LA MEJOR COSECHA
Mensaje dado el domingo 8 de Siván del 5774
PENTECOSTÉS 2014
Por apóstol Dr. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
La Biblia claramente enseña que el Padre y nuestro Señor Jesucristo quieren que seamos fructíferos. Y esta verdad también se ve ilustrada en el ciclo de siete (7) meses, en el que se celebran siete (7) Fiestas, tres de las cuales están enmarcadas durante la celebración de tres (3) cosechas:
1. La Fiesta de Pascua/Primicias, que celebra la cosecha de cebada.
2. La Fiesta de Pentecostés, que celebra la cosecha de Trigo.
3. La Fiesta de Tabernáculos, que celebra la cosecha del fruto de los árboles.
1. Creados y diseñados para ser fructíferos:
En la "semana de la Creación" podemos observar que Dios creó la vegetación en el día tres (3):
"Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.
Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.
Y fue la tarde y la mañana el día tercero." Génesis 1:9-13
La creación de la vegetación surge después de Dios haber establecido orden (Gén. 1:2-8):
1. Separando la luz de las tinieblas
2. Separando los cielos
3. Separando el mar de la tierra.
Que a su vez apunta a los tres elementos básicos: aire, agua y tierra, que son los tres elementos básicos que permiten la vida en la creación de Dios. Y como mencioné arriba, en la vegetación, tres son los tiempos y Fiestas de cosechas: en la primavera, Pascua (salvación); a comienzos del verano, Pentecostés (bendición); y en otoño, Tabernáculos (habitación); que a su vez, declaran la plenitud de la bendición divina en las tres áreas del ser humano: espíritu, alma y cuerpo.
Dios se manifiesta en tres (3) personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo); los grandes tres (3) atributos de Dios son omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia; la principal virtud de Dios es repetida tres (3) veces por los ángeles: santo, santo, santo es el Señor; y la bendición sacerdotal dispensa tres (3) acciones divinas sobre el adorador (Núm. 6: 23-24):
Mensaje dado el domingo 8 de Siván del 5774
PENTECOSTÉS 2014
Por apóstol Dr. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él,
éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará;
y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos."
Juan 15:5-8
La Biblia claramente enseña que el Padre y nuestro Señor Jesucristo quieren que seamos fructíferos. Y esta verdad también se ve ilustrada en el ciclo de siete (7) meses, en el que se celebran siete (7) Fiestas, tres de las cuales están enmarcadas durante la celebración de tres (3) cosechas:
1. La Fiesta de Pascua/Primicias, que celebra la cosecha de cebada.
2. La Fiesta de Pentecostés, que celebra la cosecha de Trigo.
3. La Fiesta de Tabernáculos, que celebra la cosecha del fruto de los árboles.
1. Creados y diseñados para ser fructíferos:
En la "semana de la Creación" podemos observar que Dios creó la vegetación en el día tres (3):
"Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.
Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.
Y fue la tarde y la mañana el día tercero." Génesis 1:9-13
La creación de la vegetación surge después de Dios haber establecido orden (Gén. 1:2-8):
1. Separando la luz de las tinieblas
2. Separando los cielos
3. Separando el mar de la tierra.
Que a su vez apunta a los tres elementos básicos: aire, agua y tierra, que son los tres elementos básicos que permiten la vida en la creación de Dios. Y como mencioné arriba, en la vegetación, tres son los tiempos y Fiestas de cosechas: en la primavera, Pascua (salvación); a comienzos del verano, Pentecostés (bendición); y en otoño, Tabernáculos (habitación); que a su vez, declaran la plenitud de la bendición divina en las tres áreas del ser humano: espíritu, alma y cuerpo.
Dios se manifiesta en tres (3) personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo); los grandes tres (3) atributos de Dios son omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia; la principal virtud de Dios es repetida tres (3) veces por los ángeles: santo, santo, santo es el Señor; y la bendición sacerdotal dispensa tres (3) acciones divinas sobre el adorador (Núm. 6: 23-24):
- "Jehová te bendiga y te guarde."
- "Jehová haga resplandecer Su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia."
- "Jehová alce sobre ti Su rostro y ponga en ti paz."
Así que si Dios es "Santo", tres veces santo; entonces el hombre fue creado y diseñado, para que sea "Fructífero", que lleve tres veces fruto. Y así lo vemos en el Salmo 1:3, que declara que un hombre justo, BENDECIDO por Dios:
"Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; todo lo que hace, prosperará."
