de Dios, que conozcamos Sus Fiestas, Sus días, estaciones y ciclos, para que adquiramos sabiduría, ciencia, inteligencia y revelación, para que podamos tomar decisiones sabias y efectivas, para que podamos reinar como Él reina sobre toda la creación. En el pacto de la gracia, es más importante la fe, la fe que viene por el OÍR la Palabra de Dios; es más importante la revelación, revelación que viene por conocer y entender la voluntad de Dios; y es más importante la obediencia a las instrucciones que el Espíritu nos da por la Palabra, que los ritos, costumbres y tradiciones religiosas.
Mire lo que reyes poderosos dijeron de siervos de Dios que tuvieron fe, y fueron obedientes y entendidos en los tiempos, bajo revelación de Dios, dada por Su Espíritu Santo:
"Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber esto, no hay ENTENDIDO ni sabio como tú. Tú estarás sobre MI CASA, y por tu palabra SE GOBERNARÁ todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo TE HE PUESTO SOBRE TODA LA TIERRA DE EGIPTO".
Después que el príncipe-profeta Daniel interpretó el sueño al emperador de Babilonia (que tenía que ver con los tiempos sobre las naciones), "el rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y EL QUE REVELA LOS MISTERIOS, pues pudiste revelar este misterio. Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones (regalos), y LE HIZO GOBERNADOR DE TODA LA PROVINCIA DE BABILONIA, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia".
Es de sabios prestarle atención a los tiempos de Dios, y por esa razón el salmista le pidió a Dios:
"Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría" (Sal. 90:12).
En nuestro estudio aquí, nos ocuparemos más del calendario hebreo, porque si bien es cierto no es cien por ciento bíblico (pues tiene influencia babilónica, adquirida durante el exilio de Judá, a partir del 597 a.C.). El calendario hebreo sigue más de cerca el tiempo de días, meses, años, las estaciones y las fiestas dadas por Dios a través de Sus siervos los profetas. Y estoy convencido, por las Sagradas Escrituras y por lo que el Espíritu del Señor me ha guiado, que hacemos bien en prestarle atención, conocerlo, entenderlo y posicionarnos en este calendario, pues hay bendición de Dios en él. Pero, al igual que en la antigüedad, los miembros del pueblo de Dios necesitamos movernos entre el calendario del sistema babilónico mundial y el sistema del reino de Dios, en nuestro caso representado por el gregoriano y el hebreo.
En el calendario hebreo a su vez, coexisten dos calendarios: el religioso y el civil o de los reyes. El calendario religioso parte del primer mes, Aviv (Abib/Nisán) y el calendario civil a partir del mes de Etanim (Eitanim/Tishri). El calendario religioso presta debida atención a las siete Fiestas solemnes establecidas por Dios, a los días de reposo y a los comienzos de mes o luna nueva. Por su parte, el calendario civil, aunque presta atención a las festividades religiosas, se enfoca más en los períodos de siembra y cosecha, en el pago de los diezmos, primicias e impuestos, y los tiempos apropiados para la coronación de los reyes, gobernantes y otras acciones gubernamentales.
¿Por qué comparto todo esto? Porque recuerde que fuimos llamados a reinar y un buen rey debe ser conocedor y entendido de los tiempos (Gén. 40:1-23; 41:1-57; Dan. 2:19-23, 27-28; 5:18-21; 9:1-3, 20-27; 12:9-13; Ef. 5:15-17; Ap. 5:1-14).
¿Eso significa que debemos guardar las Fiestas y los días de reposo según lo establece la Ley dada a Moisés? ¡No, de ninguna manera! Recuerde que nosotros ya no vivimos ni estamos bajo la Ley, sino bajo el pacto de la Gracia en Cristo Jesús. Lo que Dios quiere, según lo que puedo entender por las Escrituras y por Su Espíritu, es que, en fe y obediencia, entremos bajo la esfera de bendición de Su reino, que prestemos atención al tiempo de Dios, que conozcamos Sus Fiestas, Sus días, estaciones y ciclos, para que adquiramos sabiduría, ciencia, inteligencia y revelación, para que podamos tomar decisiones sabias y efectivas, para que podamos reinar como Él reina sobre toda la creación. En el pacto de la gracia, es más importante la fe, la fe que viene por el OÍR la Palabra de Dios; es más importante la revelación, revelación que viene por conocer y entender la voluntad de Dios; y es más importante la obediencia a las instrucciones que el Espíritu nos da por la Palabra, que los ritos, costumbres y tradiciones religiosas.
