¡SE LIBRE DEL PASADO!
Texto clave: Juan 14:27
"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo".
EL PASADO GENERA EMOCIONES
Los acontecimientos dolorosos como perdidas afectivas, laborales, económicas, accidentes, abuso sexual, una agresión, las injusticias, la presión laboral, la falta de reconocimiento, etc. Todos estos recuerdos y acontecimientos son generadores de sentimientos y emociones que son receptadas por el consiente a través de los sentidos y son guardadas en nuestra memoria emocional.
Tenemos cuatro tipos de memoria. La memoria personal de los actos cotidianos, la memoria intelectual, la memoria neuro-muscular llamada también sensomotora u objetiva y la memoria emocional.
El recuerdo perdura pero sin el contenido emocional, que es lo que provoca dolor. En la vida cada ser humano debe aprender a descansar y eliminar de su mente todo lo que provoca sentimientos que no hacen mas que perjudicar nuestra vida.
La emoción generada por un acontecimiento produce un sentimiento que queda impregnado en nuestra mente, formando parte de la película de nuestra vida pasada. La forma en que cada uno lo vive es personal y única. Resulta difícil imaginar la vida sin emociones, desgraciadamente éstas quedan ancladas en nuestro subconsciente y generalmente reflotamos las negativas que son las que nos hacen sufrir y enfermar.
En la clasificación de emociones la mayoría de los autores coinciden en que existen ocho emociones básicas, con sus respectivas variedades de manifestaciones. Éstas son:
1. De disgusto: Odio, rabia, rencor, ira, enojo, mal genio, atropello, fastidio, molestia, furia, resentimiento, hostilidad, animadversión, impaciencia, indignación, irritabilidad, violencia y odio patológico.
2. De disfrute: alegría, felicidad, alivio, capricho, extravagancia, deleite, dicha, diversión, estremecimiento, éxtasis, gratificación, orgullo, placer sensual, satisfacción y manía patológica.
3. De miedo: pánico, pavor fobia, ansiedad, desconfianza, nerviosismo, inquietud, terror, preocupación, aprehensión, remordimiento y sospecha.
4. De amor: aceptación, adoración, afinidad, amabilidad, amor desinteresado, caridad, confianza, devoción, dedicación, gentileza y amor obsesivo.
5. De tristeza: angustia, llanto, aflicción, auto-compasión, melancolía, desaliento, desesperanza, pena, duelo, soledad, tristeza, depresión y nostalgia.
6. De sorpresa: asombro, estupefacción, maravilla y shock.
7. De vergüenza: arrepentimiento, humillación, mortificación, remordimiento, culpa, pena, y vergüenza.
8. De repulsión: aversión, asco, desdén, desprecio, menosprecio y aberración
La emoción generada por un acontecimiento produce un sentimiento que queda impregnado en nuestra mente, formando parte de la película de nuestra vida pasada.
EL PASADO GENERA ANSIEDAD Y TEMOR
La Ansiedad: La Biblia nos enseña que la ansiedad o temor lleva consigo el castigo: ansiedad y sus consecuencias. Efectivamente, la ansiedad trae en su equipaje el castigo que no es otro sino la fobia, temores infundidos y miedo a tu entorno. El temor y los miedos que te ofrece, no es tu amigo, sino tu enemigo. Las preocupaciones deben dejarse de lado. Jesús enseñó probablemente lo que pocos han osado pronunciar: "No os preocupéis de lo que habéis de comer y beber. Basta cada día su propio afán" (Mt. 6:25-34). Jesús enseñaba que si Dios alimenta las aves del cielo, ¿cuanto más nos dará a nosotros lo que necesitamos?
Ansiedad, Angustia, Miedo y Temor, es una familia de dolencias que nos ocupan en este artículo. Todos estos males tienen su raíz en las preocupaciones diarias de cualquier persona. Sin embargo, si miramos atrás podremos ver que siempre hubo una mano "invisible" cuidando y proveyendo de lo que necesitábamos en su justo momento a pesar de todas nuestras preocupaciones y angustias.
La mayoría reconocemos que después de preocuparnos con ansiedad inútil, esa "mano invisible" siempre arreglaba las cosas para liberarnos de lo que parecía una situación insuperable. Jesús enseñó que nosotros valemos mucho más que las aves del cielo, y que ninguno de ellos cae a la tierra sin que lo sepa nuestro Padre Celestial (Mt. 6:25-26; 10:29). Aún Jesús se atrevió a decir que hasta el último cabello de nuestra cabeza esta contado (Mt. 10:30-31). No hay nada pues que se le "pase" por alto a este Dios Omnipotente y Todopoderoso. Y todo esto a pesar de nuestras preocupaciones.
LA PAZ DE CRISTO NOS LIBERA
Tan simple como lo que escribimos: hemos humillado nuestro corazón delante de Dios, pidiendo ayuda para que Él rompa las cadenas que nos ataban a la ansiedad de nuestro pasado, con todo su equipaje. Así de simple. En la soledad de nuestra habitación, hemos entregado nuestras vidas a Cristo Jesús, quien rompió nuestras cadenas y nos hizo libres de todos los temores y heridas del pasado.