Es decir, el hombre "plantado", o sea que permanece unido, a "corrientes de aguas", es decir al Espíritu del Señor, será:
2. Creados y diseñados para ser como Cristo
Romanos 8:28-29 declara:
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que CONFORME A SU PROPÓSITO son llamados.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó PARA QUE FUESEN HECHOS CONFORMES A LA IMAGEN DE SU HIJO, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos."
Dios nos creó y diseñó para que fuésemos conforme a la imagen de Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Y eso, tanto en lo personal como en lo colectivo. El apóstol Pablo también nos enseña que como iglesia debemos crecer en todo hacia Cristo, que crezcamos a la estatura de Cristo (Ef. 4:11-15).
"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, A LA MEDIDA DE LA ESTATURA DE LA PLENITUD DE CRISTO; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, CREZCAMOS EN TODO EN AQUEL QUE ES LA CABEZA, esto es, Cristo."
Este crecimiento se manifestará en un mayor conocimiento, inteligencia, sabiduría y justicia, conforme a la imagen de Cristo en nosotros (Col. 1:9-14); pero también en nuestro carácter, expresado en el Fruto del Espíritu (Gál. 5:22-25):
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu."
Estas nueve (9) virtudes describen "El Ser", el carácter de alguien unido al Espíritu, que vive en el Espíritu y camina por el Espíritu. Esa será la cosecha espiritual que el Padre está esperando de todo hijo o hija suyo unido a Su Santo Espíritu, a quien Él envió en Nombre de Su Hijo (Jn. 14:15-17; 16:13-15)
3. Creados y diseñados para la mejor cosecha
Hemos visto que Dios desea que seamos fructíferos, que llevemos mucho fruto y glorifiquemos así a nuestro Padre y a nuestro Señor Jesucristo. La Biblia también nos enseña que Dios nos creó y nos preparó obras, para que andemos en justicia y vivamos para Su gloria (Col. 1:9-10; Ef. 2:8-10):
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Porque somos hechura suya, CREADOS EN CRISTO JESÚS PARA BUENAS OBRAS, las cuales DIOS PREPARÓ DE ANTEMANO para que anduviésemos en ellas."
Y eso es lo que celebramos en la Fiesta de Pentecostés:
1. Celebramos la Bendición de Dios, quien nos hizo Sus hijos, herederos y bendecidos (Ef. 1:3-12)
2. Celebramos la Provisión de Dios, quien nos capacitó con poder y autoridad para reinar con Él (Ef. 1:15-23).
3. Celebramos la Revelación de Dios, que Él dio primero en el monte Sinaí (Éx. 19-20), pero también en la ciudad de Jerusalén (Hch. 2:1-42). La poderosa revelación que nos iluminó para que fuésemos testigos de Su reino a todas las naciones (Hch. 1:8).
Pero la Biblia también nos enseña que somos el Pueblo de Dios, y que por la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo, Él nos ha hecho reyes y sacerdotes para la gloria de Su Nombre (1Pe. 2:9-10; Ap. 1:6). Y todo esto nos lleva a conocer y a entender "la Mejor Cosecha", la cual encontramos en Hebreo 13:15-16:
"Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, SACRIFICIO DE ALABANZA, es decir, FRUTO DE LABIOS QUE CONFIESAN SU NOMBRE. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de TALES SACRIFICIOS se agrada Dios."
Creo que el fruto de labios que alaban a Dios es la Mejor Cosecha que nuestro Padre celestial y nuestro Señor Jesucristo están esperando de Su pueblo. Sí, somos Sus hijos, pero también somos reyes y sacerdotes. Y nuestro Dios desea que presentemos ante Su Trono esa cosecha más que cualquier otra cosecha, pues dice la Escritura que en ella Él se agrada.
La Biblia nos da una variedad de formas de cómo podemos EXPRESAR esos sacrificios de alabanza:
1.- Por medio de una alabanza extravagante (jalal), que aún se pudiera expresar con una danza un poco alocada y exagerada, como la que ofreció el rey David mientras traía el Arca del Pacto. 2Crónicas 29:30-31 dice:
"Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David y de Asaf vidente; y ellos alabaron con gran alegría [jalal], y se inclinaron y adoraron.
Y respondiendo Ezequías, dijo: Vosotros os habéis consagrado ahora a Jehová; acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehová. Y la multitud presentó sacrificios y alabanzas; y todos los generosos de corazón trajeron holocaustos."
2.- Por medio de una alabanza ruidosa (teruaj), con gritos de júbilo, proclamación en voz alta y con mucha música. Salmo 27:6 dice:
"Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo [teruaj]; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová."
3. Por medio de gritar alabanzas mientras levantamos nuestras manos (todá), con una alabanza jubilosa que parece una gran fiesta de celebración. Salmo 107:22 dice:
"Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres; ofrezcan sacrificios de alabanza [todá], y publiquen sus obras con júbilo."