Mire lo que reyes poderosos dijeron de siervos de Dios que tuvieron fe, y fueron obedientes y entendidos en los tiempos, bajo revelación de Dios, dada por Su Espíritu Santo:
"Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber esto, no hay ENTENDIDO ni sabio como tú. Tú estarás sobre MI CASA, y por tu palabra SE GOBERNARÁ todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo TE HE PUESTO SOBRE TODA LA TIERRA DE EGIPTO".
Después que el príncipe-profeta Daniel interpretó el sueño al emperador de Babilonia (que tenía que ver con los tiempos sobre las naciones), "el rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y EL QUE REVELA LOS MISTERIOS, pues pudiste revelar este misterio. Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones (regalos), y LE HIZO GOBERNADOR DE TODA LA PROVINCIA DE BABILONIA, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia".
Es de sabios prestarle atención a los tiempos de Dios, y por esa razón el salmista le pidió a Dios:
"Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría" (Sal. 90:12).
Y recuerde que estamos tratando el mensaje "POSICIÓN, AVANCE Y COSECHA" y hemos visto que hay una estrecha relación entre el reino, el tiempo y las cosechas, y en vista que en Cristo somos reyes y sacerdotes para nuestro Dios; que somos ramas de la Vid verdadera; que somos ramas unidas a la raíz del buen Olivo; y se espera que demos mucho fruto; entonces, necesitamos conocer y entender los tiempos de Dios, para poder sembrar y cosechar según la voluntad de Dios (Jn. 15:1-10; Ro. 11:16-18; 2Ti. 2:1-7).
¡Por causa de nuestra posición y unión espiritual en Cristo, somos reyes y sacerdotes para nuestro Dios, parte del pueblo de Dios y herederos de los pactos y la promesa por nuestra fe en Cristo Jesús, Señor nuestro!
El reino de Dios es mucho más que solo un "boleto para ir al cielo"; el reino de Dios es la esfera del gobierno de Dios que se manifiesta aquí y ahora, y espera su pleno cumplimiento cuando nuestro Señor Jesucristo venga por segunda vez, para poner a todos sus enemigos, los reyes de la tierra, bajo sus pies. Pero nuestro Señor Jesucristo está aquí y ahora, por la presencia gloriosa de Su Espíritu; por lo tanto, podemos vivir y experimentar la esfera de las bendiciones, riquezas y promesas del reino de Dios aquí y ahora. ¡No tenemos que esperar por un "reino futuro"! ¡Porque el reino de Dios está aquí y ahora, porque donde está el Espíritu, allí está el Señor y por lo tanto, también está Su reino, Su señorío!
Por eso digo, que es lamentable que el "evangelio" que se predica en algunas iglesias está centrado y orientado al culto dominical y poco o casi nada al reino de Dios. Nuestras reuniones y actividades deben estar centradas y orientadas al reino de Dios, deben perseguir la capacitación de los santos para reinar, para ser mejores reyes y sacerdotes, pues ¡ese es nuestro llamado, destino y propósito eterno! (1Cor. 15:23-28; Ef. 1:17-23; Ef. 4:11-13; Ap. 5:10; 22:5)
Mucho del discipulado que se ofrece en algunas iglesias es para que el creyente CONOZCA de Biblia y doctrina, lo cual es necesario hacer; pero poco se le enseña a cómo experimentar la TRANSFORMACIÓN espiritual que la Palabra y el Espíritu juntos pueden lograr en un corazón rendido al señorío de Jesucristo; poco se le enseña a vivir y a ministrar en el poder del Espíritu Santo. "Discipulamos" a consumidores de religión, fieles asistentes a los cultos dominicales, que no saben cómo predicar el evangelio, no saben orar por los enfermos, no saben liberar a los endemoniados ni servir al Señor con sus dones, habilidades o talentos. Al final del día, lo que hacemos es "entrenar" a mentes pasivas, que no hacen otra cosa que depender de sus líderes, de cada predicación, de cada culto, de cada concierto, que les haga "experimentar" una buena dosis de religión y alteración sico-emocional, y luego regresan vacíos a sus casas, a luchar en sus fuerzas, la vida cristiana que solo puede ser vivida en el poder del Espíritu Santo de Dios.