Son millones las personas que dan testimonio de haber encontrado en la fe en Cristo Jesús la paz que sobrepasa todo entendimiento, lo que todos buscamos. Él dijo a los que a Él venían a buscar ayuda: "Mi Paz os doy, Mi paz os dejo". ¿No es esto lo que una persona angustiada y con ansiedad está buscando, la Paz para su alma?
Buscar la paz de Dios y pedir perdón por nuestros pecados (acciones que violan el derecho y el bienestar de nuestro prójimo, y que son la causa de que nuestra conciencia nos haga sentirnos responsables de nuestras obras), es una terapia de como decimos INFALIBLE y tan sencilla que sorprende cuando acudimos a nuestro Creador para buscar esa Paz que la vida nos ha quitado.
Es un tratamiento inédito e infalible, mediante el cual, se logra superar rápidamente las secuelas de emociones negativas causadas por pasadas experiencias traumáticas o dolorosas; como rencor, resentimiento, rabia, dolor, angustia, miedo, fobias, inseguridad, culpa, vergüenza, impotencia, humillación, soledad, tristeza, etc.
Si sentimos culpa, rabia, venganza, miedo y angustia, es una señal de que algo no está funcionando como debe, y casi siempre son consecuencias de nuestro propio caminar en la vida pasada y acciones causadas consciente o inconsciente; pero en todo caso somos responsables de nuestros actos. Esto nos indica que necesitamos tomar el camino más efectivo a seguir: el perdón.
Podemos luchar contra sus efectos y encadenar nuestras vidas con nuestros propios medios, tomando medicamentos que nos hacen olvidar y nos tranquilizan mientras duren sus efectos; o podemos RECONCILIARNOS con nuestro Creador, pidiendo perdón y recibiendo la paz que todo ser humano necesita para disfrutar de la vida.
Buscar la paz de Dios y pedir perdón por nuestros pecados es una terapia infalible y muy sencilla que sorprende cuando acudimos a nuestro Creador, para buscar esa Paz que la vida nos ha quitado.
CONCLUSIÓN:
Así que, te invitamos a considerar las opciones bíblicas y su efectividad. Solo Dios tiene la medicina que nuestra alma necesita. ¡Él no te fallará! Dios es amor y te ama seas quien seas y Él no te hará reproches. Él te ayudará a mejorar y a superar tus defectos y fallas en tu vida pasada. ¡Acércate y pídele su Ayuda!
¡Se libre del pasado y comienza un nuevo ciclo de bendición y libertad en Cristo!
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"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo".
EL PASADO GENERA EMOCIONES
Tenemos cuatro tipos de memoria. La memoria personal de los actos cotidianos, la memoria intelectual, la memoria neuro-muscular llamada también sensomotora u objetiva y la memoria emocional.
El recuerdo perdura pero sin el contenido emocional, que es lo que provoca dolor. En la vida cada ser humano debe aprender a descansar y eliminar de su mente todo lo que provoca sentimientos que no hacen mas que perjudicar nuestra vida.
La emoción generada por un acontecimiento produce un sentimiento que queda impregnado en nuestra mente, formando parte de la película de nuestra vida pasada. La forma en que cada uno lo vive es personal y única. Resulta difícil imaginar la vida sin emociones, desgraciadamente éstas quedan ancladas en nuestro subconsciente y generalmente reflotamos las negativas que son las que nos hacen sufrir y enfermar.
En la clasificación de emociones la mayoría de los autores coinciden en que existen ocho emociones básicas, con sus respectivas variedades de manifestaciones. Éstas son:
1. De disgusto: Odio, rabia, rencor, ira, enojo, mal genio, atropello, fastidio, molestia, furia, resentimiento, hostilidad, animadversión, impaciencia, indignación, irritabilidad, violencia y odio patológico.
2. De disfrute: alegría, felicidad, alivio, capricho, extravagancia, deleite, dicha, diversión, estremecimiento, éxtasis, gratificación, orgullo, placer sensual, satisfacción y manía patológica.
3. De miedo: pánico, pavor fobia, ansiedad, desconfianza, nerviosismo, inquietud, terror, preocupación, aprehensión, remordimiento y sospecha.
4. De amor: aceptación, adoración, afinidad, amabilidad, amor desinteresado, caridad, confianza, devoción, dedicación, gentileza y amor obsesivo.
5. De tristeza: angustia, llanto, aflicción, auto-compasión, melancolía, desaliento, desesperanza, pena, duelo, soledad, tristeza, depresión y nostalgia.