Pero observemos que como cualquier otra cosecha, la Mejor Cosecha también requiere esfuerzo, requiere trabajo; pues la Biblia la plantea como un SACRIFICIO de alabanza; o sea es una ofrenda que cuesta, que no necesariamente sale naturalmente o espontáneamente; sino que se da como un acto de adoración, de rendición ante la Majestad gloriosa de nuestro Rey.
Hay personas que dicen creer en Dios y seguir Su Palabra, pero que todavía viven vidas egoístas, centradas en ellas mismas, en lo que les gusta o les agrada o les apetece. Y en ocasiones "no tienen ganas" de alabar a Dios; o "no sienten alabar a Dios". E ignoran o ponen a un lado toda la obra de amor, el sacrificio de amor que nuestro Señor Jesucristo hizo por ellos y por todos nosotros en la Cruz del Calvario...
La Palabra nos dice que nuestro Dios se agrada de esta cosecha, de estos sacrificios por dos razones:
1. Porque con nuestros sacrificios de alabanza, glorificamos y exaltamos con nuestros labios y nuestro corazón a nuestro Creador, a nuestro Dios y Señor, por medio de Cristo (v. 15).
Así que, cuando tengas uno de esos días que "no tengas ganas de alabar", que "no te sientas con fuerzas para alabar", ¡entonces acuérdate de Cristo y alaba a Dios! Acuérdate del amor de Cristo y alaba; acuérdate de la fidelidad de Cristo y alaba; acuérdate de la salvación que Cristo logró para ti y alaba; acuérdate de la vida y la herencia eterna que tienes en Cristo y alaba; y así sucesivamente. ¡Alaba a Dios por medio de Cristo! ¡No ceses de alabar a Dios! Ofrece SIEMPRE a Dios, por medio de Cristo, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan Su Nombre.
2. Porque con nuestras buenas obras, con nuestras obras de justicia, con nuestro servicio mutuo, logramos que otras personas también alaben a Dios (v. 16). Así lo expresa el apóstol Pablo a los hermanos corintios en su Segunda Carta (2Cor. 9:12):
"Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios."
Un corazón lleno de alabanza será un corazón listo para el servicio a Dios primeramente, y al prójimo también. Pues un buen adorador entiende que su mejor adoración es la obediencia, y esa obediencia, por un lado, glorificará a Dios, y por otro lado, traerá más alabanza a Dios, por medio de aquellos que han sido bendecidos con nuestro servicio, nuestra generosidad o liberalidad en dar.
Y creo que de esa manera se cumplirá la palabra profética dada por medio de Isaías y Habacuc (Is. 11:9; Hab. 2:14):
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar."
En la medida que nosotros seamos fructíferos, y alabamos a Dios, Él también manifestará Su gloria y santidad en toda la tierra, en todas naciones. El cumplimiento de esa palabra profética la podemos ver en Apocalipsis 7:9-10:
"Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; Y CLAMABAN A GRAN VOZ, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero."
Apocalipsis 19:6:
"Y oí como LA VOZ de una gran multitud, COMO EL ESTRUENDO DE MUCHAS AGUAS, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!"
CONCLUSIÓN:
Como todo acto de servicio de Dios, la Mejor Cosecha se da por la gracia de Dios.
Dios está derramando gracia sobre Su pueblo para que le ofrezcamos la Mejor Cosecha: sacrificios de alabanza, fruto de labios que confiesan Su Nombre.
Dios está derramando sobre Su pueblo gracia abundante (5x5=25), gracia sobre gracia (Jn. 1:15-17), para que SEAMOS fructíferos y para TENGAMOS mucho fruto.
Somos parte de la generación de los últimos tiempos, que posiblemente testifiquemos y experimentemos un gran derramamiento del Espíritu de Dios sobre las naciones, incluyendo sobre Israel, como antesala de la manifestación de los juicios del Señor sobre el Sistema babilónico mundial, sobre Satanás y su reino de tinieblas en las naciones.
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Definamos la adoración I
Definamos la adoración II
COPYRIGHT. Permisos: Se le permite y anima a reproducir y distribuir este material en cualquier formato con tal que no alteren el contenido en forma alguna y que no cobren más allá del costo de reproducción. Para publicación web, se prefiere un enlace a este documento en nuestro sitio web. Cualquier excepción a lo anterior debe ser aprobada por nuestro ministerio.
Por favor, incluya la siguiente declaración en las copias distribuidas: Por Daniel Guerrero © [Fecha] Ministerio León de Judá. Sitio web: http://leondejudamins.blogspot.com/
¡DÍGALE NO AL PLAGIO!
"Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; todo lo que hace, prosperará."
Es decir, el hombre "plantado", o sea que permanece unido, a "corrientes de aguas", es decir al Espíritu del Señor, será:
- Fructífero, da su fruto en su tiempo
- Fresco y saludable, su hoja no cae
- Próspero, todo le sale bien
2. Creados y diseñados para ser como Cristo
Romanos 8:28-29 declara:
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que CONFORME A SU PROPÓSITO son llamados.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó PARA QUE FUESEN HECHOS CONFORMES A LA IMAGEN DE SU HIJO, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos."
Dios nos creó y diseñó para que fuésemos conforme a la imagen de Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Y eso, tanto en lo personal como en lo colectivo. El apóstol Pablo también nos enseña que como iglesia debemos crecer en todo hacia Cristo, que crezcamos a la estatura de Cristo (Ef. 4:11-15).
"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, A LA MEDIDA DE LA ESTATURA DE LA PLENITUD DE CRISTO; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, CREZCAMOS EN TODO EN AQUEL QUE ES LA CABEZA, esto es, Cristo."
Este crecimiento se manifestará en un mayor conocimiento, inteligencia, sabiduría y justicia, conforme a la imagen de Cristo en nosotros (Col. 1:9-14); pero también en nuestro carácter, expresado en el Fruto del Espíritu (Gál. 5:22-25):
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu."
Estas nueve (9) virtudes describen "El Ser", el carácter de alguien unido al Espíritu, que vive en el Espíritu y camina por el Espíritu. Esa será la cosecha espiritual que el Padre está esperando de todo hijo o hija suyo unido a Su Santo Espíritu, a quien Él envió en Nombre de Su Hijo (Jn. 14:15-17; 16:13-15)
3. Creados y diseñados para la mejor cosecha
Hemos visto que Dios desea que seamos fructíferos, que llevemos mucho fruto y glorifiquemos así a nuestro Padre y a nuestro Señor Jesucristo. La Biblia también nos enseña que Dios nos creó y nos preparó obras, para que andemos en justicia y vivamos para Su gloria (Col. 1:9-10; Ef. 2:8-10):
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Porque somos hechura suya, CREADOS EN CRISTO JESÚS PARA BUENAS OBRAS, las cuales DIOS PREPARÓ DE ANTEMANO para que anduviésemos en ellas."
Y eso es lo que celebramos en la Fiesta de Pentecostés:
1. Celebramos la Bendición de Dios, quien nos hizo Sus hijos, herederos y bendecidos (Ef. 1:3-12)
2. Celebramos la Provisión de Dios, quien nos capacitó con poder y autoridad para reinar con Él (Ef. 1:15-23).
3. Celebramos la Revelación de Dios, que Él dio primero en el monte Sinaí (Éx. 19-20), pero también en la ciudad de Jerusalén (Hch. 2:1-42). La poderosa revelación que nos iluminó para que fuésemos testigos de Su reino a todas las naciones (Hch. 1:8).
Pero la Biblia también nos enseña que somos el Pueblo de Dios, y que por la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo, Él nos ha hecho reyes y sacerdotes para la gloria de Su Nombre (1Pe. 2:9-10; Ap. 1:6). Y todo esto nos lleva a conocer y a entender "la Mejor Cosecha", la cual encontramos en Hebreo 13:15-16:
"Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, SACRIFICIO DE ALABANZA, es decir, FRUTO DE LABIOS QUE CONFIESAN SU NOMBRE. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de TALES SACRIFICIOS se agrada Dios."
Creo que el fruto de labios que alaban a Dios es la Mejor Cosecha que nuestro Padre celestial y nuestro Señor Jesucristo están esperando de Su pueblo. Sí, somos Sus hijos, pero también somos reyes y sacerdotes. Y nuestro Dios desea que presentemos ante Su Trono esa cosecha más que cualquier otra cosecha, pues dice la Escritura que en ella Él se agrada.
La Biblia nos da una variedad de formas de cómo podemos EXPRESAR esos sacrificios de alabanza:
1.- Por medio de una alabanza extravagante (jalal), que aún se pudiera expresar con una danza un poco alocada y exagerada, como la que ofreció el rey David mientras traía el Arca del Pacto. 2Crónicas 29:30-31 dice:
"Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David y de Asaf vidente; y ellos alabaron con gran alegría [jalal], y se inclinaron y adoraron.
Y respondiendo Ezequías, dijo: Vosotros os habéis consagrado ahora a Jehová; acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehová. Y la multitud presentó sacrificios y alabanzas; y todos los generosos de corazón trajeron holocaustos."