ALINEACIÓN Y AVANCE PARA LA COSECHA
En las Sagradas Escrituras tanto el reino como los hijos de Dios son descritos como árboles. Los primeros árboles de importancia, fueron el árbol de la vida y el del conocimiento del bien y el mal; ambos árboles fueron creados por Dios, pero en Su plan y diseño para el reino del hombre sobre Su creación, Él quería que el hombre dependiera del conocimiento que viene por revelación de Dios.
¡Nuestra Fuente de conocimiento, para que podamos reinar conforme a la voluntad de Dios, tiene que ser el Espíritu y la Palabra que salen de la boca de Dios!
Al justo se le describe como un árbol, "un árbol plantado junto a corrientes de agua (Palabra y Espíritu), QUE DA SU FRUTO EN SU TIEMPO (Cosecha) y su hoja no cae; y TODO LO QUE HACE, prosperará" (Sal. 1:1-3); como un "olivo verde en la Casa de Dios" (Sal. 52:8); y como un árbol de justicia (Is. 61:3). Al pueblo de Israel se le describe como una vid o viña (Jer. 2:21; 6:9; Joel 1:7; Zac. 8:12); como un olivo (Is. 17:6; Jer. 11:17-17; Os. 14:5-6; Ro. 11:17-24); y como una higuera (Os. 9:10; Joel 1:7; Lc. 21:29). Y a la iglesia se le compara con una vid (Jn. 15:1-10); y con un olivo (Ro. 11:16-24). Esto nos deja un cuadro claro que Dios desea que Su reino, Su pueblo, Su iglesia, reflejen la vida orgánica de una planta o un árbol, pues Él espera que demos fruto, que demos fruto o cosecha A SU TIEMPO.
¡Por causa de nuestra posición y unión espiritual en Cristo, somos reyes y sacerdotes para nuestro Dios, parte del pueblo de Dios y herederos de los pactos y la promesa por nuestra fe en Cristo Jesús, Señor nuestro!
El reino de Dios es mucho más que solo un "boleto para ir al cielo"; el reino de Dios es la esfera del gobierno de Dios que se manifiesta aquí y ahora, y espera su pleno cumplimiento cuando nuestro Señor Jesucristo venga por segunda vez, para poner a todos sus enemigos, los reyes de la tierra, bajo sus pies. Pero nuestro Señor Jesucristo está aquí y ahora, por la presencia gloriosa de Su Espíritu; por lo tanto, podemos vivir y experimentar la esfera de las bendiciones, riquezas y promesas del reino de Dios aquí y ahora. ¡No tenemos que esperar por un "reino futuro"! ¡Porque el reino de Dios está aquí y ahora, porque donde está el Espíritu, allí está el Señor y por lo tanto, también está Su reino, Su señorío!