6. De sorpresa: asombro, estupefacción, maravilla y shock.
7. De vergüenza: arrepentimiento, humillación, mortificación, remordimiento, culpa, pena, y vergüenza.
8. De repulsión: aversión, asco, desdén, desprecio, menosprecio y aberración
La emoción generada por un acontecimiento produce un sentimiento que queda impregnado en nuestra mente, formando parte de la película de nuestra vida pasada.
EL PASADO GENERA ANSIEDAD Y TEMOR
La Ansiedad: La Biblia nos enseña que la ansiedad o temor lleva consigo el castigo: ansiedad y sus consecuencias. Efectivamente, la ansiedad trae en su equipaje el castigo que no es otro sino la fobia, temores infundidos y miedo a tu entorno. El temor y los miedos que te ofrece, no es tu amigo, sino tu enemigo. Las preocupaciones deben dejarse de lado. Jesús enseñó probablemente lo que pocos han osado pronunciar: "No os preocupéis de lo que habéis de comer y beber. Basta cada día su propio afán" (Mt. 6:25-34). Jesús enseñaba que si Dios alimenta las aves del cielo, ¿cuanto más nos dará a nosotros lo que necesitamos?
Ansiedad, Angustia, Miedo y Temor, es una familia de dolencias que nos ocupan en este artículo. Todos estos males tienen su raíz en las preocupaciones diarias de cualquier persona. Sin embargo, si miramos atrás podremos ver que siempre hubo una mano "invisible" cuidando y proveyendo de lo que necesitábamos en su justo momento a pesar de todas nuestras preocupaciones y angustias.
La mayoría reconocemos que después de preocuparnos con ansiedad inútil, esa "mano invisible" siempre arreglaba las cosas para liberarnos de lo que parecía una situación insuperable. Jesús enseñó que nosotros valemos mucho más que las aves del cielo, y que ninguno de ellos cae a la tierra sin que lo sepa nuestro Padre Celestial (Mt. 6:25-26; 10:29). Aún Jesús se atrevió a decir que hasta el último cabello de nuestra cabeza esta contado (Mt. 10:30-31). No hay nada pues que se le "pase" por alto a este Dios Omnipotente y Todopoderoso. Y todo esto a pesar de nuestras preocupaciones.
LA PAZ DE CRISTO NOS LIBERA
Tan simple como lo que escribimos: hemos humillado nuestro corazón delante de Dios, pidiendo ayuda para que Él rompa las cadenas que nos ataban a la ansiedad de nuestro pasado, con todo su equipaje. Así de simple. En la soledad de nuestra habitación, hemos entregado nuestras vidas a Cristo Jesús, quien rompió nuestras cadenas y nos hizo libres de todos los temores y heridas del pasado.
Son millones las personas que dan testimonio de haber encontrado en la fe en Cristo Jesús la paz que sobrepasa todo entendimiento, lo que todos buscamos. Él dijo a los que a Él venían a buscar ayuda: "Mi Paz os doy, Mi paz os dejo". ¿No es esto lo que una persona angustiada y con ansiedad está buscando, la Paz para su alma?
Buscar la paz de Dios y pedir perdón por nuestros pecados (acciones que violan el derecho y el bienestar de nuestro prójimo, y que son la causa de que nuestra conciencia nos haga sentirnos responsables de nuestras obras), es una terapia de como decimos INFALIBLE y tan sencilla que sorprende cuando acudimos a nuestro Creador para buscar esa Paz que la vida nos ha quitado.
Es un tratamiento inédito e infalible, mediante el cual, se logra superar rápidamente las secuelas de emociones negativas causadas por pasadas experiencias traumáticas o dolorosas; como rencor, resentimiento, rabia, dolor, angustia, miedo, fobias, inseguridad, culpa, vergüenza, impotencia, humillación, soledad, tristeza, etc.
Si sentimos culpa, rabia, venganza, miedo y angustia, es una señal de que algo no está funcionando como debe, y casi siempre son consecuencias de nuestro propio caminar en la vida pasada y acciones causadas consciente o inconsciente; pero en todo caso somos responsables de nuestros actos. Esto nos indica que necesitamos tomar el camino más efectivo a seguir: el perdón.
Podemos luchar contra sus efectos y encadenar nuestras vidas con nuestros propios medios, tomando medicamentos que nos hacen olvidar y nos tranquilizan mientras duren sus efectos; o podemos RECONCILIARNOS con nuestro Creador, pidiendo perdón y recibiendo la paz que todo ser humano necesita para disfrutar de la vida.
Buscar la paz de Dios y pedir perdón por nuestros pecados es una terapia infalible y muy sencilla que sorprende cuando acudimos a nuestro Creador, para buscar esa Paz que la vida nos ha quitado.
CONCLUSIÓN:
Así que, te invitamos a considerar las opciones bíblicas y su efectividad. Solo Dios tiene la medicina que nuestra alma necesita. ¡Él no te fallará! Dios es amor y te ama seas quien seas y Él no te hará reproches. Él te ayudará a mejorar y a superar tus defectos y fallas en tu vida pasada. ¡Acércate y pídele su Ayuda!
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