2.- Por medio de una alabanza ruidosa (teruaj), con gritos de júbilo, proclamación en voz alta y con mucha música. Salmo 27:6 dice:
"Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo [teruaj]; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová."
3. Por medio de gritar alabanzas mientras levantamos nuestras manos (todá), con una alabanza jubilosa que parece una gran fiesta de celebración. Salmo 107:22 dice:
"Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres; ofrezcan sacrificios de alabanza [todá], y publiquen sus obras con júbilo."
Pero observemos que como cualquier otra cosecha, la Mejor Cosecha también requiere esfuerzo, requiere trabajo; pues la Biblia la plantea como un SACRIFICIO de alabanza; o sea es una ofrenda que cuesta, que no necesariamente sale naturalmente o espontáneamente; sino que se da como un acto de adoración, de rendición ante la Majestad gloriosa de nuestro Rey.
Hay personas que dicen creer en Dios y seguir Su Palabra, pero que todavía viven vidas egoístas, centradas en ellas mismas, en lo que les gusta o les agrada o les apetece. Y en ocasiones "no tienen ganas" de alabar a Dios; o "no sienten alabar a Dios". E ignoran o ponen a un lado toda la obra de amor, el sacrificio de amor que nuestro Señor Jesucristo hizo por ellos y por todos nosotros en la Cruz del Calvario...
La Palabra nos dice que nuestro Dios se agrada de esta cosecha, de estos sacrificios por dos razones:
1. Porque con nuestros sacrificios de alabanza, glorificamos y exaltamos con nuestros labios y nuestro corazón a nuestro Creador, a nuestro Dios y Señor, por medio de Cristo (v. 15).
Así que, cuando tengas uno de esos días que "no tengas ganas de alabar", que "no te sientas con fuerzas para alabar", ¡entonces acuérdate de Cristo y alaba a Dios! Acuérdate del amor de Cristo y alaba; acuérdate de la fidelidad de Cristo y alaba; acuérdate de la salvación que Cristo logró para ti y alaba; acuérdate de la vida y la herencia eterna que tienes en Cristo y alaba; y así sucesivamente. ¡Alaba a Dios por medio de Cristo! ¡No ceses de alabar a Dios! Ofrece SIEMPRE a Dios, por medio de Cristo, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan Su Nombre.
2. Porque con nuestras buenas obras, con nuestras obras de justicia, con nuestro servicio mutuo, logramos que otras personas también alaben a Dios (v. 16). Así lo expresa el apóstol Pablo a los hermanos corintios en su Segunda Carta (2Cor. 9:12):
"Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios."
Un corazón lleno de alabanza será un corazón listo para el servicio a Dios primeramente, y al prójimo también. Pues un buen adorador entiende que su mejor adoración es la obediencia, y esa obediencia, por un lado, glorificará a Dios, y por otro lado, traerá más alabanza a Dios, por medio de aquellos que han sido bendecidos con nuestro servicio, nuestra generosidad o liberalidad en dar.
Y creo que de esa manera se cumplirá la palabra profética dada por medio de Isaías y Habacuc (Is. 11:9; Hab. 2:14):
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar."
En la medida que nosotros seamos fructíferos, y alabamos a Dios, Él también manifestará Su gloria y santidad en toda la tierra, en todas naciones. El cumplimiento de esa palabra profética la podemos ver en Apocalipsis 7:9-10:
"Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; Y CLAMABAN A GRAN VOZ, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero."
Apocalipsis 19:6:
"Y oí como LA VOZ de una gran multitud, COMO EL ESTRUENDO DE MUCHAS AGUAS, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!"
CONCLUSIÓN:
Como todo acto de servicio de Dios, la Mejor Cosecha se da por la gracia de Dios.
Dios está derramando gracia sobre Su pueblo para que le ofrezcamos la Mejor Cosecha: sacrificios de alabanza, fruto de labios que confiesan Su Nombre.
Dios está derramando sobre Su pueblo gracia abundante (5x5=25), gracia sobre gracia (Jn. 1:15-17), para que SEAMOS fructíferos y para TENGAMOS mucho fruto.
Somos parte de la generación de los últimos tiempos, que posiblemente testifiquemos y experimentemos un gran derramamiento del Espíritu de Dios sobre las naciones, incluyendo sobre Israel, como antesala de la manifestación de los juicios del Señor sobre el Sistema babilónico mundial, sobre Satanás y su reino de tinieblas en las naciones.
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Por favor, incluya la siguiente declaración en las copias distribuidas: Por Daniel Guerrero © [Fecha] Ministerio León de Judá. Sitio web: http://leondejudamins.blogspot.com/
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