Por eso digo, que es lamentable que el "evangelio" que se predica en algunas iglesias está centrado y orientado al culto dominical y poco o casi nada al reino de Dios. Nuestras reuniones y actividades deben estar centradas y orientadas al reino de Dios, deben perseguir la capacitación de los santos para reinar, para ser mejores reyes y sacerdotes, pues ¡ese es nuestro llamado, destino y propósito eterno! (1Cor. 15:23-28; Ef. 1:17-23; Ef. 4:11-13; Ap. 5:10; 22:5)
Mucho del discipulado que se ofrece en algunas iglesias es para que el creyente CONOZCA de Biblia y doctrina, lo cual es necesario hacer; pero poco se le enseña a cómo experimentar la TRANSFORMACIÓN espiritual que la Palabra y el Espíritu juntos pueden lograr en un corazón rendido al señorío de Jesucristo; poco se le enseña a vivir y a ministrar en el poder del Espíritu Santo. "Discipulamos" a consumidores de religión, fieles asistentes a los cultos dominicales, que no saben cómo predicar el evangelio, no saben orar por los enfermos, no saben liberar a los endemoniados ni servir al Señor con sus dones, habilidades o talentos. Al final del día, lo que hacemos es "entrenar" a mentes pasivas, que no hacen otra cosa que depender de sus líderes, de cada predicación, de cada culto, de cada concierto, que les haga "experimentar" una buena dosis de religión y alteración sico-emocional, y luego regresan vacíos a sus casas, a luchar en sus fuerzas, la vida cristiana que solo puede ser vivida en el poder del Espíritu Santo de Dios.
ALINEACIÓN Y AVANCE PARA LA COSECHA
En las Sagradas Escrituras tanto el reino como los hijos de Dios son descritos como árboles. Los primeros árboles de importancia, fueron el árbol de la vida y el del conocimiento del bien y el mal; ambos árboles fueron creados por Dios, pero en Su plan y diseño para el reino del hombre sobre Su creación, Él quería que el hombre dependiera del conocimiento que viene por revelación de Dios.
¡Nuestra Fuente de conocimiento, para que podamos reinar conforme a la voluntad de Dios, tiene que ser el Espíritu y la Palabra que salen de la boca de Dios!
Al justo se le describe como un árbol, "un árbol plantado junto a corrientes de agua (Palabra y Espíritu), QUE DA SU FRUTO EN SU TIEMPO (Cosecha) y su hoja no cae; y TODO LO QUE HACE, prosperará" (Sal. 1:1-3); como un "olivo verde en la Casa de Dios" (Sal. 52:8); y como un árbol de justicia (Is. 61:3). Al pueblo de Israel se le describe como una vid o viña (Jer. 2:21; 6:9; Joel 1:7; Zac. 8:12); como un olivo (Is. 17:6; Jer. 11:17-17; Os. 14:5-6; Ro. 11:17-24); y como una higuera (Os. 9:10; Joel 1:7; Lc. 21:29). Y a la iglesia se le compara con una vid (Jn. 15:1-10); y con un olivo (Ro. 11:16-24). Esto nos deja un cuadro claro que Dios desea que Su reino, Su pueblo, Su iglesia, reflejen la vida orgánica de una planta o un árbol, pues Él espera que demos fruto, que demos fruto o cosecha A SU TIEMPO.
El árbol de la vida "re-aparece" nuevamente en la Revelación de Jesucristo, que el apóstol-profeta Juan recibió en la isla de Patmos; de este árbol se dice que: "produce doce (12) frutos, dando CADA MES su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones" (Ap. 22:2). El doce (12) es el número de gobierno y describe una unidad o ciclo de tiempo; el número veinticuatro (24) describe un gobierno perfecto y un ciclo de servicio sacerdotal.
Así que, en el diseño de Dios para Su reino tenemos que, en un período de doce meses, Dios espera que demos fruto cada mes y haya tres mayores tiempos de cosecha, expresadas en las Fiestas de las Primicias (cebada), Pentecostés (trigo) y Tabernáculos (frutos de los árboles).
En su calendario los hebreos, relacionaban las doce (12) tribus de Israel (que expresaban el gobierno de Dios sobre su pueblo) con los doce (12) meses del año (que expresaban el tiempo de gobierno de Dios para Su pueblo); y prestaban atención a lo que cada mes y cada tribu comunicaban proféticamente para una buena y sana administración de sus vidas, familias y labores. Veamos, en los cuadros siguientes, un resumen de lo que cada mes y tribu pudiera comunicar, con lo cual pudiéramos alinearnos a lo que Dios pudiera o quisiera hacer en nuestras vidas, familias, labores y ministerios.
En los cuadros de arriba podemos hacer la relación con los meses, los números, las palabras o significados proféticos y las tribus, para alinearnos con lo que Dios pudiera o quisiera hacer en nuestras vidas. Son cuadros que nos pueden dar una orientación. No los he hecho para prescribirle a usted lo que Dios quiere hacer, sino como una guía de lo que pudiéramos esperar, de lo que pudiera pasar, para cada mes. No es mi intención darle leyes o mandamientos; comparto esta información, para que usted, fundamentado en la Palabra y guiado por el Espíritu, se oriente y tome las mejores decisiones y acciones en su vida. Usted, en la libertad que Cristo le da, lo tomará o lo dejará, según la dirección que reciba de parte de Dios, pero asegúrese que sea de parte de Dios.
Estos cuadros también nos dan una idea del ritmo y tiempo de Dios para cada mes y cada año. En la medida que vamos conociendo, entendiendo y aplicando lo que vamos aprendiendo para cada mes, podremos percibir con mayor claridad el ritmo y el tiempo de Dios, lo cual nos ayudará a salir poco a poco del ritmo y del tiempo del sistema babilónico mundial expresado en el calendario gregoriano.
Los "cristianos" hoy son más conscientes y sensibles al tiempo que dicta el mundo, que del tiempo de Dios. Y nos preguntamos después, por qué no hay orden en nuestras vidas, familias, iglesias y sociedades. La Iglesia al ser ignorante del tiempo de Dios, es presa fácil del tiempo establecido por el sistema babilónico mundial. ¡Esa es la meta del anticristo! (Dn. 7:25). El sistema babilónico mundial, dirigido por el anticristo y el falso profeta establecerá:
1. Su propio sistema de leyes (Dn. 7:25)
2. Su propio sistema de tiempo (con sus respectivas fiestas y celebraciones; Dn. 3:4-8, 16-18; 7:25)
3. Su propio sistema de comercio (Ap. 13:16-17; 18:1-24)
4. Su propio sistema religioso (Ap. 13:3-9; 2Ts. 2:3-4)
5. Su propio sistema de gobierno (Ap. 13:1-2; 12:3-4; Dn. 7:7-11)
Y ya sabemos la orden del Señor: ¡Salgan de Babilonia! (Ap. 18:4). El Señor nos manda a salir de este sistema babilónico mundial para que no seamos partícipes de sus pecados, ni recibamos parte de sus plagas. Es decir, estamos ante un escenario muy parecido al del pueblo de Israel en Egipto, cuando Dios estaba listo para juzgar a Egipto y liberar a Su pueblo de la esclavitud; y en aquel momento Dios les ordenó que para poder salir tenían que alinearse a Su tiempo, a Su diseño de Fiestas y sacrificios, y a Su siervo Moisés, a quien asignó como Su profeta.
¿Significa todo esto que tenemos que aislarnos del mundo? ¡No, de ninguna manera! El Señor nos dice claramente que estamos en el mundo, pero que no somos del mundo; pero al igual que Él, necesitamos alinearnos a la voluntad del Padre, hacer lo que Él nos muestre o nos diga hacer; y no tener ni arte ni parte con el reino de las tinieblas dirigido por Satanás (Lc. 4:1-13; Jn. 14:30-31; 17:9-18). Como dije arriba, mientras estemos en esta carne y hasta la venida de nuestro Señor, tendremos que movernos tanto en el calendario hebreo como en el gregoriano; pero necesitaremos ser sensibles a la Voz del Espíritu, para hacer la voluntad de Dios y llevar fruto a Su tiempo en "este mundo".
CONCLUSIÓN:
Es la voluntad de Dios que sepamos nuestra identidad, llamado, propósito y destino en Cristo y en Su reino.
En Cristo fuimos hechos reyes y sacerdotes, hijos de Dios, herederos de los pactos y las promesas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, y fuimos colocados, posicionados en Su pueblo, en Su Cuerpo, para que podamos crecer y ser capacitados, para que tengamos cosecha y conquistemos todo lo que Dios ha preparado para nosotros.
Necesitamos conocer, entender y aplicar el diseño del tiempo y el gobierno de Dios, no para estar bajo la Ley, sino para que, por Su gracia y nuestra fe en Jesús, podamos estar bajo la esfera de Su reino, bajo su favor, bendiciones y promesas, para que podamos disfrutar plenamente la herencia y las riquezas de Su reino, tanto ahora como en el futuro (Ef. 1:15-23; Col. 1:9-14).
¿Significa todo esto que tenemos que aislarnos del mundo? ¡No, de ninguna manera! El Señor nos dice claramente que estamos en el mundo, pero que no somos del mundo; pero al igual que Él, necesitamos alinearnos a la voluntad del Padre, hacer lo que Él nos muestre o nos diga hacer; y no tener ni arte ni parte con el reino de las tinieblas dirigido por Satanás (Lc. 4:1-13; Jn. 14:30-31; 17:9-18). Como dije arriba, mientras estemos en esta carne y hasta la venida de nuestro Señor, tendremos que movernos tanto en el calendario hebreo como en el gregoriano; pero necesitaremos ser sensibles a la Voz del Espíritu, para hacer la voluntad de Dios y llevar fruto a Su tiempo en "este mundo".
CONCLUSIÓN:
Es la voluntad de Dios que sepamos nuestra identidad, llamado, propósito y destino en Cristo y en Su reino.
En Cristo fuimos hechos reyes y sacerdotes, hijos de Dios, herederos de los pactos y las promesas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, y fuimos colocados, posicionados en Su pueblo, en Su Cuerpo, para que podamos crecer y ser capacitados, para que tengamos cosecha y conquistemos todo lo que Dios ha preparado para nosotros.
Necesitamos conocer, entender y aplicar el diseño del tiempo y el gobierno de Dios, no para estar bajo la Ley, sino para que, por Su gracia y nuestra fe en Jesús, podamos estar bajo la esfera de Su reino, bajo su favor, bendiciones y promesas, para que podamos disfrutar plenamente la herencia y las riquezas de Su reino, tanto ahora como en el futuro (Ef. 1:15-23; Col. 1:9-14).
Así que, aliniémosnos a la voluntad de Dios, tomemos nuestra posición en Su reino, movámonos de acuerdo a Su tiempo y cosechemos y conquistemos todo lo que Él ya ha preparado para los que le aman y le buscan de todo corazón.
FUENTES CONSULTADAS:
http://www.historiang.com/articulo.jsp?id=440046
http://es.wikipedia.org/wiki/Cautiverio_de_Babilonia
http://www.mfa.gov.il/MFAES/Facts+About+Israel/HISTORIA-+Era+Bblica.htm
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2 comentarios:
Hola Daniel, acabo de terminar de leer las tres entregas de éste tema,no solo importante,sino tambien vital para la iglesia (en su definición bíblica) para éstos tiempos. Creo que no existen paralelos (según mi poca experiencia)de toda esta enseñanza en lo que recuerde, quizás hemos escuchado pequeños puntos y aspectos tratados aisladamente,pero no conjugados tan armoniosamente como creo que ha sido ésta revelación. Me motivó a buscar y pedir más a Dios que me ayude a ajustarme a su plan, creo que todos estos datos pueden ayudarnos a entrar en su esfera de bendición a través de la obediencia y vivir la vida que él ha diseñado para sus hijos. Quiero estar alineada a SUS modos, a SUS tiempos, a SUS leyes de vida, porque sé que en ello hay bendición y la verdadera properidad. Tambien me recordó el porqué soy todo lo que El dice que soy y debo esperar según mi linaje Espiritual y terrenal. Creo que Dios está permitiendo conocer y develando muchos preceptos eternos para el avance de su Reino. Lo que viene es mucho más! Muchos Frutos! Amén.
Así es Lisbeth, personalmente creo firmemente que así como Dios está acelerando el tiempo, también está acelerando nuestro conocimiento y entendimiento del mismo, para que Se cumplan Sus planes y propósitos, tanto para nuestras propias vidas como para las naciones.
Y alabo a Dios porque este mensaje puede edificar tu vida y la de muchos en la Iglesia del Señor.
Ap. Daniel Guerrero
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